Enrique Butelman: "La existencia humana no es reducible a psicolog¨ªa"
Entrevista con el creador de la Editorial Paidos
Paidos es el t¨¦rmino que acompa?a a una multitud de libros impresos en lengua castellana que circula por este planeta. Al frente de la editorial que ha producido una legi¨®n innumerable de trabajos, estudios o exabruptos en torno a campos tan decisivos para la existencia de los seres humanos como son la psicolog¨ªa y la educaci¨®n, desde 1944, est¨¢ Enrique Butelman, ciudadano argentino quien, en compa?¨ªa de Jaime Berstein, inici¨® el fascinante proyecto editorial creyendo s¨®lo que estaban haciendo algo que ?pod¨ªa darles dinero?. Ahora, Enrique Butelman ha venido a Espa?a para iniciar otra creaci¨®n en la ciudad de Barcelona, Paidos Ib¨¦rica, al frente de la cual estar¨¢ el catal¨¢n Enrique Folch.
Enrique Butelman tiene ahora 62 a?os. Me recibe en el hall del hotel madrile?o donde se hospeda, con gesto amable y bonach¨®n. Tras su imagen exterior se adivina satisfacci¨®n acumulada... Nos remitimos entonces a los or¨ªgenes: ?C¨®mo naci¨® Paidos, editora que ahora va a establecerse tambi¨¦n en Espa?a? ?Cu¨¢les fueron los primeros pasos de la colosal aventura de difusi¨®n del pensamiento que se traduce en la publicaci¨®n de 1.800 t¨ªtulos.... en todos o casi todos los terrenos de la psicolog¨ªa y la pedagog¨ªa ... ? Tras la vida y obra de Butelman est¨¢ esa legi¨®n de millones y millones de libros que multiplicaron la inquietud y la esperanza en lectores investigadores, atribulados o, simplemente, curiosos...?En el a?o 1944, dos licenciados en letras, Jaime Berstein y yo?, cuenta, ?decidimos crear una editorial. Estaba surgiendo el peronismo y no era un momento propicio. Lo ¨²nico de lo que nos cre¨ªamos capaces de hacer eran libros. Eso era lo que sab¨ªamos porque estudi¨¢bamos, le¨ªamos... La ense?anza estaba cerrada para nosotros si no se era peronista?.
El boom de la psicolog¨ªa estaba a punto. ?Est¨¢bamos bien enterados del incremento que estaba tomando la psicolog¨ªa en el mundo, en general?, prosigue su relato ?cre¨ªamos?, est¨¢bamos seguros de ello, ?que la psicolog¨ªa, cada vez iba a desempe?ar un papel m¨¢s importante en la vida social contempor¨¢nea. No s¨¦ si para bien o para mal?.
Sin embargo, la existencia humana no es reductible a psicolog¨ªa. Al parecer, cuando se ha pasado casi una vida editando el pensamiento psicol¨®gico, en multitud de variantes y versiones, las cosas no est¨¢n del todo claras. ?Se corre el peligro de sobre-psicologizar,?, afirma el creador de Paidos, ?que, para m¨ª, es el vicio de querer encontrar s¨®lo causas psicol¨®gicas. Las cosas, aunque pasen por la mente del individuo, no tienen por qu¨¦ ser psicol¨®gicas. Hay causas bien concretas que nada tienen que ver con la mente. Por ejemplo, si se produce una sequ¨ªa, la gente tiene hambre... y se angustia. Pero la causa no es mental. El psicoan¨¢lisis no es la panacea universal. La psicolog¨ªa es un sector de las ciencias del hombre, en general, pero no abarca a las dem¨¢s ciencias?.
En el origen de Paidos, sin embargo, no intervinieron excelsas disquisiciones ni sutiles objetivos. ?Cuando creamos Paidos?, dice Butelman, ?hab¨ªa razones poderosas de tipo econ¨®mico. Lo ¨²nico que sab¨ªamos hacer eran libros y ten¨ªamos que ganarnos la vida..., pero le podr¨ªa a usted decir que ah¨ª hay una cierta dualidad. Paidos es una empresa econ¨®mica. Tiene una estructura sin la cual no podr¨ªa existir, pero Paidos se preocup¨® de publicar los mejores libros... ?que con qu¨¦ criterio? Pensando en lo que pod¨ªa afectar m¨¢s a los problemas intelectuales... Poco a poco fue introduci¨¦ndose la psicolog¨ªa. Era inevitable que as¨ª fuese, sobre todo, en una ¨¦poca de intenso cambio social como la nuestra?.
