La campa?a por el Estatuto de Sau ha resultado fr¨ªa y confusa

La campa?a del refer¨¦ndum organizada por la Generalitat de Catalu?a ha sido confusa y contradictoria, como la misma vida pol¨ªtica catalana. Esa ha sido su principal virtud: la de ser reflejo de la inconsistencia ideol¨®gica y pol¨ªtica de toda la vida p¨²blica del principado. El oportunismo y la contradicci¨®n extremas del presidente de la Generalitat, -que en pocos d¨ªas, y sin mediar explicaci¨®n, pas¨® de formular los m¨¢s duros ataques al Estatuto ?marxista? y ?obra de Su¨¢rez y cuatro partidos?, a recomenda el s¨ª-, unidos a la debilidad pol¨ªtica de los partidos y sus dirigentes, no pod¨ªan dar otro resultado.

Como guinda apropiada para este coctel, destac¨® la direcci¨®n de la campa?a, en manos del consejero de Gobernaci¨®n de la Generalitat de Catalu?a, Manuel Ort¨ªnez. Es ya un secreto a voces que Ort¨ªnez ?pasa? de la pol¨ªtica catalana, por decirlo mediante un verbo muy en uso. Su ?pasotismo? est¨¢ plenamente justificado por el fracaso de sus intentos de racionalizar y dar una consistencia a una instituci¨®n que en la actualidad, por voluntad de su presidente, es un magma inoperante y radicalmente ineficaz, ajeno a la vida social real.En este marco no es extra?o que la campa?a resultara de una frialdad glacial. ?Es una situaci¨®n sin precedentes en la historia del derecho constitucional mundial?, afirm¨® a EL PAIS una alta fuente oficial, desconcertada ante la inoperancia de la campa?a de la Generalitat.

El problema del huevo y la gallina se replantea bajo los t¨¦rminos de si primero fue alejamiento de los partidos de la problem¨¢tica de la calle o bien si este alejamiento es fruto de la indiferencia popular. Lo m¨¢s probable es que de la misma manera que primero fue el huevo y luego la gallina, primero fuese el alejamiento de los partidos de la calle. Pero ahora los muy leves intentos de organizaci¨®n de m¨ªtines pol¨ªticos en ocasi¨®n del refer¨¦ndum en ciernes -protagonizados por los socialistas y por el partido de Pujol- se saldaron en claros fracasos, con una escandalosa ausencia de p¨²blico, sin precedentes inmediatos.

A ello podemos agregar que la informaci¨®n obtenida mediante la campa?a de la Generalitat era poca, cuando no absolutamente incierta. As¨ª se informaba que la Generalitat tendr¨¢ competencia ?exclusiva? en materia de ense?anza, cuando ¨¦sta s¨®lo ser¨¢ ?plena?, que no es en absoluto lo mismo, sino que ello constituye una de las principales diferencias entre el texto de Sau y el ahora sometido a refrendo popular.

Pese a todo, no existe duda alguna respecto a que el resultado del refer¨¦ndum ser¨¢ un s¨ª muy claro. Las previsiones de voto indican, en efecto, de un 60% a un 65% de participaci¨®n. De los votantes, un 90% se inclinar¨¢n, seg¨²n las mismas estimaciones, de fuente oficial, por el s¨ª.

Seg¨²n muchos observadores pol¨ªticos catalanes, el hecho de que el pueblo crea que ya est¨¢ aprobado el Estatuto ha influido en la escasa movilizaci¨®n de la campa?a. De ah¨ª que, durante la fase final de la misma, numerosos l¨ªderes hayan insistido en la necesidad de acudir a votar el d¨ªa 25, ya que del respaldo popular que se obtenga para el Estatuto depende la amplitud de su desarrollo posterior. En cualquier caso, es evidente que ni siquiera en los ¨²ltimos d¨ªas ha podido elevarse, de forma considerable, el tono de la campa?a.