Vietnam teme que Pek¨ªn intente desestabilizar Laos
El Gobierno de Pek¨ªn intentar¨¢, antes de desencadenar una ofensiva militar contra Laos, pa¨ªs aliado de Vietnam, desestabilizar al r¨¦gimen de Vientiane, opinan los c¨ªrculos diplom¨¢ticos de Hanoi, informa desde la capital vietnamita la agencia France Presse. Por este motivo, la puesta, el lunes, en estado de alerta del ej¨¦rcito laosiano y de parte del contingente vietnamita instalado en el pa¨ªs obedece no s¨®lo a motivos de seguridad exterior, sino tambi¨¦n interior.La movilizaci¨®n militar y policial en las provincias del norte del pa¨ªs -zona escasamente poblada- deber¨ªa permitir hacer frente a ?las actividades subversivas de agentes enemigos infiltrados?, que las milicias locales han sido hasta ahora incapaces de reprimir eficazmente.
Los meos, denominados por el colonizador franc¨¦s monta?eses, principal poblaci¨®n del norte de Laos, est¨¢n siendo alentados por China en su lucha antivietnamita. Con ellos cuenta principalmente Pek¨ªn para desestabilizar al r¨¦gimen pro vietnamita de Vientiane.
En la zona de la frontera camboyano-tailandesa, las fuerzas vietnamitas, que contin¨²an su ofensiva contra los jmer rojos y los jmer serei (nacionalistas anticomunistas), concentraron tambi¨¦n estos ¨²ltimos d¨ªas grandes cantidades de material militar, incluida artiller¨ªa pesada, en la provincia de Battambang.
Los enfrentamientos en el oeste de Camboya siguen incitando a numerosos camboyanos a abandonar su pa¨ªs en busca de refugio en Tailandia. Esta semana, 830 refugiados cruzaron la frontera, sum¨¢ndose a los 100.000 que pasaron a Tailandia desde principios de mes, ¨¦poca en la que Vietnam inici¨® su ofensiva para erradicar a la guerrilla. Paralelamente, la operaci¨®n de desplazamiento de los refugiados hacia zonas m¨¢s seguras en el interior de Tailandia sigue su curso. Un total de 37.000 camboyanos han sido instalados en el campamento de Sa Keo, donde un hospital improvisado acoge a 1.400 refugiados. Sin embargo, unos 1.200 camboyanos que acudieron al campamento con la esperanza de ser hospitalizados permanecen a la intemperie por falta de espacio. Desde hace unas semanas 230 han muerto.
Mientras tanto, la ayuda internacional enviada por la Unicef y la Cruz Roja empiezan a llegar, aunque a un ritmo demasiado lento para poder aliviar a una poblaci¨®n hambrienta.
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