Abrigo de entretiempo
Los rusos, sovi¨¦ticos o no, gustan de hacer hablar a sus m¨¢s queridos animales. Ya se trate de caballos, como en el cuento de Tolstoi, o de humildes perros de la calle, como en el de Michael Afanasevic Bulgakov, el caso es que en sus aventuras con los hombres aqu¨¦llos siempre acaban saliendo malparados. Ello se debe, en parte, a que esos mismos hombres suelen utilizar a su mejor amigo para satirizar a personajes e instituciones de sus semejantes. Tal sucede a lo largo de una prolongada tradici¨®n literaria, que llev¨®, en la Rusia de los zares y en la que tras ella vino, a tantos ilustres personajes del pasado siglo.Bulgakov, a¨²n en empe?os superiores, conoci¨® el desv¨ªo, cuando no la condena, de sus mentores sovi¨¦ticos, en especial en la ¨¦poca de Stalin, por su violenta vena cr¨ªtica. Disc¨ªpulo de Gogol, cuya influencia puede seguirse en sus relatos f¨¢cilmente, es l¨®gico que sus obras hayan llamado la atenci¨®n de Lattuada, que, precisamente con una historia de aquel gran escritor, consigui¨® el mayor ¨¦xito de su larga carrera vacilante.
Coraz¨®n de perro
Seg¨²n la obra de Michael Bulgakov. Gui¨®n de Viveca Melander y Alberto Lattuada. Director: Alberto Lattua Fotograf¨ªa: Lamberto Caimi. M¨²sica: Piero Piccioni. Int¨¦rpretes: Max Von Sydow, Cochi Ponzoni, Eleonora Georgi, Mario Adorf. Comedia sat¨ªrica. Italia-R. F. Alemana. Locales de estreno: Palace, Pe?alver, Gayarre.
Il Cappotto (El abrigo), supuso, en su momento, una variante ir¨®nica y distante del neorrealismo en boga, demasiado preocupado por los problemas sociales para alzar la mirada de la tierra. Supuso tambi¨¦n una puesta en escena admirable, como ha podido comprobarse en televisi¨®n recientemente, unos actores exactos y un prodigio de ambientaci¨®n. De todo ello hay en este otro cappotto en tono menor, en este Coraz¨®n de perro, cuyo t¨ªtulo y publicidad pueden inducir a error a sus posibles espectadores.
Sin embargo, resulta demasiado evidente que Bulgakov no es Gogol y que se echa de menos la presencia, el arte, de Renato Rascel. Adem¨¢s, el gui¨®n se resiente de amplias lagunas, que se intenta llenar con escenas teatrales, aparte de que la voz humana del perro no permite salvar el paso siempre peligroso de la acci¨®n real al mundo de la f¨¢bula.
Los mejores momentos son aquellos en que la s¨¢tira asoma, apuntando a los nuevos tiempos, que tan rigurosamente habr¨ªan de tratar al escritor. Mas von Sydow, en su papel de sabio eg¨®latra reaccionario, olvida por una vez sus obras bergmanianas, en teor¨ªa m¨¢s trascendentales, bien secundado por Eleonora Gorgi y la comuna del piso superior, vista de un modo paternalista y convencional en su universo divertido y proletario. As¨ª, a medias entre la ciencia-ficci¨®n y la pol¨ªtica, entre Frankenstein y la revoluci¨®n, Lattuada vuelve ahora con un filme divertido y pat¨¦tico, un tanto divertido y bastante rom¨¢ntico.
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