Comisiones Obreras y UGT debatieron sus diferentes concepciones sindicales ante al empresariado
Secciones sindicales y comit¨¦s de empresa, productividad, flexibilidad de plantillas, unidad sindical y acatamiento o no por los sindicatos del estatuto del trabajador que salga de las Cortes y, en consecuencia, de la democracia, fueron algunos de los temas planteados por el empresariado a Marcelino Camacho y Nicol¨¢s Redondo, secretarios generales de CCOO y UGT, en un debate organizado por la Asociaci¨®n para el Progreso de la Direcci¨®n (APD), bajo el lema ?Las centrales sindicales, ante el programa econ¨®mico del Gobierno?.
Los secretarios generales expusieron previamente al coloquio, ante cuatrocientos empresarios, los motivos de su rechazo al programa econ¨®mico del Gobierno. Nicol¨¢s Redondo afirm¨® que la cr¨ªtica de UGT al programa gubernamental ?parte del reconocimiento de la existencia de una crisis profunda y estructural de nuestra econom¨ªa, que se traduce .en una persistente tasa de inflaci¨®n y principalmente, desde nuestra ¨®ptica, en un aumento constante del paro?. Frente a esta crisis -dijo Redondo-, UGT propuso una pol¨ªtica de ajuste gradual que admitiera la adopci¨®n de medidas estructurales que permitieran superarla y dar salida al sistema econ¨®mico. Se fijaba como principal objetivo el empleo, ?conjug¨¢ndolo de forma equilibrada con el tratamiento de la inflaci¨®n. El Gobierno a?adi¨®, ?ha preferido tratar la inflaci¨®n prioritariamente, fijando unos objetivos poco realistas, a nuestro modo de ver. El tiempo nos ha dado la raz¨®n; lamentablemente, el Gobierno responsabiliza, con una interpretaci¨®n interesada, al incremento del precio del petr¨®leo, la evoluci¨®n de los salarios y al proceso electoral de la actual situaci¨®n econ¨®mica?.Frente a estos argumentos, el Gobierno nada dice -afirm¨® Redondo- de la elevaci¨®n de los costes de la Seguridad Social, del incremento espectacular de los costes financieros y de las dificultades crediticias de muchas empresas. El programa econ¨®mico pretende que salgamos de la crisis con una filosof¨ªa de neoliberalismo econ¨®mico: liberalizaci¨®n de precios, una pol¨ªtica de rentas con intervencionismo en el mercado de trabajo, un papel secundario y de apoyo al sector privado por parte del p¨²blico y un intento de liberar recursos para la iniciativa privada por v¨ªa de reducci¨®n del gasto p¨²blico y no por un aumento de la presi¨®n fiscal.
La UGT, en su oposici¨®n al programa econ¨®mico, no practicar¨¢ exclusivamente la contestaci¨®n y propiciar¨¢ la b¨²squeda conjunta de soluciones a la crisis.
Parecidos argumentos esgrimi¨® Marcelino Camacho contra el plan econ¨®mico del Gobierno, haciendo hincapi¨¦ en la necesidad de una pol¨ªtica de solidaridad y de responsabilidad nacional para salir de la crisis econ¨®mica. Tras felicitarse por el proceso de transici¨®n pol¨ªtica, afirm¨® que, por el contrario, en el campo sindical y en el econ¨®mico no hab¨ªa habido reforma y democratizaci¨®n. ?El programa econ¨®mico del Gobierno no el una salida. No conduce a salir de la crisis, a absorber el paro. Se basa en dos pilares que est¨¢n agrietados: el Plan Energ¨¦tico ) la pol¨ªtica de relaciones laborales, y el estatuto de los trabajadores y, CCOO est¨¢ dispuesta a negociar y, por supuesto, a presionar, concluy¨® Marcelino Camacho, si no se consigue esta negociaci¨®n para encontrar una salida pactada, nacional, europea y conforme con los intereses de los trabajadores y del pa¨ªs.
Los diferentes puntos de vista sobre la acci¨®n sindical en la empresa, y concretamente sobre las funciones del comit¨¦ de empresa y de la secci¨®n sindical, se pusieron de manifiesto, entre las dos centrales, a preguntas de los empresarios. Manuel Chaves, de UGT, defendi¨® la facultad de negociar convenios en la empresa y convocar huelga en las secciones sindicales como medio imprescindible para el fortalecimiento del poder sindical, que a su vez -dijo-, es fundamental para la estabilidad democr¨¢tica. A los empresarios les gusta m¨¢s los comit¨¦s, dijo, porque son m¨¢s f¨¢ciles de manipular dada su desvinculaci¨®n de estructuras sindicales superiores al marco de la empresa y la falta de perspectiva, en consecuencia, a la hora de abordar determinados problemas. Marcelino Camacho, brevemente, defendi¨® la facultad de negociar convenios en la empresa para los comit¨¦s, argumentando la baja afiliaci¨®n que existe en los sindicatos; ello hace de los comit¨¦s el ¨®rgano unitario que puede defender mejor los interese, de afiliados y no afiliados.
Preguntados sobre la productividad, los sindicalistas respondieron que estaban dispuestos a negociarla a cambio de una cierta corresponsabilidad y que, por otra parte, la productividad tambi¨¦n depende de una renovaci¨®n tecnol¨®gica y de una mejor organizaci¨®n. Esto exige inversiones. Camacho coment¨® los aumentos de productividad en La Camocha y Fabero, como consecuencia de acuerdos entre los sindicatos y las direcciones.
En cuanto a flexibilidad de plantillas, Marcelino Camacho dijo que los sindicatos no tienen temor a hablar de ello, pero en otras condiciones que las hoy existentes: mill¨®n y medio de parados y una cobertura del seguro de desempleo insuficiente y que no protege a todos.
En relaci¨®n con la unidad sindical, en un almuerzo que precedi¨® a las conferencias y al coloquio, CCOO insisti¨® en que era necesaria para negociar con alguna fuerza con la patronal. La firma de los acuerdos de Renfe la explic¨® precisamente por esta divisi¨®n. UGT, por su parte, volvi¨® a referirse a la unidad de acci¨®n puntual y no permanente de acuerdo con los problemas y conflictos. Algunas centrales pretenden que la unidad sindical sea la asunci¨®n, sin m¨¢s, de sus estrategias. Con respecto a Renfe, dijo que varios d¨ªas despu¨¦s de la firma de unos acuerdos entre su central y la direcci¨®n de los ferrocarriles, el comit¨¦ de empresa hab¨ªa tambi¨¦n firmado.
Ambos dirigentes, Redondo y Camacho, explicaron su voluntad de llegar a un acuerdo marco interconfederal con la CEOE que facilitar¨¢ la negociaci¨®n colectiva.
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