Abril y Carrillo polarizaron el debate sobre el Plan Econ¨®mico del Gobierno
El enfrentamiento dial¨¦ctico entre Fernando Abril, vicepresidente del Gobierno para Asuntos Econ¨®micos, y Santiago Carrillo, secretario general del Partido Comunista de Espa?a (PCE), fue el punto estelar de la sesi¨®n del Congreso de ayer, en la que se debati¨® el programa econ¨®mico del Gobierno. El l¨ªder comunista acus¨® a ¨¦ste de no saber afrontar la crisis, mientras el vicepresidente Abril afirm¨®, entre otras cosas, que la situaci¨®n econ¨®mica es hoy mejor que cuando se celebraron las primeras elecciones democr¨¢ticas, en 1977.
?La democracia, m¨¢s all¨¢ de los intereses pol¨ªticos de un Gobierno concreto, ha sido m¨¢s eficaz y m¨¢s fecunda en la resoluci¨®n de los problemas econ¨®micos que el r¨¦gimen pol¨ªtico anterior?, dijo Fernando Abril, dirigi¨¦ndose a los nost¨¢lgicos que, por ingenuidad o malicia, achacan al actual sistema pol¨ªtico la responsabilidad de la situaci¨®n de crisis. El discurso del vicepresidente para Asuntos Econ¨®micos ante el Pleno del Congreso tuvo una hora de duraci¨®n, a lo largo de la cual se desvi¨® en numerosas ocasiones del texto oficial del discurso y tuvo cinco partes o temas b¨¢sicos de argumentaci¨®n.
En primer t¨¦rmino, se refiri¨® al alcance de la crisis, replicando las argumentaciones que distintos sectores de la izquierda, especialmente del Partido Comunista, han hecho contra el programa econ¨®mico.
Dijo que la visi¨®n del Gobierno sobre el panorama de la econom¨ªa mundial es l¨²cida y evita el pesimismo escatol¨®gico de algunos cr¨ªticos que anuncian el derrumbe pr¨®ximo de la econom¨ªa occidental, con el mismo esp¨ªritu animoso con que otros antes que ellos vienen anunci¨¢ndolo desde 1848.
Se refiri¨® m¨¢s adelante a la aceleraci¨®n de la crisis en Occidente, como efecto de la ¨²ltima subida del petr¨®leo, as¨ª como a la crisis de las econom¨ªas de los pa¨ªses socialistas, y dijo que el Gobierno no exagera lo adverso de la situaci¨®n internacional en busca de justificaciones que honestamente no cree necesitar. Indic¨® que, en su opini¨®n, no estamos ante problemas coyunturales cuya soluci¨®n sea pr¨®xima, sino ante dificultades que afectan a la estructura de la econom¨ªa mundial y que se arrastran desde hace un lustro o casi una d¨¦cada. Concluy¨® diciendo que podemos hablar de que vivimos una tercera gran crisis econ¨®mica, sucesora de las de 1873-94 y 1929-39.
La segunda parte del discurso de Abril se dirigi¨® b¨¢sicamente a la derecha y, m¨¢s concretamente, a recientes declaraciones de altos mandos militares. Parec¨ªa referirse a las declaraciones del general Milans del Bosch, a Abc.
Tras se?alar la magnitud de la crisis internacional, dijo que es preciso que esto lo comprendan los nost¨¢lgicos que pretenden colgar nuestras dificultades econ¨®micas a la democracia y tratarlas como un pasivo de nuestra transici¨®n pol¨ªtica. A quienes por ingenuidad tal hacen, hay que pedirles, una vez m¨¢s, que afronten la realidad de los hechos y no busquen en la nostalgia la huida de la realidad.
Se?al¨® m¨¢s adelante que la prosperidad de los a?os sesenta estuvo montada en la fuerte expansi¨®n europea, que demandaba nuestros bienes y servicios, as¨ª como nuestro sobrante de mano de obra. La prosperidad de entonces y la crisis de ahora, vino a decir, se producen al margen de los sistemas pol¨ªticos. Apunt¨® no obstante, como cr¨ªtica al anterior r¨¦gimen, el hecho de que en los a?os cincuenta Espa?a no creciera al mismo ritmo que otros pa¨ªses.
Mejor situaci¨®n que en 1977
En esta parte de su discurso, afirm¨® que la situaci¨®n econ¨®mica espa?ola es hoy mejor que cuando este pa¨ªs celebr¨® las primeras elecciones generales, a pesar del nuevo impacto de la subida de los precios del petr¨®leo. Como hechos positivos present¨® la reducci¨®n de la inflaci¨®n, del d¨¦ficit exterior, del endeudamiento internacional -critic¨® especialmente el cr¨¦dito al Reino de Espa?a conseguido en el a?o 1977 por mil millones de d¨®lares y lo calific¨® de muy gravoso para el pa¨ªs-, as¨ª como el desarrollo de la reforma fiscal y la mejora de las pensiones, que en tres a?os han subido de 308.000 millones de pesetas a 875.000 millones.
