A favor de Hans K¨¹ng
Frente a las cr¨ªticas contra Hans K¨¹ng por su art¨ªculo en EL PAIS de 21 de octubre de 1979 sobre ?Un a?o de pontificado de Juan Pablo II?, quiero hacerme eco de un grupo de personas que suscribimos plenamente el escrito del te¨®logo suizo.Parece leg¨ªtimo y justo que, dentro del libre juego de opiniones que el pluralismo religioso admite en lo no dogm¨¢tico, se pueda estar a favor o en contra de lo expuesto en el citado art¨ªculo.
Lo que ya no parece tan procedente es que, al discrepar, se haga sin fundamento serio, sin un razonamiento necesario y sin el respeto al papel que a los te¨®logos cabe dentro del magisterio de la Iglesia.
Decir, por ejemplo, que Hans K¨¹ng relativiza la fe y la moral es muy poco serio. Contribuir a que la fe y la moral no se arroguen un magisterio supremo y hasta inapelable en cuestiones trenzadas de datos de ciencias humanas, sobre las que la Iglesia carece de autoridad para pronunciarse, porque no ha recibido ninguna autoridad para ello, ni es esa su misi¨®n: resulta hoy una clarificaci¨®n imprescindible. La fe y la moral deben situarse en sus propios campos y l¨ªmites, a la hora de pronunciamientos definitivos sobre temas, en los que entran decisoriamente las ciencias humanas. Quiz¨¢ la confusi¨®n actual se deba no tanto a la falta de pronunciamientos eclesiales cuanto a muchos otros factores, entre los cuales puede ser que se halle el de que la Iglesia se pronuncia m¨¢s all¨¢ de los l¨ªmites de su verdadera misi¨®n, en temas no exclusivos de su magisterio.
Otro tanto cabr¨ªa afirmar, cuando se tacha a Hans K¨¹ng de ?racista? por el simple hecho de que aluda a su condici¨®n de Papa ?polaco?, y se quiera hacer sobre esta alusi¨®n un juicio de intenciones nada cristiano.
Y podr¨ªamos seguir por el abuso comparativo al pie de la letra entre Cristo y Juan Pablo II en su relaci¨®n con las muchedumbres. Cuando este hecho lo que necesita es un serio an¨¢lisis sociol¨®gico para no convertirlo en un argumento de aceptaci¨®n absoluta del Papa y de su pensamiento, como lo airean, sin ning¨²n sentido cr¨ªtico, tantos f¨¢ciles de la palabra. Aparte de que puede no darse un triunfalismo ?subjetivo y personal?, y s¨ª darse un triunfalismo ?objetivo y social? por obra de quienes est¨¢n interesados en arrimar el ascua del carisma popular del Papa a su sardina.
Y, por ¨²ltimo, hay fundamentos serios para dudar sobre la imparcialidad de las informaciones que se dejan llegar hasta el Papa. Ya el solo hecho de absolutizar en una sola direcci¨®n temas morales muy controvertidos justifica estas dudas, y seriamente. Todos somos humanos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.