Un dada¨ªsta en Ibiza
Y cuando digo dada¨ªsta, no pretendo, como quiz¨¢ algunos habituales entusiastas de la isla, que en medio de esa amalgama sudorosa e irritante de artesan¨ªa, topless, m¨²sica, bailable y guayaberas que hoy la ocupa, pueda prosperar aquella singular especie art¨ªstica, sino que me atengo a una evidencia anterior y m¨¢s ortodoxa: el 1 de julio de 1935 llegaba a Ibiza, procedente de Par¨ªs, Raoul Hausmann, pintor y fot¨®grafo alem¨¢n estrechamente vinculado al grupo Dad¨¢, de Berl¨ªn.Hausmann hab¨ªa abandonado Alemania en 1933 por culpa de la escalada nacionalsocialista; pero antes de fijar definitivamente su residencia en Francia, donde capear¨ªa la guerra, visit¨® Ibiza en dos ocasiones: una, en 1933, a ra¨ªz de un viaje por Espa?a que se prolong¨® hasta 1934, visita confirmada por un art¨ªculo en colaboraci¨®n con W. Segal, que apareci¨® en Lausana en 1933 (L'architecture del l'Ile d'Ibiza), y otra, que es la que aqu¨ª nos ocupar¨¢, en 1935. Durante esta segunda estancia, m¨¢s prolongada, Hausmann emprendi¨® una serie de estudios etnol¨®gicos y arqueol¨®gicos sobre los tipos, costumbres, habitaci¨®n y tecnolog¨ªa de la isla, donde se ponen de manifiesto sus dotes extraordinarias de fot¨®grafo. Esas fotograf¨ªas de una Ibiza tradicional y casi desconocida -ahora irreconocible- se exponen en la Photo-Galer¨ªa, con ayuda del Instituto Alem¨¢n de Madrid, para descubrirnos adem¨¢s un aspecto in¨¦dito de Hausmann, tan proclive siempre como fot¨®grafo al experimentalismo propio del Dada/ alem¨¢n. Son, en efecto, fotograf¨ªas de intenci¨®n documental, descriptivas y hasta naturalistas, ajenas por completo a sus ?fotomontajes ? de los a?os veinte -recordemos, por ejemplo, su c¨¦lebre Tatlin en casa, o ABCD, Dad¨¢ vence, etc¨¦tera-, aunque no sea dif¨ªcil reconocer tambi¨¦n cierto rigor sofisticado en los encuadres y una clara fascinaci¨®n por las formas y las texturas de la tecnolog¨ªa popular ibicenca: muros encalados, sillas de enea, molinos de piedra...
Un dada¨ªsta en Ibiza
Raoul Hausmann. Photo-Galer¨ªa, plaza de la Rep¨²blica Argentina, 2, Madrid.
Dentro de este cap¨ªtulo merece la pena destacar el conjunto de fotograf¨ªas dedicadas a la arquitectura rural de Ibiza, animadas por el doble (?o id¨¦ntico?) prop¨®sito de reflejar una tradici¨®n constructiva y tipol¨®gica cuyo inter¨¦s parec¨ªa indudable, y de conseguir unos efectos fotogr¨¢ficos basados en la feliz distribuci¨®n de vol¨²menes de esa misma arquitectura. Eran los a?os en el que el movimiento moderno andaba buscando complicidad con sus propuestas racionalistas en la arquitectura popular (Wright por el Jap¨®n, los de lo CIAM por doquier), y as¨ª no debe extra?amos que Hausmann publicara sus fotograf¨ªas e impresiones sobre la arquitectura de la isla de Ibiza en distintas revistas contempor¨¢neas: D'aci y d'alla (Barcelona, 1936; A. C. (Barcelona, 1936, y Ter esforma (Budapest, 1937). El art¨ªculo para A. C. (Elementos de arquitectura rural en la isla de Ibiza, n¨²m. 21, p¨¢ginas 11-14, donde err¨®neamente se califica a Haus mann de ?arquitecto?), ¨®rgano dell GATEPAC, publicado junto a otro, sobre el mismo asunto, de Erwin Heilbronner, cobra especial relevancia en el contexto de la reivindicaci¨®n de la arquitectura mediterr¨¢nea tradicional propiciada por Sert; pero quiz¨¢ los motivos que llevaron a Hausmann hasta Ibiza, y lo que all¨ª le apasion¨®, no fueran tampoco muy diversos de los que le hab¨ªan llevado a Walter Benjamin en 1932, y de lo que en vuelto en el sopor del hach¨ªs (?no somos nadie!), all¨ª escribi¨® ?Rojo c'est comme un papillon qui va se poser sur chacune des nuances de la couleur rouge.?
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