Radioaficionados
En el n¨²mero de EL PAIS correspondiente al viernes pasado, 28 de los corrientes, en la secci¨®n de cartas al director, aparece una de don Santiago Mira, de Madrid, bajo el t¨ªtulo ?Emisoras de radioaficionados?, en la que, con absoluto desconocimiento de lo que escribe, nos alude desde?osa y hasta agresivamente.Vamos a tratar, en el restringido espacio disponible, de ilustrar al se?or Mira y al mismo tiempo a los lectores de ese apreciado diario que puedan haber quedado influenciados y desorientados por dicha carta que tan pobre imagen presenta de nuestra actividad.
Sepa el se?or Mira y los que esto y aquello leyeren, que ninguna estaci¨®n de radioaficionado puede denominarse Quijote. Si as¨ª lo hac¨ªa la que usted escuch¨® y perturbaba el interesante programa de TVE a que hace referencia, tenga absoluta seguridad de que se trataba de cualquier cosa menos de una estaci¨®n de radioaficionados. Podr¨ªa ser alg¨²n servicio, oficial o privado, banda ciudadana, tal vez alguna estaci¨®n clandestina, pero no de radioaficionado.
Nosotros nos identificamos, internacionalmente, mediante un distintivo compuesto de una o dos letras que especifican el pa¨ªs. As¨ª, EA es Espa?a; G, Inglaterra; LU, Argentina, etc¨¦tera. Sigue un n¨²mero que corresponde al distrito o zona geogr¨¢fica. EA-4 significa una estaci¨®n espa?ola situada en cualquier lugar de Castilla la Nueva o Extremadura. Y siguen dos o tres letras que determinan la estaci¨®n particular de cada uno. Como puede verse, Quijote (con perd¨®n de Cervantes) no puede identificar a ninguna estaci¨®n de radioaf icionado.
Actualmente los radioaficionados operamos, entre otras, en la modalidad de banda lateral. Lo que esto significa no puede explicarse aqu¨ª, pero baste que digamos que sin un receptor especialmente dise?ado para este objeto nadie puede obtener una escucha inteligible y dictaminar si lo que dicen los radioaficionados (cuando realmente lo son) constituyen ?bobadas? y ?llamaditas particulares?, que tan nerviosas ponen a sus distinguidas mujeres, o, como en tantas ocasiones ha ocurrido y seguir¨¢ ocurriendo, se est¨¢ salvando una vida humana.
Nosotros actuamos totalmente dentro de la ley. Si no lo hici¨¦ramos as¨ª no podr¨ªamos ser tales radioaficionados, pues para ello es inexcusable este requisito de legalidad.
?Servicio de radloaficionados; servicio de instrucci¨®n individual de intercomunicaci¨®n y de estudios t¨¦cnicos, efectuado por aficionados, esto es, por personas debidamente autorizadas que se interesanen la radIotecnia con car¨¢cter exclusivamente personal y sin fines de lucro. OM de 28-II-79, Ministerio de Transportes y Comunicaciones, BOE n¨²mero setenta, de 22 de marzo de 1979).
El Duque de Medinaceli, n¨²mero 2, funcionaba, y creemos contin¨²a, el Servicio de Interferencias de TV. All¨ª sugerimos al se?or Mira que se dirija, denuncie su problema y reclame sus derechos a que se localicen y corrijan las perturbaciones que le afectan. As¨ª se aclarar¨ªa la causa, y usted y los suyos disfrutar¨ªan plenamente la exquisitez de los seriales de TVE. Al mismo tiempo, nos exonerar¨ªa de culpa a los rad lo aficionados, a quienes nos cuelga, indudablemente sin mala intenci¨®n, pero s¨ª sin haberse enterado previamente de la realidad, culpas que no nos corresponden.
En cualquier caso, estimado se?or Mira, le invitamos con el
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mayor inter¨¦s a que nos visite en nuestra sede, Uni¨®n de Radioaficionados Espa?oles (URE), Hortaleza, n¨²mero 2, Madrid. All¨ª le informaremos con todo detalle y amplitud y le prestaremos toda la ayuda que est¨¦ a nuestro alcance. Nos agradar¨ªa mucho que localizase la fuente de sus interferencias y una vez conocidas escribiese una nueva carta a esta misma secci¨®n reconociendo lo desacertado de la que ahora comentamos. Si nos honra con su visita y acepta nuestra invitaci¨®n, ?qui¨¦n sabe?, a lo mejor descubre que nuestra afici¨®n no es tan boba como usted piensa y se incorpora a nuestras filas.
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