En el Madrid-Barcelona fallaron los porteros
El Barcelona, un club con mil millones de presupuesto, se trajo un portero adquirido en las rebajas. El Barcelona, un club que cada a?o ofrece la participaci¨®n de una estrella mundial -este a?o la novedad era Simonssen-, nos mostr¨® como primer y aut¨¦ntico solista a Heredia, un jugador al que estuvieron a punto de dar de baja hace dos a?os. El Madrid, que este a?o ha hecho un esfuerzo supremo en los fichajes, nos dej¨® un domingo m¨¢s con la duda de si Cunningham va a ser una buena inversi¨®n. Pero, eso s¨ª, comenz¨® a aclararnos que con los jugadores de que dispon¨ªa Boskov en el Castilla no hac¨ªa falta recurrir a Portugal. Garc¨ªa Hern¨¢ndez cubri¨® la pasada temporada con m¨¢s ¨¦xito las suplencias de Stielike.Gan¨® el Madrid, que en menos de dos minutos se encontr¨® con dos regalos en los que colaboraron defensores y portero barcelonistas. La venta a adquirida antes de que se cumpliera el octavo minuto le permiti¨® defender los dos puntos ante un equipo que jug¨® mejor, pero que tuvo que luchar contra el reloj durante la mayor parte del encuentro. Garc¨ªa Rem¨®n ayud¨® a que el trance no fuera tan duro.
El Madrid hab¨ªa hecho buenos los resultados anterioresen los segundos tiempos. El domingo, la angustia del segundo per¨ªodo podr¨ªa quedar definida en las peticiones de hora al ¨¢rbitro, que s¨®lo prolong¨® 38 segundos, cuando se hab¨ªan perdido m¨¢s de dos minutos en lesiones, y en las respuestas de los socios madridistas a los gritos de ?Bar?a, Bar?a!, ?Mierda, mierda! Los 45 minutos finales fueron de aut¨¦ntico canguelo.
La defensa barcelonista, con dos laterales debutantes en Primera y un central junto a Migueli, tambi¨¦n nuevo entre los azulgranas, estuvo hecha un flan en el inicio deljuego. El Madrid, que puso su habitual coraje para intentar resolver el encuentro por la v¨ªa r¨¢pida, se vio favorecido por ese desbarajuste que hizo presagiar un resultado de esc¨¢ndalo. En ese arranque fulgurante, Stielike se fue por la banda derecha con absoluta tranquilidad, porque Asensi le control¨® poco, Juanito jug¨® al gato y el rat¨®n con Serrat y a Santillana no le frenaron los dos hombres que ten¨ªa pr¨®ximos. Los dos goles de pim, pam, pum estuvieron a punto de dejarnos sin espect¨¢culo. Afortunadamente para el p¨²blico, el Barcelona del domingo fue bien distinto al de anteriores temporadas.
Est¨¢bamos acostumbrados a ver un Barga lleno de exquisiteces, pero falto de hombres con capacidad de sacrificio. Por una vez, el Barcelona fue capaz de intentar lo que parec¨ªa imposible. Con dos goles en contra no se vino abajo. Y en el segundo tiempo, cuando el Madrid defend¨ªa con u?as y dientes su ventaja, y Portugal abr¨ªa el hueco que no hab¨ªa permitido Stielike, Rif¨¦ tom¨® una decisi¨®n elogiable: retir¨® a Canito y sac¨® a Rexach. El Barcelona jug¨® durante diecis¨¦is minutos sin l¨ªbero y con Rexach en la media punta.
Apret¨® el Barcelona desde el momento en que su defensa se seren¨®. Claro que para entonces ya hab¨ªa encajado los tres tantos. Empuj¨® el centro del campo azulgrana, con Asensi en su l¨ªnea de siempre y Land¨¢buru y S¨¢nchez en incansables peones. Le fallaron al Bar?a sus dos figuras. Krankl meti¨® un gol, pero no hizo otra cosa durante el resto del tiempo. Simonssen estuvo abandonado casi siempre, recibi¨® balones por alto, lo que es para ¨¦l una clara desventaja, y solamente se tap¨® un poco cuando persigui¨® a Camacho por la banda.
Un Barcelona con un poco m¨¢s de fortuna se hubiera marchado del Bernab¨¦u con un empate en su haber. No deslumbr¨® por sujuego, nohubo demasiado buen f¨²tbol nunca, pero mostr¨® una garra muy superior a otras ocasiones. La p¨¦rdida de Stielike acab¨® por inclinar la balanza del dominio hacia el lado barcelonista, pero ya en el primer per¨ªodo se hab¨ªa advertido el peligro de que tal sucediera.
El Madrid no ha encontrado todav¨ªa un esquema de juego definido. A Cunningham, por ahora, se le margina del juego. Hay muchas dudas todav¨ªa. Seguramente, las que dinitinan de un entrenador que no sabe a qu¨¦ carta quedarse cuando tiene que hacer sustituciones.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.