Un Estado con grandes contradicciones internas
El r¨¦gimen de ?bienestar otorgado? que caracteriza a la RDA choca con las aspiraciones de los sectores socialistas din¨¢micos de Alemania Oriental. La mayor parte de los llamados ?disidentes? considera la RDA como una gran esperanza para toda Alemania, a pesar de que persisten formas y modos en la estructura sociopol¨ªtica del pa¨ªs que no concuerdan con las aspiraciones socialistas. Parte de esa esperanza podr¨ªa concretarse aqu¨ª y ahora en el hecho de que la amnist¨ªa anunciada por la RDA alcanzase a dos opositores: Rudolf Barho y Niko Huebner. As¨ª, la lucha por la libertad de expresi¨®n, asociaci¨®n, coexiste con una gran actividad creadora en sectores tan diversos como la literatura y el deporte. Informa Julio Sierra.
El pa¨ªs refleja en estos momentos grandes contradicciones internas, perceptibles a todos los niveles. Unas contradicciones que bien podr¨ªan desembocar en un avance del socialismo democr¨¢tico si no fuera porque, al este y al oeste de la RDA, se plantean dos inc¨®gnitas -elecciones generales en la RFA, en 1980, incertidumbre sobre la etapa ?post-Brejnev- que se unen a las crisis econ¨®mica y de conciencias dentro del propio pa¨ªs.La primera gran contradicci¨®n fue la renuncia a las aspiraciones de reunificaci¨®n del pueblo alem¨¢n en su conjunto -diecisiete millones de la RDA y los 62 de la RFA-, una meta que se fij¨® en 1949 y que se fue abandonando a medida que se acentuaron las incompatibilidades de las respectivas sociedades a la sombra de la ?guerra fr¨ªa?. Al morir, el 1 de agosto de 1973, Walter Ulbricht -el ?pol¨ªtico alem¨¢n m¨¢s fecundo de este siglo?, seg¨²n la televisi¨®n federal-, qued¨® plenamente desarticulado un primer intento de despegue respecto de la URSS, protagonizado por el propio Ulbricht.
El propio l¨ªder estalinista germano-oriental hab¨ªa ordenado, como signo de creciente resistencia respecto de Mosc¨², que la nueva torre de la televisi¨®n de la RDA -el ?tele-esp¨¢rrago?, como es conocido popularmente- midiese 361 metros, uno m¨¢s de la altura autorizada por los sovi¨¦ticos. El viejo saj¨®n, irreconciliable antagonista del viejo renano Adenauer, no tiene ahora en el pa¨ªs, creo, ni un solo monumento, ni una sola l¨¢pida que recuerde su memoria.
Las contradicciones internas del r¨¦gimen de Berl¨ªn oriental se patentizaron de un modo especial a partir de 1976. El respiro que signific¨® para los intelectuales la aparici¨®n de Honecker como jefe supremo del pa¨ªs, en 1971, termin¨® pronto, al decidirse una acci¨®n decidida contra los cr¨ªticos del sistema, empezando por el poeta y cantante Biermann, expulsado a la RFA. Tres a?os antes, en 1973, la RDA hab¨ªa organizado con gran ¨¦xito internacional el X Festival Mundial de la Juventud, bajo el lema de una discusi¨®n libre y sin trabas de los j¨®venes de todo el mundo. El experimento concluy¨®, en su parte pol¨¦mica, con la expulsi¨®n masiva de Berl¨ªn oriental de militantes democristianos, trotskistas y mao¨ªstas llegados de la RFA ?con intenciones provocadoras?, seg¨²n Berl¨ªn este.
Honecker hab¨ªa heredado de Ulbricht un pa¨ªs casi plenamente reconstruido, una capital en la que cada 36 d¨ªas se conclu¨ªan las obras de un edificio de gran altura, una sociedad movida a¨²n por el entusiasmo revolucionario de la construcci¨®n de una nueva Aleman¨ªa, una juventud que todav¨ªa otorgaba un sentido a la guardia permanente que deb¨ªa prestar ante el monumento a Marx. En el mismo a?o 1971, el comit¨¦ central del Partido Socialista Unificado sufri¨® una decepci¨®n al comprobar, mediante una encuesta realizada por ¨¦l, que el 75 % de los j¨®venes de la RDA entre diecis¨¦is y veinticinco a?os se sent¨ªa m¨¢s alem¨¢n que ciudadano de la RDA. El procedimiento para recuperar a esta juventud -?una juventud convencida equivale a una patria estable?, seg¨²n un principio de Honecker ser¨ªa el plan ?casa, coche, m¨²sica y datcha?, seg¨²n esquematizan los propios ciudadanos orientales.
El objetivo ¨²ltimo era evitar levantamientos de la poblaci¨®n como el del 17 de junio de 1953, en el que la clase trabajadora de la RDA se levant¨® contra la presencia sovi¨¦tica y, sobre todo, contra la carest¨ªa de la vida. En los comienzos de la ?era Honecker? los salarios se incrementaron r¨¢pidamente hasta los 1.400 marcos de m¨ªnimo con un factor estabilizador: los precios se han mantenido hasta 1979 pr¨¢cticamente congelados.
Un trabajador comentar¨ªa a este respecto: ?Tengo un sueldo aceptable, hasta puedo ahorrar para comprarme una datcha en el campo. Lo malo es que no encuentro herramientas para irla construyendo los fines de semana.? A partirde 1976 ha surgido incluso una oposici¨®n organizada que dio a los medios de prensa un manifiesto en el que se abogaba por una orientaci¨®n eurocomunista, una posici¨®n que no logr¨® afirmarse en el pa¨ªs. En 1970, el profesor Robert Havemann, ex militante ant¨ªfascista y ex diputado del Partido Socialista Unificado, hac¨ªa llegara Occidente su autobiograf¨ªa y facilitaba a Der Spiegel una entrevista que luego le acarrear¨ªa consecuencias. En la entrevista esquematizaba su posici¨®n contraria a la libertad de expresi¨®n al modo occidental (?la opini¨®n apenas tiene peso pol¨ªtico, y no alcanza en el nervio a los verdaderos due?os del poder?), y, al tiempo, exigente para con el Gobierno de su pa¨ªs, al que atribu¨ªa violar sistem¨¢ticamente el art¨ªculo 27 de la Constituci¨®n, que ampara los derechos y libertades del ciudadano germanooriental.
Sacrificios
La RDA, miembro de la ONU desde 1973, un pa¨ªs nuevo desde el punto de vista arquitect¨®nico, que mantiene relaciones diplom¨¢ticas con 126 pa¨ªses, potencia industrial mediana, se pregunta impl¨ªcita mente, al cumplir treinta a?os, qui¨¦n es y a d¨®nde va. Erich Honecker debe hacer frente ahora a un tradicional principio de su pol¨ªtica: bajo ning¨²n concepto nos permitiremos renunciar a las cotas econ¨®micas que vayamos conquistando. Tambi¨¦n en el nivel de consumo. Sin embargo, el comit¨¦ central del partido que preside, el Consejo de Ministros y los sindicatos hicieron en agosto pasado un llamamiento a la poblaci¨®n pidiendo sacrificios y ahorro con el fin de elevar las exportaciones. Sacrificios y ahorro para el a?o 31 de la RDA.
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