Televisi¨®n educativa
?Las posibilidades de los medios audiovisuales son pr¨¢cticamente ilimitadas en el campo de la educaci¨®n. Dentro de estos medios audiovisuales, la televisi¨®n ocupa en nuestro tiempo un lugar privilegiado.? Esta informaci¨®n ya cl¨¢sica entre los especialistas de ciencias de la educaci¨®n ha sido nuevamente aireada por m¨¢s de veinte expertos participantes en la II Convenci¨®n Internacional de Televisi¨®n y Educaci¨®n, que se celebr¨® el pasado fin de semana en Barcelona en el marco de la exposici¨®n Sonimag 79.Estos especialistas de la educaci¨®n, la tecnolog¨ªa y la informaci¨®n tambi¨¦n estaban de acuerdo en una cosa: ?Aunque la televisi¨®n did¨¢ctico justificativo por s¨ª mismo, y no un mero suced¨¢neo de la ense?anza directa tradicional, no por ello ha de considerarse necesariamente como un sistema ¨®ptimo; la ¨²ltima palabra sobre la televisi¨®n educativa est¨¢ a¨²n por pronunciarse.?
Por lo menos los deseos te¨®ricos no se extinguen, e incluso se avivan. Tras un estudio y di¨¢logo sobre los fen¨®menos de la violencia en la televisi¨®n y el an¨¢lisis de determinadas experiencias de la televisi¨®n educativa en diversos pa¨ªses, los asistentes a estas jornadas han decidido constituir la Federaci¨®n de Estudios de Educaci¨®n, Tecnolog¨ªa y Comunicaci¨®n, que tendr¨¢ por objeto organizar seminarios internacionales de estudio e investigaci¨®n sobre los trabajos relacionados con esta materia.
A partir del an¨¢lisis de las experiencias que existen actualmente y a la vista de los resultados de m¨²ltiples lecturas del medio, propuestas, entre otros, por el profesor Mariano Cebri¨¢n, la televisi¨®n puede ser peligrosa en el campo de la educaci¨®n si contin¨²a mostrando una educaci¨®n de imposici¨®n, si priva al espectador de la valoraci¨®n de los hechos o contenidos que a trav¨¦s de ella se transmiten, si presenta contenidos desproporcionalmente cargados de mucha emotividad y casi nula racionalidad, si contin¨²a asociando lo trivial y anecd¨®tico con lo pat¨¦tico y lo grave, si se eleva a categor¨ªa de superacontecimiento un acontecimiento sin importancia, si contin¨²a creando mitos e ideales que reafirman y perpet¨²an el sistema de valores establecidos, si sigue afirmando el ?culto a la personafidad?. Todo ello encierra una educaci¨®n aberrante. Puede decirse, en definitiva -como sintetizar¨ªa en su ponencia Mariano Cebri¨¢n-, que se produce un distanciamiento entre la realidad que la televisi¨®n muestra y la realidad de la sociedad en la que se desenvuelve el telespectador, lo que lleva embrionariamente una educaci¨®n determinada que incide en el desarrollo de la personalidad del espectador.
De todos los medios educativos que se conocen en la actualidad, la televisi¨®n es el m¨¢s dif¨ªcil, debido a sus peculiaridades t¨¦cnicas y su concepci¨®n audiovisual total. ?El mensaje televisivo, al ser fr¨ªo?, dir¨ªa el especialista en Ciencias de la Educaci¨®n, Jaume Sarramona, de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona, ?requiere de una capacidad previa en el receptor y de un mayor dominio del medio en el emisor. La frase una imagen vale m¨¢s que mil palabras ha quedado desacreditada.?
Para otros, como Fernando Labrada, secretario general de esta convenci¨®n y especialista en utilizaci¨®n de la documentaci¨®n audiovisual, el problema de m¨¢s dif¨ªcil soluci¨®n, por lo menos en Espa?a, es el de la instituci¨®n o instituciones que soportan, generan y promueven la televisi¨®n educativa. No existe en Espa?a ninguna pol¨ªtica general de la aplicaci¨®n de los medios audiovisuales a la educaci¨®n, y tanto en el ¨¢mbito estatal como en el privado s¨®lo existen experiencias muy reducidas, con pocos medios, sin la calidad profesional deseable y sin suficiente contraste de los resultados obtenidos.
Nadie cree, en definitiva, que una televisi¨®n educativa sea viable en Espa?a, mientras exista una televisi¨®n diaria con tendencias tan marcadas a la deformaci¨®n.
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