Un sector de la extrema izquierda ofrece su cooperaci¨®n a la Junta salvadore?a
Las Ligas Populares 28 de Febrero, una de las organizaciones m¨¢s activas del Frente de Acci¨®n Popular Unificada (FAPU) y protagonista, junto con el Ej¨¦rcito Revolucionario del Pueblo (ERP), de los violentos incidentes producidos en El Salvador durante los d¨ªas pasados, anunciaron en la ma?ana de ayer que hab¨ªan reconsiderado su posici¨®n con respecto a la Junta Revolucionaria de Gobierno y que ofrec¨ªan su apoyo al sector progresista del movimiento. Se?alaron igualmente que hablan suspendido todas las acciones pr¨¢cticas, tales como ocupaci¨®n de barrios. Un pronunciamiento similar podr¨ªa producirse por parte del ERP.
Tan s¨®lo tres horas antes, cinco autobuses ard¨ªan en el centro de la capital. Simult¨¢neamente, un coronel del Ej¨¦rcito ca¨ªa muerto por los disparos realizados por un grupo de desconocidos. La comisi¨®n pol¨ªtica de las LP-28, que suministr¨® la informaci¨®n, asegur¨® no tener ninguna responsabilidad en la muerte del coronel y .reconoci¨® que tanto la quema de autobuses como los incendios producidos en la noche del jueves en subestaciones el¨¦ctricas de San Salvador eran acciones programadas previamente, que no se pudieron evitar por un problema de incomunicaci¨®n.El diametral cambio de actitud de este grupo izquierdista se produce de forma sorprendente y parece significar un margen de confianza para la junta revolucionaria que derroc¨® al r¨¦gimen del general Romero. Los atentados de anteanoche y los incidentes de ayer por la ma?ana hab¨ªan hecho pensar a los observadores que las organizaciones ultraizquierdistas no conceder¨ªan ninguna tregua a las nuevas autoridades.
Los dirigentes de las Ligas Populares reconocieron que inicialmente se hab¨ªan puesto en contra del golpe militar en virtud de la tradicional desconfianza popular ante cualquier acci¨®n de las fuerzas armadas salvadore?as, pero que las declaraciones iniciales de la junta y algunas de sus acciones concretas hac¨ªan necesaria una reconsideraci¨®n de esa postura. Admitieron que las nuevas circunstancias eliminaban pr¨¢cticamente la necesidad y la oportunidad de una insurrecci¨®n popular.
En la tarde del jueves, en rueda de prensa ofrecida a un centenar de periodistas, la mayor¨ªa extranjeros, los tres civiles y dos militares que configuran la c¨²spide del poder salvadore?o trataron de ofrecer nuevas pruebas sobre la sinceridad de sus prop¨®sitos democr¨¢ticos. Anunciaron la formaci¨®n de una comisi¨®n especial que investigar¨¢ el paradero de desaparecidos, la situaci¨®n de los presos pol¨ªticos (que ser¨¢n liberados en los pr¨®ximos d¨ªas, de acuerdo con el decreto de amnist¨ªa dictado por la Junta) y las innumerables denuncias de asesinatos y torturas realizadas por organismos de seguridad de Gobiernos anteriores y organizaciones paramilitares.
Sorprendi¨® a los informadores la afirmaci¨®n del coronel Guti¨¦rrez cuando, ante la insistencia de las preguntas sobre la situaci¨®n de los presos pol¨ªticos en el pa¨ªs, respondi¨®: ?Ojal¨¢ tuvi¨¦ramos un preso pol¨ªtico, para poder liberarlo inmediatamente. ? Esta frase, que no tuvo posteriores aclaraciones, podr¨ªa tener relaci¨®n con las versiones circuladas en las ¨²ltimas horas sobre supuestas matanzas en las c¨¢rceles salvadore?as en las confusas horas que precedieron al triunfo del golpe militar.
Aunque los miembros de la Junta declinaron se?alar fechas concretas, aseguraron que su prop¨®sito era realizar elecciones presidenciales antes de que finalice el a?o 1980, para lo que se abrir¨¢ inmediatamente un registro de partidos pol¨ªticos. Se hizo una invitaci¨®n a todos los grupos, sin excepci¨®n, para que se inscribieran en dicho registro, que establecer¨¢ como ¨²nica condici¨®n el respeto a las normas del juego democr¨¢tico.
La Junta anunci¨® el inmediato establecimiento de relaciones diplom¨¢ticas con Cuba, la intenci¨®n de normalizar la situaci¨®n con Honduras (pa¨ªs con el que El Salvador combati¨® hace quince a?os) y anunci¨® que hab¨ªa recibido muestras de simpat¨ªa por parte de las autoridades nicarag¨¹enses.
Para cumplir las iniciales promesas de reestructuraci¨®n profunda de los cuerpos de seguridad del Estado, el coronel Majano anunci¨® los nombres de los nuevos directores de la Guardia y la Polic¨ªa Nacional.
La gran derecha salvadore?a, detentadora del poder durante m¨¢s de cuarenta y cinco a?os mediante sucesivos Gobiernos militares, sigue sin hacer o¨ªr su voz. La Agrupaci¨®n Nacional de Empresarios ha mantenido largas reuniones en estos d¨ªas, pero no ha habido un pronunciamiento concreto todav¨ªa. S¨ª lo ha hecho la Federaci¨®n de la Peque?a Empresa, que ha ofrecido su apoyo y respaldo a las nuevas autoridades.
En el mismo sentido se ha manifestado Jos¨¦ Napole¨®n Duarte, uno de los pocos l¨ªderes pol¨ªticos con arraigo popular de El Salvador. Duarte, dirigente de la Democracia Cristiana salvadore?a, anunci¨® desde su exilio en Caracas su inmediato regreso al pa¨ªs, y pidi¨® a sus compatriotas confianza y apoyo para la Junta Revolucionaria de Gobierno, cuya proclama inicial alab¨® y respald¨®.
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