La cuesti¨®n regional y Santander
El inter¨¦s por los temas regionales, paralelo al lento y discutido proceso auton¨®mico de Santander, es la caracter¨ªstica del actual momento cultural en esa regi¨®n. Una serie de instituciones caducas e inactivas-el Ateneo de Santander, la Instituci¨®n Cultural de Cantabria- y algunas iniciativas positivas, como el preparado homenaje al escritor Manuel Llano, son analizadas por
Los escaparates de las librer¨ªas de Santander llevan tiempo ocupados por un g¨¦nero de literatura apenas vendible hace cuatro a?os: la literatura regional. El boom de los autores de Cantabria, paralelo al lento y pol¨¦mico proceso auton¨®mico, hac¨ªa escribir d¨ªas pasados al catedr¨¢tico de Literatura Carlos Gal¨¢n (diario Alerta, 8-9-79) que, frente a los libros que hoy ocupan los primeros puestos de venta en Espa?a, El factor humano, de Graham Green; La mirada inm¨®vil, de Sender; Hijos de pap¨¢, Holocausto, etc¨¦tera, la lista en Santander ?ofrece t¨ªtulos muy diferentes?. ?Aqu¨ª se lee?, a?ad¨ªa Carlos Gal¨¢n, ?todo lo que guarde relaci¨®n con los temas regionales.... y nada menos que seis de los diez primeros libros re¨²nen conexiones con estos temas. Un riesgo posible: que caigamos en un provincianismo peligroso, porque los ¨¢rboles inmediatos nos impidan ver el bosque. ? ? Si hemos tenido muchos a?os de provincianismo impuesto?, conclu¨ªa el cr¨ªtico de Alerta, ?habr¨¢ que pensar en ponerse al d¨ªa de lo que se cuece por ah¨ª fuera.?El fen¨®meno observado en la literatura trasciende a todos los campos de la cultura, incluido el de la ense?anza, donde el Instituto de Ciencias de la Educaci¨®n, de la Universidad de Santander, acaba de publicar, para uso de escuelas p¨²blicas y privadas, una antolog¨ªa did¨¢ctica, Lecturas ?te Cantabria, con muestras de una treintena de escritores de la regi¨®n, desde Pereda a Manuel Llano, pasando por los hermanos Men¨¦ndez y Pelayo. Por otra parte, las exposiciones pict¨®ricas de mayor ¨¦xito son las de pintores de Cantabria; los discos m¨¢s vendidos, los regionales, incluido uno de rock del grupo Bloque, de Torrelavega, y, hasta el Festival Internacional de M¨²sica de La Porticada, que no dejaba de programar todos los a?os a Beethoven, era inaugurado el pasado con una sinfon¨ªa regional titulada Cantabria, cuyo autor, C¨¢ndido Alegr¨ªa, hab¨ªa muerto cinco a?os atr¨¢s lleno de alabanzas y hu¨¦rfano de estrenos.
Entre los ilustres
Si ser¨¢ importante el fen¨®meno, que acaba de convocarse un homenaje popular al maldito Manuel Llano, y el propio Ayuntamiento, en el pleno del d¨ªa 12 pasado, aprob¨® trasladar sus restos al Pabell¨®n de Hombres Ilustres de la Ciudad. Un Manuel Llano condenado al olvido, y que mor¨ªa en 1940 aquejado de una enfermedad atroz: la del miedo. Horas despu¨¦s de que un compa?ero de trabajo le tachara de rojo y traidor, y le amenazara veladamente, el bueno de Manuel Llano, considerado por Unamuno o Jos¨¦ Mar¨ªa de Coss¨ªo como uno de los mejores escritores espa?oles (y ciertamente que lo es), mor¨ªa en la madrugada, terminado su trabajo de corrector en un peri¨®dico local, en el que hab¨ªa escrito los mejores art¨ªculos costumbristas. De su situaci¨®n laboral, condenados a muerte o exiliados sus mejores amigos, es un ejemplo una an¨¦cdota que a¨²n se cuenta en la ciudad. Cuando alguien llam¨® al peri¨®dico preguntando por Llano y recibi¨® la respuesta de que ?¨¦se no trabaja en la redacci¨®n; ese trabaja en talleres?, al otro lado del tel¨¦fono se oy¨® este comentario: ?El ¨²nico que sabe escribir en ¨¦se peri¨®dico trabaja en talleres. Qu¨¦ contradicci¨®n.?
Contradictorio o no, sus obras han estado congeladas y sus reediciones han sido caras y escasas, mientras los organismos correspondientes de la Diputaci¨®n optaban por publicar grandes tiradas de libros de arqueolog¨ªa.
