El Rayo aproyech¨® las facilidades del M¨¢laga
El Rayo alcanz¨® su primer triunfo en Vallecas. Le bast¨® para ello contar con las acciones de un jugador excepcional, Morena; con las facilidades que le concedi¨® la veterana defensa malaguista, y con el empujoncito de Pes P¨¦rez en los dos ¨²ltimos goles, que sirvieron para redondear un marcador excesivo. La victoria vallecana result¨®, en cualquier caso, inapelable yjusta. El M¨¢laga se empe?¨® en aplicar en la pr¨¢ctica lo que la teor¨ªa le asignaba como el primer rival facil¨®n para el Rayo.H¨¦ctor N¨²?ez se ha pasado las ¨²ltimas semanas buscando la f¨®rmula ideal para que en casa Fernando Morena se viera asistido en su excepcional calidad. El domingo, H¨¦ctor plante¨® un partido acorde a esta necesidad, colocando a Clares y Alvarito como puntas aut¨¦nticos al lado del astro uruguayo, y al joven Marian, con capacidad ofensiva reconocida, en el centro del campo. El primer cuarto de hora vallecana result¨® as¨ª un primor. Los cuatro jugadores citados encontraban tambi¨¦n apoyo en la labor constante del otro uruguayo, Custodio, que, a su aire, con mayor discreci¨®n y sin alardes, empuj¨® lo suyo.
El Rayo mov¨ªa el bal¨®n con soltura, buscando los espacios libres, con rapidez. Por si esto fuera poco, al filo de los diez minutos, el lateral Heredia, quiz¨¢ impresionado por la cercana presencia de Morena, le cedi¨® el bal¨®n en un regalo alevoso. Habr¨ªa que recurrir para comprender la magnitud del obsequio de Heredia a aquello tan tradicional de la proximidad de la llegada de los Reyes Magos. Morena, claro, no perdon¨®. Seis minutos despu¨¦s llegaba el segundo gol rayista. Fue un prodigio de elaboraci¨®n, en el que intervinieron Custodio, principal art¨ªfice, Clares, y, por supuesto, Fernando Morena en pen¨²ltima instancia. Los uruguayos hab¨ªan encarrilado el partido de forma c¨®moda. Morena hab¨ªa tocado dos veces el bal¨®n. El saldo ya est¨¢ rese?ado: un gol, coautor del segundo, y hasta haciendo bueno a un voluntarioso Clares.
Para entonces, el M¨¢laga a¨²n se encontraba con ¨¢nimo suficiente como para no bajar la guardia. La melena a lo ?D'Artagnan? de Megido comenz¨® a verse m¨¢s de la cuenta. Megido dio la impresi¨®n de querer desterrar definitivamente su fama de ?enfant terrible?, de jugador d¨ªscolo, y puso las gotas de calidad en la balanza malaguista. Megido coloc¨® el bal¨®n en la frente de Javi, a la salida de un c¨®rner, y el M¨¢laga acort¨® justamente distancias. El equipo de H¨¦ctor N¨²?ez se hundi¨® de forma alarmante, y s¨®lo la lentitud de reflejos de la zaga andaluza propici¨® una ocasi¨®n de Alvarito que estrell¨® su remate en el travesa?o. Mora, por contra, se hab¨ªa visto obligado a intervenir eficazmente en un disparo lejano de Migueli, en un trallazo de Megido y en una arriesgada salida a pies de Javi.
Ar¨¢ez, Mac¨ªas, Nacho y Heredia forman la veterana defensa del M¨¢laga. Aunque los dos primeros mantienen el tipo individualmente de una forma digna y Nacho es un jugador con posibilidades, la falta de agilidad de Hered¨ªa y, en conjunto, la lentitud de reflejos, la desconexi¨®n para cortar desplazamientos r¨¢pidos del equipo contrario y, por tanto, la descompensaci¨®n a la hora de ajustar marcajes permiti¨® al Rayo afianzar pronto su victoria.
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