El aburrido ¨¦xito de Supertramp
El lunes y el martes pasados tuvo lugar la presentaci¨®n en Madrid del grupo ingl¨¦s Supertramp. El proceso que condujo al habitual hacinamiento en el Pabell¨®n de Deportes del Real Madrid se desarroll¨®, esta vez, sin demasiados problemas de orden p¨²blico, debido m¨¢s que nada a que, por una vez, las puertas se abrieron con hora y media de antelaci¨®n. Por otra parte, las entradas estaban agotadas desde hac¨ªa casi un mes, lo cual disuadi¨® a los habituales de acercarse por las cercan¨ªas del Pabell¨®n.En cuanto a Supertramp, puede decirse que su recital fue un completo ¨¦xito. No es que los componentes del grupo sean grandes instrumentistas -de hecho son bastante mediocres y poco imaginativos-, pero lo llevan todo tan bien preparado que no defraudan en absoluto a sus seguidores incondicionales, que desde luego son muchos. Este dominio del aspecto t¨¦cnico se comprobaba tambi¨¦n en la perfecci¨®n del sonido, sin duda alguna el mejor que ha pasado por Madrid. Un sonido que reproduc¨ªa de manera casi autom¨¢tica lo contenido en los discos, hasta tal punto que hab¨ªa ocasiones en que no se distingu¨ªa muy bien si aquello era play-back o no. La iluminaci¨®n, en cambio, era algo zafia, fiel reproducci¨®n de la que realizaron hace un par de a?os en Barcelona. Llevaban, por ejemplo, unas estrellas navide?as que parec¨ªan reci¨¦n sacadas de la feria de Ja¨¦n (por ejemplo) o de las conmemoraciones de unos almacenes, entre otros logros t¨¦cnicos de menor cuant¨ªa, Sin embargo, el personal estaba tan encandilado que aplaud¨ªa fervorosamente los cambios de luz o, como dec¨ªa alg¨²n presente, se cele braba la labor de los electricistas.
Unos electricistas que tambi¨¦n deb¨ªan haber enchufado a los m¨²sicos para que hicieran su n¨²mero con la mayor exactitud posible; mu?ecos el¨¦ctricos haciendo m¨²sica suave para todos los p¨²blicos. Aqu¨¦llo parec¨ªa una Merry Melodies algo pesadas, s¨®lo que en rock sinf¨®nico.
Porque, en verdad, lo ¨²nico que ofrece Supertramp son un manojo de buenas melod¨ªas y una enormidad de trabajo. Desde este punto de vista resulta que son honrados, aunque tambi¨¦n sean aburridos. Con Supertramp se plantea la cuesti¨®n de la m¨²sica con alma o la m¨²sica mec¨¢nica y estandarizada. Pero ese es un problema subjetivo que se resuelve teniendo en cuenta que Supertramp ha vendido en Espa?a m¨¢s de 100.000 elep¨¦s de su m¨²sica castrada y sin problemas. La gente que haya escuchado esa m¨²sica lo habr¨¢ hecho en las m¨¢s variadas circunstancias; la habr¨¢ hecho coincidir con su propia emotividad o los momentos en que esa emotividad se produjo. De esta manera, lo que no es sino un pedazo de chicle se convierte en la rernemoraci¨®n de unas vivencias, valiosas por propias, pero nada m¨¢s. El m¨¦rito de Supertramp consiste, b¨¢sicamente, en hacer lo que se espera de ellos, en no enga?ar a nadie. Ocurre, sin embargo, que el enga?o es previo: hacer pasar por sensibilidad lo que no es m¨¢s que sensibler¨ªa de pl¨¢stico. La fuerza de los sistemas de marketing reduce en muchas ocasiones a la gente a espectadora de unas tomas de decisiones que deb¨ªeran ser m¨¢s libres.
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