La crisis, el paro y la unidad de los trabajadores
Secretario general de CCOO Diputado por Madrid del PCE
La coincidencia de las centrales sindicales en que la crisis econ¨®mica es sumamente grave y que el plan econ¨®mico del Gobierno-CEGE no s¨®lo no da soluciones reales a esta crisis, sino que adem¨¢s, y en. consecuencia, es profundamente antiobrera y antisindical, me permite el no esforzarme en argumentar sobre esto que empieza a ser un lugar com¨²n.
Todos los an¨¢lisis que se hacen fuera de los medios sindicales, de los sectores m¨¢s responsables y menos comprometidos en la pol¨ªtica oficial Gobierno-CEOE, indican que el margen de maniobra de ¨¦stos es cada vez m¨¢s estrecho. ?De la econom¨ªa puede esperar? que practicaban se ha pasado a que los problemas econ¨®mico-sociales. ahogan.
En estas circunstancias, y como ya hemos indicado en la resoluci¨®n del consejo confederal de CCOO, frente a una crisis larga, amplia y profunda, la ¨²nica soluci¨®n racional y nacional reside en hacer un esfuerzo continuado y solidario o, lo que es lo mismo (como indic¨® ya el Congreso de la Confederaci¨®n Sindical de CCOO en junio del a?o pasado), un plan de solidaridad nacional, contra el paro y la crisis, con una reconversi¨®n de la econom¨ªa, que la haga m¨¢s nacional y m¨¢s democr¨¢tica. Abordar esta necesidad nacional presupone una corresponsabilidad creciente y responsable en los sacrificios y resultados de todas las fuerzas implicadas y muy especialmente de los trabajadores.
Es por esto que el consejo confederal de la CS de CCOO ha sometido a un an¨¢lisis cr¨ªtico y profundo la pol¨ªtica del Gobierno-CEOE, que representa ?una clara agresi¨®n a los intereses de los trabajadores, ya que su aplicaci¨®n supondr¨ªa la liquidaci¨®n del sector p¨²blico, la reducci¨®n de servicios b¨¢sicos, como sanidad, seguridad social, ense?anza, etc¨¦tera, el aumento del paro forzoso, la disminuci¨®n del poder adquisitivo de los salarios, la reducci¨®n real de los mismos, mayor discriminaci¨®n para los funcionarios, menos trabajo y m¨¢s dificultades para los j¨®venes y mayores, para los pensionistas y para los parados. Tambi¨¦n un atentado, hacia el campesinado y a peque?a y mediana empresa, que sigue desatendida en el citado programa?.
En definitiva, que est¨¢ concebido para favorecer los intereses de las empresas multinacionales, los monopolios y la gran banca. Podr¨ªamos concluir que en este programa no se buscan soluciones racionales y nacionales, porque ello conducir¨ªa a otra pol¨ªtica y a un Gobierno que tendr¨ªa que apoyarse en bases m¨¢s amplias; conducir¨ªa a un modelo econ¨®mico m¨¢s racional y m¨¢s nacional, con apoyo de los trabajadores y sectores din¨¢micos del capital, y esto no lo desean ni el Gobierno ni la gran patronal.
Cuando el problema econ¨®mico y social, a partir de esta crisis y a consecuencia de ella, pasa a ser el primer problema pol¨ªtico, el Gobierno es prisionero de vinculaciones e hipotecas que lo atan a la CEOE, act¨²a no en defensa de una pol¨ªtica racional y nacional, sino de la pol¨ªtica de ese gran capital y de las multinacionales, adem¨¢s de la personal para conservar el poder.
As¨ª se explica el aumento de los salarios en 1,7%, ese plan econ¨®mico que criticamos severamente y ese proyecto de estatuto mitad verticalista mitad CEOE. Las discusiones habidas en la Comisi¨®n de Trabajo sobre las enmiendas a la totalidad al proyecto de estatuto de UCD, presentadas por el Grupo parlamentario Comunista, y en el pleno sobre la toma en consideraci¨®n del proyecto de estatuto de los trabajadores presentado por el mismo Grupo parlamentario, confirman plenamente estas posiciones.
As¨ª pues, si no actuamos, unidos con nuestras acciones legales y constitucionales, pero al fin y al cabo acciones, no podremos impedir esta pol¨ªtica.
No se puede, con el pretexto de que hay que llenar el vac¨ªo en la legislaci¨®n laboral, del que es responsable en gran medida el Gobierno, decir que ahora hay que abstenerse en el estatuto del trabajador de UCD, con el pretexto de que as¨ª se llena ese vac¨ªo con m¨¢s rapidez. Es preciso se?alar que los intentos de cargarnos la crisis van estrechamente ligados a vaciar de contenido la legislaci¨®n laboral, ya que una clase obrera con derechos ser¨ªa un obst¨¢culo decisivo contra ese intento del gran capital nacional y extranjero. Por eso, facilitar la maniobra del Gobierno y de la CEOE absteni¨¦ndose es lo peor que se puede hacer para lograr con rapidez una legislaci¨®n laboral progresiva. En todo caso les facilitar¨ªamos tener a punto medios legales para reprimir las luchas pr¨®ximas de los trabajadores por sus convenios colectivos y por sus derechos.
