Mart¨ªnez Lafuente: "Es injusto cerrar campos"
?La pasi¨®n que surge fuera del terreno de juego, en las gradas, es el mayor problema que aqueja actualmente al f¨²tbol asegura el presidente del Comit¨¦ Nacional de Competici¨®n, Antonio Mart¨ªnez Lafuente, que hace apenas mes y medio tom¨® posesi¨®n de su cargo y que ya ha clausurado cuatro campos de f¨²tbol: uno de Primera, Almer¨ªa, y tres de Tercera, Soller, Ponferradina y Cacabelense. El presidente del Comit¨¦ Nacional de Competici¨®n considera que esta puede ser la sanci¨®n m¨¢s dura que se puede adoptar, ?aunque habr¨ªa que sancionar a los espectadores. Por eso considero injusto cerrar campos de juego, pero no hay soluci¨®n porque el reglamento no tiene otra f¨®rmula?.
?El Comit¨¦ Nacional de Competici¨®n?, explica su presidente, Mart¨ªnez Lafuente, ?no puede sancionar a un espectador. Seg¨²n el reglamento, la Federaci¨®n sanciona a jugadores, clubs, directivos... Los incidentes de los espectadores se castigan con sanciones a los clubes. No hay otra manera de resolver ese problema. Y es injusto, repito. El club organizador del partido, seg¨²n los reglamentos, se compromete a mantener el orden. Este tema es preocupante, sobre todo cuando se llega a la clausura de los terrenos de juego, y tambi¨¦n cuando se comprueba que no hay soluci¨®n. Se trata de un r¨¦gimen estatutario y en ¨¦l no figuran los espectadores. Los espectadores no est¨¢n estatuidos, y por eso no se les puede sancionar. Lo que m¨¢s me molesta es cerrar un campo. ?Precisamente esa pasi¨®n que se registra fuera del terreno de juego, en las gradas, influye, por otra parte, en el comportamiento de los jugadores. Antonio Mart¨ªnez Lafuente defiende esta postura y la explica claramente: ?No es igual ejercer una profesi¨®n en un despacho, en una oficina, que ante m¨¢s de 50.000 espectadores. Se trata de un condicionamiento que influye sobremanera. Por otra parte, los directivos, hoy d¨ªa, est¨¢n muy condicionados y sensibilizados. En este tinglado del f¨²tbol participan todos: los directivos, los jugadores, los aficionados, la ciudad entera.
?Ser¨ªa c¨®mico que el orden disciplinario del f¨²tbol se tratase a trav¨¦s de la jurisdicci¨®n ordinaria?, coment¨® Antonio Mart¨ªnez Lafuente. ?En este punto se ha ganado bastante. El club cuenta con todas las garant¨ªas posibles de que se imparte justicia. El hecho de que el f¨²tbol recurriese a los tribunales ordinarios de justicia, en la pr¨¢ctica ser¨ªa una cosa muy complicada: se convertir¨ªa en algo m¨¢s perturbador. En los Juegos Olimpicos en ning¨²n momento se ha recurrido a tribunales de justicia para imponer sanciones o recurrir las mismas. El orden disciplinario estrictamente deportivo no debe salir de su competencia. De hecho, el Comit¨¦ Nacional de Competici¨®n es una especie de tribunal de justicia. En Espa?a hemos tenido suerte en este aspecto. Un club, el Barcelona, lleg¨® a dirigirse a los tribunales de justicia cuando se sancion¨® a su jugador Cruyff. El Tribunal Supremo dio la raz¨®n a los organismos disciplinarios deportivos. Y digo que hemos tenido suerte por la importancia del club y la relevancia que por eso mismo se dio al tema. Un club, cuando se dirige a los tribunales de justicia, lo hace con planteamientos no deportivos, y aclarando que se trata de temas disciplinarios nada m¨¢s. ?
Antonio Mart¨ªnez Lafuente, por ¨²ltimo, considera l¨®gicas las diferencias que existen entre las sanciones del Comit¨¦ Nacional de Competici¨®n -por partidos y las que imponen -por periodos de tiempo- la FIFA y la UEFA, principalmente esta ¨²ltima. ?No es igual una sanci¨®n para una competici¨®n con una regularidad de partidos que para aquellas otras con escasos. ?
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