Lo primero que hicieron las tropas nacionales cuando conquistaron la ciudad de Santander fue descalabrar algunas estatuas. As¨ª, la de Jos¨¦ Estra?i, fundador del peri¨®dico liberal El Cant¨¢brico, magn¨ªfico escritor, y la de Augusto Gonz¨¢lez de Linares, el sabio en cuya casona de Cabu¨¦rniga se decidi¨® la creaci¨®n de la Instituci¨®n Libre de Ense?anza. Pues bien, Jos¨¦ Estra?i no ha vuelto donde deb¨ªa, y el busto de Gonz¨¢lez de Linares fue desempolvado en los s¨®tanos del Ayuntamiento por el concejal Jos¨¦ Luis Arce, y colocado en su lugar, de madrugada, sin que nadie oficialmente se atreviera a plantear el tema en esta ciudad de Santander que, siendo liberal e ilustrada a principios de siglo, ha devenido en oscurantista e inquisidora. La reposici¨®n de la estatua del cofundador de la Instituci¨®n Libre no acaeci¨® hace veinte a?os sino cuatro, y la ins¨®lita historia de las estatuas desnudas de la Caja de Ahorros, que permanecieron tapadas durante meses ante el descomunal zafarrancho de combate en su contra que hab¨ªa montado la derecha local, es una historia de finales de los a?os sesenta. No hay ciudad en Espa?a en la que las librer¨ªas soporten m¨¢s cocteles molotov, ni los quioscos m¨¢s incendios provocados.
En este ambiente, el renacimiento de la cultura, aunque sea la regional, no ha sido f¨¢cil, y con ser ahora momento de optimismo, merece la pena contar alguno de sus cap¨ªtulos.
La Instituci¨®n Cultural
El de la Instituci¨®n Cultural de Cantabria, dependiente de la Diputaci¨®n, por ejemplo. Con ser un organismo que ?ha creado cultura? con numerosas y variadas ediciones, no hay que olvidar que ahora mismo no tiene director, porque la anterior Diputaci¨®n rechaz¨® al propuesto por el presidente porque era socialista, concretamente, dirigente del movimiento Cristianos por el Socialismo, hoy presidente del Partido Regionalista de Cantabria, el catedr¨¢tico Eduardo Obreg¨®n Barreda. O que, por las mismas fechas, todav¨ªa no hace un a?o, se publicaban por la puerta falsa unas Cr¨®nicas de la guerra civil en Santander, que daban una versi¨®n ?distinta? del suceso.
La nueva Diputaci¨®n no ha tratado todav¨ªa el tema de sus organismos culturales, a pesar del tiempo transcurrido desde las elecciones, y s¨®lo el entusiasmo de los miembros de la Instituci¨®n Cultural suple esa falta de iniciativa de unos pol¨ªticos que no quieren saber (o no saben) nada del hecho cultural.
Frente a un panorama francamente positivo en lo que se refiere a iniciativas particulares -las ediciones de la librer¨ªa Estudio, Ediciones Corocota, etc¨¦tera, y las enormes posibilidades de la Diputaci¨®n, que han heredado instrumentos culturales cuajados de posibilidades- destaca ¨²ltimamente la inactividad del Ateneo de Santander, que ha puesto un bingo. Una excepci¨®n a su favor: el premio literario que patrocina el indiano Eulalio Ferrer, y que en su quinta edici¨®n est¨¢ dotado con 800.000 pesetas. Otra instituci¨®n, la de Marcelino Bot¨ªn, no est¨¢ en su mejor momento. Y la Biblioteca Men¨¦ndez y Pelayo, que fue el gran argumento para la conquista de una facultad de Filosof¨ªa y Letras, tendr¨¢ que justificar en el futuro, lo mismo que la citada facultad, las muchas esperanzas que suscita.
Caso aparte es el de la Universidad Internacional de Verano, donde la pol¨¦mica alcanza hasta su propio nombre. Frente a los que prefieren el de su fundador, Fernando de los R¨ªos, o el t¨ªtulo inicial de verano, se alzan voces incluso airadas que defienden su actual denominaci¨®n de Men¨¦ndez y Pelayo, como un derecho de conquista y un homenaje al pol¨ªgrafo monta?¨¦s. Por encima de esa pol¨¦mica est¨¢ la de qui¨¦n debe dirigir sus destinos, si la Universidad de Santander (de invierno) o el actual rectorado, residente, en Madrid, y que programa los cursos desde el centro. La escasa participaci¨®n del pueblo de Santander en sus actividades, y los deseos anexionistas del rectorado de la Universidad de Santander pudieran justificar un cambio de rumbo a esta instituci¨®n, por la que han pasado grandes intelectuales europeos, desde Maritain a Ortega y Gasset. El rector Yndurain, que mantiene el criterio de su autonom¨ªa, ha sido apoyado por el ministro Gonz¨¢lez Seara.
Donde se ha ganado la autonom¨ªa es en el Festival Internacional de M¨²sica, organizado hasta este a?o por el Ministerio de Cultura (antes de un mes ha nombrado un director de la regi¨®n, Jos¨¦ Luis Ocejo. Un patronato en el que habr¨¢n de estar representadas todas las fuerzas pol¨ªticas y sociales de Cantabria velar¨¢ por su futuro incierto y, como el presente, mucho menos ?internacional? que en los or¨ªgenes. A cambio ya est¨¢ decidido que el FIS abandonar¨¢ alguna jornada su escenario de La Porticada para viajar a otras poblaciones de Cantabria.
En definitiva, un intento de salvar de la muerte un acontecimiento m¨¢s social que cultural en estos ¨²ltimos tiempos.
Pr¨®ximo cap¨ªtulo: Extremadura, unidad en la desgracia.
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