Marx-Freud
Una de las m¨¢s intensas y fascinantes pol¨¦micas de nuestro tiempo lo constituye el encuentro Marx-Freud; que es la dial¨¦ctica que opone entender la vida de los hombres en funci¨®n de sucesos externos o internos a nuestra mente. Cuando sentirnos miedo ?estamos paranoicos y percibimos mal la realidad o es que alguien nos est¨¢ amenazando realmente? Cuando reprimimos nuestra espontaneidad y castigamos nuestra alegr¨ªa ?est¨¢n actuando instancias mentales superyoicas o es ese conjunto interpersonal mal denominado sociedad o grupo el ente en el que radica nuestra infelicidad? Tan tremenda pol¨¦mica permanece sin resolver para el pensamiento actual.
Quiz¨¢ ambas dimensiones, la intras¨ªquica o individual y la interpersonal, grupal y social, no sean sino la otra cara o dimensi¨®n de un mismo fen¨®meno. Para Enrique Butelman, la pol¨¦mica entre psicolog¨ªa y sociolog¨ªa pol¨ªtica es resumida en el hecho de que ?los per¨ªodos de cambio social (crisis) suelen ser fuente de insatisfacci¨®n en el mundo real. Uno se vuelve, entonces, hacia dentro?. La opci¨®n entre mundo interno y mundo externo no tiene entonces mucho significado: ?No se puede considerar lo uno sin lo otro?, dice ?no sabemos d¨®nde comienza una neurosis. Sabemos que existe. La investigaci¨®n muestra que en la g¨¦nesis de cualquier neurosis o perturbaci¨®n mental siempre hay factores sociales, econ¨®micos, pol¨ªticos... Tampoco puede excluirse la dimensi¨®n estrictamente org¨¢nica, biol¨®gica, de los individuos... Un hombre que duda, relativiza. Me inclino, corno profesor de psicolog¨ªa social, a acentuar m¨¢s lo social que lo biol¨®gico?.
Drogas, alcohol, sexo
Le llega entonces el turno al repaso de los grandes temas de nuestro tiempo, esas cuestiones que preocupan a las gentes de hoy, y ocupan las p¨¢ginas de libros y peri¨®dicos. ??La droga??, dice, ?yo creo que directamente se busca la evasi¨®n. Se entrega a ella quien no tiene el coraje de afrontar y luchar contra los problemas tanto exteriores como interiores. ?El alcohol? Lo mismo. ?La liberaci¨®n sexual? Ah¨ª hay problemas distintos. Se ha producido una liberalizaci¨®n desmedida que ha terminado en la mercantilizaci¨®n o pornograf¨ªa que supone la comercializaci¨®n del erotismo y del arte. Considero muy positiva la liberaci¨®n sexual de la juventud. Encuentro a los j¨®venes de hoy mucho m¨¢s sinceros que los de mi generaci¨®n. Al final, la juventud siempre tiene raz¨®n. Pero pienso tambi¨¦n que ha habido excesos en esa liberaci¨®n -pornograf¨ªa o sexualidad indiscriminada-, porque conduce a una corrupci¨®n del amor, que es lo m¨¢s hermoso que hay en la vida ?...
?Pero debe ser un amor completo?, puntualiza, entre seguro y dogm¨¢tico, ?no me refiero al amor victoriano, al amor sin sexualidad. No existe amor sin sexualidad. La sexualidad no es s¨®lo genitalidad. La sexualidad en el amor y el amor en la sexualidad deben ser contemplados como la realizaci¨®n plena del individuo humano ?.
El contexto amoroso del sexo -o sexual, del amor, si se prefiere- justifica para Butelman comportamientos que hoy est¨¢n siendo objeto de condenas regresivas. Frente a la desintegraci¨®n pornogr¨¢fica del amor, ¨¦l no opone nuevas repr¨¦siones regresivas que acallen el miedo a lo nuevo, como Jomeini o Wotjyla. Para ¨¦l, la alternativa no son los noes al aborto, las relaciones prematrimoniales o la homosexualidad. Para Butelman la experiencia de una vida y de millones de libros le condujeron a eso que es el amor integrador, un amor total, er¨®tico y humano. ?? Claro que no me opongo a las relaciones prematrimoniales!?, protesta ?ni al aborto, el divorcio, o la homosexualidad... si hay amor?. El no condena. El reflexiona en profundidad.
Mujeres importantes
Llegamos, pues, as¨ª, a un gran tema, un asunto crucial, en la existencia de todos y cada uno de los seres humanos: la pareja. ?Pareja monog¨¢mica?, ?pareja polig¨¢mica? Millones de seres humanos nacen, viven, forman pareja y mueren. Otros, nacen, viven, no forman pareja exclusiva, que es algo as¨ª como decir que forman parejas ocasionales.... y mueren tambi¨¦n. ?Qu¨¦ dicen de eso los libros?
