Reprimenda justificada

No hubo muertos en el Bernab¨¦u en el partido Madrid-Levski, pero el p¨²blico lleg¨® a o¨ªr el crujir de huesos. El Levski no supo aceptar la derrota y algunos jugadores madridistas no fueron capaces de librarse de la trampa del machismo a la vieja usanza.Stielike y Benito cometieron el error de buscarse una amonestaci¨®n que puede ser notablemente perjudicial para el club en venideras eliminatorias. Stielike es un hombre temperamental, que a menudo tiene roces con los contrarios. Decir que ¨¦l empez¨® a dar palos quiz¨¢ no sea justo. Pero, evidentemente, colabor¨® en el calentamiento del horno.

El p¨²blico del Bernab¨¦u cometi¨® el error de animar a Benito en busca de una venganza moruna que pudo dejar chica a la de Piment¨® contra Batiste. La entrada de Benito a un adversario en plena batalla fue de m¨¢s de dos rombos. No recuerdo haber visto jugada m¨¢s violenta que la protagonizada por el defensa madridista que, ¨²ltimamente, ven¨ªa jugando con un estilo impecable. Que calentasen a Santillana -por ejemplo- cada vez que interven¨ªa cerca del ¨¢rea no justific¨® la reacci¨®n de Benito. Que el Levski usara guada?as en lugar de borcegu¨ªes no daba patente de corso a los dem¨¢s. El absurdo ¨¢rbitro belga que toc¨® en desgracia ya se vio que acabar¨ªa por sancionar a los madridistas en cuanto intentasen tomarse la justicia por su mano. La reprimenda de Boskov, a quienes no supieron sujetar sus nervios, hay que aplaudirla. No mereci¨® la pena comprometerse cuando todo estaba ganado.