La tercera parte de su discurso se refiri¨® al ajuste de la crisis practicado en el a?o 1979. Justific¨® y elogi¨® las medidas tomadas en el sector energ¨¦tico, as¨ª como el esfuerzo que se est¨¢ haciendo en el segundo semestre para contener el gasto p¨²blico. En esta parte se refiri¨® reiteradamente a los bancos de la izquierda en un tono profesoral y un tanto lastimero, en algunos momentos con el texto del programa econ¨®mico en la mano. Defendi¨® la pol¨ªtica de rentas, que, seg¨²n dijo, permitir¨¢ mantener el poder adquisitivo de los salarios. Anunci¨¦ que a la vista del ¨ªndice de precios de agosto puede esperarse que el a?o acabe con una tasa de inflaci¨®n acumulada del 15%, que queda reducido al 12,5% si se excluye el impacto del petr¨®leo. Refiri¨¦ndose a los bancos de la izquierda, parec¨ªa que a los se?ores Tamames y Carrillo, dijo que aumentar la presi¨®n fiscal en estos momentos afectar¨ªa peligrosamente a la estructura del pa¨ªs. El Gobierno pretende, a?adi¨®, respetar la inversi¨®n p¨²blica y reducir los gastos corrientes, aunque ello suponga impopularidad.
El cuarto tema b¨¢sico de su intervenci¨®n se refiri¨® a la econom¨ªa de mercado, de la que hizo una defensa entusiasta. Dijo que ¨¦sta no puede calificarse como reaccionaria o de derechas, sino como de la propia de una democracia pluralista. Continu¨® se?alando que el Gobierno ha de reducir intervenciones innecesarias, dejando un juego m¨¢s amplio a la sociedad.
El quinto tema de su discurso se refiri¨® al empleo, al que calific¨® como problema prioritario y esencial de la econom¨ªa espa?ola. Se?al¨® que la inflaci¨®n es incompatible con el crecimiento econ¨®mico y sin ¨¦ste no hay garant¨ªas de empleo. Se refiri¨® m¨¢s adelante a la inversi¨®n como componente b¨¢sico para crear empleo, y dijo que el 75% de ¨¦sta corresponde al sector privado. Concluy¨® se?alando que cualquier programa alternativo de pol¨ªtica econ¨®mica debe explicar concretamente c¨®mo se estimula la inversi¨®n privada, que es la fuente b¨¢sica del empleo
Santiago Carrillo intervino cubriendo su turno reglamentario y plante¨® dos cr¨ªticas b¨¢sicas al contenido del programa. Por un lado, dijo, no sirve para hacer frente al grave problema del paro. Por otro, es un programa sin perspectiva a medio y largo plazo, y con planteamiento ¨²nicamente para meses. Santiago Carrillo destac¨® que el Gobierno es incapaz de concebir y articular medidas capaces de hacer frente a la crisis. Se?al¨® que ¨¦sta la est¨¢n pagando una mayor¨ªa, concretamente los trabajadores, los pensionistas, los funcionarios y las peque?as y medianas empresas, mientras los que se benefician son una peque?a minor¨ªa.
El Gobierno no sabe afrontar la crisis
Critic¨® la ausencia de un programa de obras p¨²blicas capaz de estimular la demanda y de crear puestos de trabajo. Se refiri¨® tambi¨¦n a la falta de un programa de saneamiento de la empresa p¨²blica y de reestructuraci¨®n de los sectores en crisis. Elogi¨® la reforma fiscal, aunque dijo que, en su opini¨®n, va, a quedar en agua de borrajas.
En este punto elimin¨® de su intervenci¨®n un elogio a Fern¨¢ndez Ord¨®?ez que figuraba en el texto oficioso del discurso. El ex ministro de Hacienda no asisti¨® al Pleno del Congreso.
Como objeci¨®n de fondo al programa, se?al¨® la necesidad de un mayor protagonismo de la inversi¨®n p¨²blica para que alcance la dimensi¨®n de otros pa¨ªses europeos. M¨¢s adelante plante¨® la necesidad de canalizar cr¨¦dito hac¨ªa la peque?a y mediana empresa, as¨ª como de adoptar medidas de reforma agraria, de reforma administrativa y de la Seguridad Social. Finaliz¨®, en un tono un tanto dram¨¢tico, diciendo, refiri¨¦ndose a los bancos del Gobierno y de UCD: ?Vuestro plan es la ley de las multinacionales y de las empresas monopolistas. Pretende mantener el bloque pol¨ªtico-social hegem¨®nico hasta ahora, y asegurarlo con el concurso de la CEOE y de los grupos m¨¢s retardatarios de UCD. Record¨® al Gobierno que dentro de dos o tres a?os la econom¨ªa estar¨¢ peor y habr¨¢ nuevas elecciones, ante las cuales los electores tendr¨¢n memoria. Sus frases finales fueron: ?La clase obrera no se niega a hacer sacrificios, si hay que hacerlos; a trabajar m¨¢s, si hubiera que hacerlo; a elevar la productividad y la disciplina. La clase obrera no se niega a la negociaci¨®n y la est¨¢ pidiendo. Este mismo programa deb¨ªa haber sido objeto de negociaci¨®n..., no dig¨¢is que los trabajadores o que los comunistas se radicalizan, cuando la realidad es que UCD y su Gobierno se derechizan. Uno no sabe si est¨¢ discutiendo con Abril Martorell o con Ferrer Salat. Queremos negociar, queremos soluciones de solidaridad nacional, queremos que los sacrificios se redistribuyan equitativamente. La respuesta est¨¢ en vuestras manos, se?ores del Gobiemo.?
