Ladrones

Como la mayor¨ªa de los buenos directores canadienses de habla inglesa, Daryl Duke trabaja indistintamente en Estados Unidos y Canad¨¢, para televisi¨®n o cine. Y, como tambi¨¦n les ocurre a los dem¨¢s, su origen no interfiere con su trabajo: sus telefilmes son tan norteamericanos como los de cualquier otro, as¨ª como sus pel¨ªculas canadienses. Aunque ha realizado la mayor¨ªa de su trabajo en ese terreno tan resbaladizo que se sit¨²a a medio camino entre la ?serie B? y el telefilme, lo que hace que indistintamente puedan ser estrenados en salas cinematogr¨¢ficas o en televisi¨®n, cuenta en su haber con alg¨²n trabajo importante.Tras unos cuantos telefilmes de serie consigue dirigir Payday (1972), un excelente y l¨²cido an¨¢lisis sobre el fen¨®meno de la m¨²sica country and western. Pero tiene que volver a la televisi¨®n, aunque alguno de sus trabajos en este terreno, como Siempre hay tiempo para amar (Griffin and Phoenix: a Love Story, 1976), un interesante melodrama, se estrena en Europa en locales cinematogr¨¢ficos. Con Testigo silencioso, coproducci¨®n entre Estados Unidos y Canad¨¢, vuelve al cine y consigue resolver con habilidad una ingeniosa historia de ladrones, que roban a un banco.