Carter y las relaciones sovi¨¦tico-americanas
?Tres reuniones secretas celebradas esta semana entre Vance, secretario de Estado, y Dobrynin, embajador de la URSS en Washington, no han permitido encontrar una soluci¨®n al problema de la presencia de tropas sovi¨¦ticas en Cuba. Para los sovi¨¦ticos se trata de no perder la cara, de tener en cuenta la susceptibilidad cubana, pero tambi¨¦n de no comprometer la ratificaci¨®n de los acuerdos Salt por un conflicto que debe parecerles menor en comparaci¨®n. Pero el dilema es todav¨ªa m¨¢s embarazoso para el Gobierno americano. Como escribe el New York Times: "Es dudoso que el asunto pueda arreglarse de manera que satisfaga las cr¨ªticas de la Administraci¨®n y realce, al mismo tiempo, la credibilidad de Carter. Se trata menos de obtener una victoria en pol¨ªtica exterior que limitar la derrota."La principal debilidad de la tesis americana es el car¨¢cter tard¨ªo del descubrimiento. Numerosos responsables admiten que un enfrentamiento sobre Cuba ser¨ªa justif¨ªcado si los sovi¨¦ticos hubiesen, realmente introducido un elemento nuevo en su dispositivo militar en la isla, aunque sea sobre el Plan de las armas cl¨¢sicas, en el curso de los ¨²ltimos meses. Pero que un incidente se produzca debido a que los servicios de informaci¨®n americanos saquen de repente conclusiones diferentes de hechos verificados desde hace tres a?os es una tesis dif¨ªcilmente vendible, seg¨²n opinan esos mismos responsables.
La Casa Blanca, sin ninguna duda, ha querido responder a las acusaciones de blandura, sobre todo cuando los acontecimientos de Nicaragua y de El Salvador han abierto las perspectivas de un papel creciente de Cuba en el Caribe. Es precisamente en ese momento, hac¨ªa finales de julio, cuando Brzezinski dio las ¨®rdenes a los servicios de informaci¨®n de concentrar su atenci¨®n sobre la brigada de Cuba. Pero la ocasi¨®n escogida no era visiblemente la buena. ?
17 de septiembre
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