?Una mujer o muchas? ?Una pareja o varias? Un buen reto para la imaginaci¨®n, el placer, la cotidianeidad y los sue?os deseosos de ilusiones. ?En la vida de todo hombre?, explica Butelman, la voz pausada, el ¨¢nimo contenido y cargado como de sabidur¨ªa, ?en toda vida plena, siempre hay o debe haber varias o muchas mujeres. Y algunas de ellas suelen ser importantes. Algunas.... muy importantes. Y, posiblemente, cuando uno tiene suerte, encuentra una mujer que es la m¨¢s importante de la vida.?
As¨ª, con la sencillez de la casualidad y la sorpresa, uno encuentra algo, algo importante... Pero ?qu¨¦ significa eso de ser importante? A Jesucristo le preguntaron una vez acerca de qu¨¦ era lo realmente importante. ?Mujeres importantes, para uno?, asegura el creador de la primera editorial del mundo en la divulgaci¨®n de los conocimientos sobre el alma del hombre, ?son aquellas con las que uno se une con plena responsabilidad de su amor y siente que, por el otro lado, est¨¢ sucediendo lo mismo. ?
?Es posible eso con varias personas al mismo tiempo? Mi pregunta hace re¨ªr a Butelman, quien, con secreta complicidad, gesticula riendo; ?? Mi mujer me mata! ... ? Superado el miedo a lo diverso, a la traici¨®n oculta, responde seguro, racionalizando ya: ?Cada persona es un mundo aparte. Creo que s¨ª. Creo que un hombre puede amar con matices variados a la vez... Pero llega un momento en el que uno se da cuenta ... ?
?? Bueno! ?, concluye, yo dir¨ªa que emocionado, ?uno se da cuenta de que una de ellas es la compa?era, la compa?era de toda su vida. ?
Su ¨¢nimo concluso y sereno rebate bien la simpleza de mi pregunta siguiente: ??Que si elijo la monogamia? No. No es eso. No es elegir l¨¢monogamia. Es una apreciaci¨®n realista, individuaflzada. Creo que en nuestro mundo actual tiene que ser as¨ª y es as¨ª.? As¨ª de simple, as¨ª de rotundo, as¨ª de monog¨¢mico... Pero, ?hasta cu¨¢ndo?
Paganismo y peronismo
?Yo me estoy refiriendo a la sociedad actual?, dice. ?Por supuesto, la problem¨¢tica general con respecto a lo sexual tiene ra¨ªces lejanas. Soy un gran admirador de Anatole France y creo que, tal vez, uno de los grandes males del mundo occidental lo supuso el hecho de que el culto a la vida, a la alegr¨ªa, a los sentidos, que exist¨ªa en el paganismo, fuera expulsado o eliminado por la tradici¨®n religiosa judeo-cristiana, que es una traici¨®n fundamentalmente basada en la idea de pecado. En uno de los libros de Anatole France, el autor describe muy bien el modo seg¨²n el cual aquella moral, la moral de los profetas, termin¨® con la alegr¨ªa de vivir, que era componente esencial del paganismo. ?
Y de H¨¦lade pagana, para concluir, a Argentina. ?C¨®mo ve a su patria Enrique Butelman? ?Cuando creamos Paidos?, cuenta, ?vivimos el primer peronismo, que ya es mucho decir. En 1955 se dio la revoluci¨®n libertadora de verdad. En ese momento, tanto mi socio y cofundador de Paidos, Jaime Berstein, como yo, entramos en la universidad. El fue director de la carrera de Psicolog¨ªa en la Universidad de Litoral (Rosario) y yo fui director, durante dos a?os, de la carrera de Psicolog¨ªa en la de Buenos Aires. Tambi¨¦n se cre¨® en aquel momento la carrera de Sociolog¨ªa. Durante esos diez a?os, comprendidos entre 1955 y 1966, se constituy¨® una ¨¦poca de creaci¨®n y de esfuerzo magn¨ªficos. Se trabaj¨® con un idealismo muy grande y, gracias a la colaboraci¨®n de muchos otros psic¨®logos y soci¨®logos, que no escatimaron esfuerzos, esas carreras pasaron a ser las m¨¢s importantes de Am¨¦rica Latina. Desgraciadamente, eso termin¨® en 1966 con el golpe de Estado del general Ongania. Aquello nunca pudo volver a reconstruirse.?
Sin embargo, el se?or Butelman se siente optimista. Quiz¨¢ esa sana experiencia pagana y alegre que supone anteponer la vida a los libros le lleve a serlo. ?Pese a los problemas actuales?, concluye, ?tengo el pleno convencimiento de que las reservas psicol¨®gicas morales e intelectuales de Argentina har¨¢n que el per¨ªodo cr¨ªtico por el que est¨¢ atravesando sea sobrellevado. No olvidemos que Argentina, en 1976, sali¨® de su segundo gran per¨ªodo funesto, la segunda etapa peronista.? Butelman, que opina que ?el peronismo fue un retroceso en Argentina? sigue eligiendo el futuro, seguramente, porque cree en la vida, sin necesidad de fe impuesta ni de dogmas.
Babelia
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