Dos programas populares
La programaci¨®n de los viernes se refuerza a partir de hoy con dos programas populares y gratificantes para la audiencia: la fauna de Rodr¨ªguez de la Fuente y la comedia brit¨¢nica El nido de Robin. El hombre y la Tierra, de F¨¦lix Rodr¨ªguez de la Fuente, serie d divulgaci¨®n cient¨ªfica, que se mantiene permanentemente en el primer puesto del panel de aceptaci¨®n de programas, vuelve durante tres meses al a?o, casi siempre en oto?o, a la peque?a pantalla. Los programas de F¨¦lix Rodr¨ªguez de la Fuente dan la vuelta al mundo es el espacio de TVE que m¨¢s se vende en el extranjero y uno de lo m¨¢s premiados. F¨¦lix Rodr¨ªguez de la Fuente manifest¨® a EL PAIS que El hombre y la Tierra tiene, por todo el mundo, una audiencia d setecientos millones de espectadores y, sin embargo, est¨¢ dotado de un presupuesto raqu¨ªtico para este tipo de programas cient¨ªficos: cuatro millones de pesetas, cuatro o cinco veces menos que los programas del gran cineasta de la naturaleza, el comandante Cousteau.A partir de hoy estar¨¢n en antena veinte cap¨ªtulos nuevos en tres partes: siete de fauna ib¨¦rica, siete canadienses y otros seis que cerrar¨¢n definitivamente la serie ib¨¦rica. ?Esta nueva etapa en TVE es para nosotros?, dice Rodr¨ªguez de la Fuente, ?muy importante porque ponemos fin al largo ciclo de fauna ib¨¦rica, despu¨¦s de cuatro a?os de rodaje y dos de montaje, para un total de 104 pel¨ªculas. Ahora iniciamos la fase mundial de El hombre y la Tierra, la aventura internacional de la fauna. Comenzamos en Canad¨¢. Hemos recorrido 50.000 kil¨®metros por los territorios m¨¢s salvajes. All¨ª logramos penetrar en una caverna descubierta en 1971, y en la que se conservan, a ochocientos metros de profundidad y a una temperatura permanente de cinco a diez grados bajo cero, 109 esqueletos de cameros blancos. Cousteau quiso penetrar con las c¨¢maras, pero no pudo. Nosotros pedimos a TVE ampliaci¨®n de presupuesto, metimos una tonelada de material y equipos de filmaci¨®n y logramos un extraordinario reportaje. Aquello es como la catedral de Burgos, pero de hielo. Lo titularemos El cementerio de hielo, y lo presentaremos en el pr¨®ximo certamen de Par¨ªs. Los programas de esta nueva etapa tienen m¨¢s de reportaje cient¨ªfico que de an¨¢lisis profundo de la biolog¨ªa de las especies. El pr¨®ximo d¨ªa 17 volveremos a ese terrible, desde el punto de vista t¨¦rmico, y hermos¨ªsimo invierno canadiense. Despu¨¦s iremos a Kenia y Mauritania.?
F¨¦lix Rodr¨ªguez de la Fuente, con un equipo de veinte personas, sigue en la brecha a un ritmo de producci¨®n lento por las dificultades de rodaje, y sin faltar a la cita con los telespectadores desde 1973. ?La preparaci¨®n del programa, El quebrantahuesos, que se ver¨¢ en esta serie, nos llev¨® cuatro a?os de trabajo y espera paciente detr¨¢s de las c¨¢maras. ?El ¨¦xito de El hombre y la Tierra guarda relaci¨®n directa con la degradaci¨®n del medio ambiente y el deseo del telespectador de conocer la naturaleza, participar de alguna manera en la salvaci¨®n de los animales en peligro de extinci¨®n. El programa es tambi¨¦n una campa?a de sensibilizaci¨®n en la lucha por conservar el equilibrio ecol¨®gico.
El otro programa, ahora estelar, ante el fracaso de la serie de Prado del Rey, El se?or Villanueva y su gente, que pretend¨ªa sustituir al humor de Los Roper, ten¨ªa que ser necesariamente un producto brit¨¢nico: El nido de Robin. Los Roper fue una de las poqu¨ªsimas series europeas que ha logrado, y sigue todav¨ªa, uno de los primeros puestos en los rating de audiencia de las televisiones de Estados Unidos. Sucedi¨® lo mismo con El nido de Robin en Gran Breta?a.
TVE ha comprado veintis¨¦is episodios de media hora de duraci¨®n, de este telefilme protagonizado por Richard O'Sullivan, y que es continuaci¨®n de Un hombre en casa, serie que tambi¨¦n hab¨ªa alcanzado un notable ¨¦xito de audiencia en TVE. El matrimonio Roper se fue a una urbanizadora y Robin abandona a Jo y Chris, aprueba los ex¨¢menes y es ahora un ?chef? cualificado, pero sin trabajo. Robin vive con Vicky, su novia, en un apartamento de su futuro suegro, que desaprueba las relaciones entre los dos j¨®venes. Vicky quiere casarse, y Robin, no. El protagonista abre un bistro en el restaurante vac¨ªo de la planta baja y pretende convertirlo en un establecimiento de ¨¦xito. A partir de estas tres o cuatro situaciones elementales, los guionistas de la Thames Television montan una comedia de humor donde los gags se suceden como en una cinta sin fin.
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