Manifestaci¨®n de protesta en Roma contra la extradici¨®n de Piperno
Un centenar de j¨®venes de extrema izquierda se manifest¨® ayer en los alrededores de la Universidad de Roma en se?al de protesta contra la concesi¨®n de la extradici¨®n de Franco Piperno, uno de los principales l¨ªderes de la organizaci¨®n izquierdista Autonom¨ªa Obrera, concedida el mi¨¦rcoles por las autoridades francesas. Piperno, a quien los jueces italianos acusan de complicidad en el secuestro y asesinato del presidente de la Democracia Cristiana Aldo Moro, escap¨® a su detenci¨®n hace cinco meses y se hab¨ªa refugiado en Francia.
Piperno, catedr¨¢tico de F¨ªsica en la Universidad de Cosenza, en Calabria, fue trasladado a Roma en las primeras horas de la ma?ana de ayer a bordo de un avi¨®n militar franc¨¦s.Piperno, que llevaba un jersey oscuro y una camisa a cuadros, fue trasladado inmediatamente en coche blindado a la c¨¢rcel romana de Rebibbia, donde se encuentra sometido a r¨¦gimen de incomunicaci¨®n. Durante todo el viaje, que dur¨® dos horas, estuvo en silencio.
Mientras el avi¨®n estaba llegando a Roma, universitarios de extrema izquierda se enfrentaron con la polic¨ªa, que hab¨ªa prohibido una manifestaci¨®n a favor de Piperno. Se quemaron autobuses de l¨ªnea, coches de polic¨ªa y se levantaron barricadas en el barrio de la universidad. Hubo algunos heridos.
El l¨ªder de la extrema izquierda italiana deb¨ªa haber sido detenido junto con Ton? Negri y otros dirigentes de Autonom¨ªa, acusados por los jueces italianos de constituci¨®n de banda armada, de sublevaci¨®n contra el Estado y de ser los cabecillas de las Brigadas Rojas, as¨ª como de participaci¨®n en el secuestro y asesinato de Aldo Moro. Tras cinco meses de clandestinidad, fue detenido en la famosa cafeter¨ªa de La Madeleine, en el centro de Par¨ªs, al parecer por un soplo de un turista comunista italiano que lo hab¨ªa reconocido.
Durante los dos ¨²ltimos meses ha existido una verdadera batalla entre la Magistratura de Roma y los jueces franceses. Por tres veces se negaron a soltar a Piperno los magistrados de Par¨ªs, pidiendo cada vez nueva informaci¨®n sobre las acusaciones contra el l¨ªder de Autonom¨ªa.
Los jueces franceses llegaron a un compromiso y concedieron la extradici¨®n, pero aceptando s¨®lo como plausibles dos de las 45 acusaciones presentadas por sus colegas italianos. Se refieren a la presunta ?complicidad? de Piperno en el secuestro y asesinato de Aldo Moro. Concretamente, los magistrados han aceptado como acusaciones plausibles contra el l¨ªder italiano el hecho de que Piperno llamara a su compa?era de universidad Giuliana Conforto a Roma para que alojara en su casa a Valerio Morucci y Adriana Faranda, dos brigadistas presuntamente implicados en el asesinato, de Aldo Moro.
Otra acusaci¨®n aceptada por los franceses se refiere a la publicaci¨®n por la revista Metropoli, de la que Piperno era director, de una serie de vi?etas imaginarias que reproduc¨ªan el secuestro y prisi¨®n de Moro. Al parecer, todos los detalles coincid¨ªan con la posible prisi¨®n de Moro, descubierta por la polic¨ªa en Vescovio, cerca de Roma. Y, finalmente, el hecho de que Piperno fuese el ?mediador? de algunos pol¨ªticos durante la prisi¨®n del l¨ªder democristiano, llegando a indicar las condiciones de las Brigadas Rojas para poder salvar la vida del estadista democristiano.
Esta ¨²ltima acusaci¨®n est¨¢ creando quebraderos de cabeza a los socialistas italianos. En realidad, fueron nada menos que Bettino Craxi y Claudio Signorile, secretario y vicesecretario general del Partido Socialista, quienes durante la prisi¨®n de Moro tuvieron una serie de contactos, sin resultados, con Piperno para ver si era posible encontrar una soluci¨®n al caso.
Los l¨ªderes socialistas afirmaron que Piperno nunca pudo decirles nada concreto y demostr¨® en todo momento que no estaba en contacto directo con los brigadistas.
Franco Piperno proviene de una familia riqu¨ªsima. A su matrimonio hab¨ªan asistido privadamente el presidente del Gobierno y alg¨²n ministro. Los intelectuales de izquierdas italianos han sostenido siempre que el catedr¨¢tico de F¨ªsica es s¨®lo un ide¨®logo y que es inocente en materia de terrorismo.
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