El vac¨ªo en la legislaci¨®n laboral
La teor¨ªa de negociar primero ha sido puesta en pr¨¢ctica ampliamente, desde la famosa reflexi¨®n, pasando por los acuerdos de UGT-CEOE, vistos con buenos ojos por el Gobierno; todo se ha intentado ya, y naturalmente, no es que nosotros no queramos seguir negociando, estamos dispuestos a hacerlo, -pero hablar de negociar primero cuando ya se ha hecho, y despu¨¦s que los resultados de la ¨²ltima experiencia de UGT-CEOE son la subida de los salarios no con el 7,3 % que han crecido los precios, sino con el 1,7% que ha planteado el Gobierno de acuerdo con la CEOE, nos indica claramente que en lo esencial nada de lo que dicen los compa?eros de UGT que hab¨ªan resuelto con esas negociaciones se ha conseguido. Otra respuesta la han tenido los compa?eros socialistas, en cuanto a su proyecto de ley contra el paro, con la oposici¨®n total del Gobierno y la hemos tenido nosotros tambi¨¦n con la misma actitud que en el estatuto de los trabajadores.
S¨®lo la unidad y la acci¨®n de los trabajadores, y al mismo tiempo la negociaci¨®n, pueden hacer recular a los que mantienen esta pol¨ªtica antisindical y antiobrera.
La toma en consideraci¨®n del estatuto de los trabajadores elaborado, con la colaboraci¨®n de CCOO, por el Grupo parlamentario Comunista.
EL PA?S titulaba el d¨ªa 13, refiri¨¦ndose a este proyecto de estatuto: ?Camacho ofreci¨® retirarlo si el Gobierno negociaba con las centrales?. ?La abstenci¨®n del PSOE impidi¨® que prosperase el estatuto del trabajador propuesto por el PCE.? Toda la prensa lo recoge de una forma u otra.
Todo el mundo sabe que esta propuesta fue rechazada por 149 votos en contra, treinta a favor, entre los que se encontraban los comunistas y los del PSA, m¨¢s los de los se?ores D¨ªaz Pini¨¦s y Satr¨²stegui, ambos de UCD, y el se?or Obiols, del PS de Catalunya, y 119 abstenciones de los compa?eros del PSOE. Cosa anecd¨®tica, casi c¨®mica, si no fuera tan grave, es que el que se opuso por parte del Gobierno ha sido delegado provincial de Sindicatos en C¨¢diz, Ja¨¦n y Guip¨²zcoa. La clase obrera espa?ola perdi¨® con esta actitud de los socialistas una gran oportunidad. Es completamente falso decir que el estatuto presentado por el PCE es igual que el de UCD. No hay m¨¢s que compararlos. En las discusiones parlamentarias un diputado del PSOE se?al¨® que coincid¨ªa con el estatuto nuestro en un 90%. Otro, el se?or Valenti, en comisi¨®n, dijo del Gobierno que era peor que ? la ley de Relaciones Laborales? de abril de 1976 y de car¨¢cter semifascista.
Todos recogen nuestras palabras en la explicaci¨®n del voto cuando se?alamos que a los compa?eros socialistas y dirigentes de UGT, les ser¨ªa dif¨ªcil explicar ante los trabajadores su postura, y el propio diputado del PSOE se?or Vida Soria reconoci¨® en su explicaci¨®n de voto que se trataba del voto ?m¨¢s dificil e impopular? que pod¨ªa dar su grupo en estos momentos y en este pa¨ªs. La ¨²ltima nota del Grupo parlamentario Socialista, m¨¢s que una explicaci¨®n, son ?excusas de mal pagador?, como se suele decir.
A nosotros nos cuesta trabajo creer lo que dice uno de los comentaristas pol¨ªticos de Ya del d¨ªa 13, cuando se?ala que ?parece ya fuera de toda duda que entre centristas y socialistas existe un pacto que abarca el ¨¢mbito parlamentario y que afecta al campo sindical y pol¨ªtico ?. Como nos parece no s¨®lo extremadamente negativo para los trabajadores el que a falta de mejores argumentos se recurra a las puras patra?as anticomunistas, que el fascismo y el gran capital utilizaron en los peores tiempos de la guerra fr¨ªa. Hay que evitar estos enfrentamientos, no se puede justificar la divisi¨®n sindical, que puede llevar a la clase obrera a una guerra fratricida y el pa¨ªs a un suicidio nacional.
Nuestra sistem¨¢tica lucha unitaria, nuestras cartas a las direcciones, nuestra campa?a por la unidad de acci¨®n no es cuesti¨®n de tozudez. Si pregunt¨¢ramos a cualquier trabajador qu¨¦ es lo primero o qu¨¦ es lo m¨¢s urgente, nos responder¨ªa vuestra unidad, la unidad de los trabajadores, para actuar cuando la CEOE-Gobierno hacen o¨ªdos sordos a nuestras peticiones. Unidad, en tomo a asegurar el trabajo, el pan y la libertad, sin olvidar el socialismo.
?Es esto hacer pol¨ªtica? En todo caso es la pol¨ªtica de la clase obrera, la de los trabajadores. Nosotros saludamos a todos cuantos desde ¨¢mbitos sindicales o pol¨ªticos defienden estos intereses.
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