Falsedades de Carrillo
Abril Martorell tom¨® entonces la palabra y, tras se?alar que no hab¨ªa escogido el tono y crispaci¨®n del debate, dijo que se ve¨ªa obligado a rebatir las construcciones del se?or Carrillo, que estaban hechas sobre bases falsas. Dijo que el poder adquisitivo se ha mantenido y que la inflaci¨®n desciende. Que las pensiones han crecido este a?o un 17,7%, y que los salarios de los funcionarios han mejorado en t¨¦rminos monetarios durante los ¨²ltimos a?os. La teor¨ªa de Carrillo, se?al¨®, es que hay muchos oprimidos y pocos opresores, pero su an¨¢lisis est¨¢ lleno de inexactitudes. En este a?o y el pr¨®ximo no se ha reducido el papel de la empresa p¨²blica?, se?al¨® el se?or Abril, ?y quien atenta contra ella son m¨¢s aquellos que no reparan en los costes a la hora de plantear sus demandas. Critic¨® la actitud de Comisiones Obreras, que fue quien impidi¨®, seg¨²n Abril, la negociaci¨®n del oto?o de 1978. ?Yo asum¨ª?, dijo el vicepresidente, ?el coste de ese fracaso.? Finaliz¨® diciendo que quien divide a la clase obrera es quien plantea una movilizaci¨®n en estos momentos, en tomo a un tema como el estatuto de los trabajadores, sobre el que los propios servicios t¨¦cnicos del Partido Comunista han hecho valoraciones positivas, afirm¨®.
El portavoz del Partido Socialista, Enrique Bar¨®n, critic¨® la polarizaci¨®n del debate entre Carrillo y Abril, y record¨® que el PSOE es el partido mayoritario de la izquierda y de la clase trabajadora.
El se?or Bar¨®n valor¨® el programa como un documento-borrador que debe ser negociado y matizado por las fuerzas sociales. Dijo que agudiza las injusticias y que carece de un plan serio para combatir el paro y para crear empleo. Coment¨® que era curiosa la ideolog¨ªa liberal que el Gobierno ha adquirido recientemente y que luego no pone en la pr¨¢ctica en su pol¨ªtica diaria, ya que las decisiones del Gobierno son casi siempre intervencionistas.
Previamente, Ernest Lluch, como portavoz de los Socialistas de Catalu?a, se hab¨ªa manifestado en t¨¦rminos muy similares. Ambos portavoces socialistas criticaron el programa energ¨¦tico del Gobierno, que no asumi¨®, en su d¨ªa, las propuestas socialistas, especialmente en lo referente al tema nuclear.
Ram¨®n Tr¨ªas Fargas, portavoz de la Minor¨ªa Catalana, valor¨® positivamente el programa, aunque previno al Gobierno sobre la importancia de cumplirlo y explicarlo al pa¨ªs para que lo asuma. Se?al¨® que la inflaci¨®n puede dar al traste con la democracia y que el problema econ¨®mico es el m¨¢s grave, m¨¢s incluso que el orden p¨²blico, con que se enfrenta el sistema.
Por el Grupo Andalucista intervino el diputado Miguel Angel Arredonda, que pidi¨® un plan econ¨®mico para Andaluc¨ªa y que la inversi¨®n de las cajas de la regi¨®n se concentre ¨ªntegramente en la misma. Juan Mar¨ªa Bandr¨¦s felicit¨® al Gobierno, por su coherencia al haber conseguido hacer un programa que defiende radicalmente el capitalismo. En parecidos t¨¦rminos se manifest¨® el diputado canario Fernando Sagaseta.
Por Coalici¨®n Democr¨¢tica, Alfonso Osorio critic¨® el retraso en la elaboraci¨®n del programa, pidi¨® medidas de apoyo al ahorro y sin descalificar el programa tampoco se mostr¨® elogioso del mismo.
Por UCD cerr¨® al turno de primeras intervenciones el diputado Luis Gamir, que defendi¨® el contenido y oportunidad del programa y reiter¨® algunos de los argumentos del se?or Abril.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Pol¨ªtica nacional
- PCE
- UCD
- I Legislatura Espa?a
- Relaciones partidos
- Vicepresidencia Gobierno
- Santiago Carrillo
- Plenos parlamentarios
- MEco Espa?a
- Gobierno de Espa?a
- Congreso Diputados
- Pol¨ªtica econ¨®mica
- Ministerios
- Legislaturas pol¨ªticas
- Parlamento
- Gobierno
- Eventos
- Espa?a
- Partidos pol¨ªticos
- Administraci¨®n Estado
- Econom¨ªa
- Pol¨ªtica
- Administraci¨®n p¨²blica
- Sociedad