La hipertensi¨®n arterial, insuficientemente estudiada en Espa?a
En Espa?a se estudian insuficientemente los problemas derivados de la presi¨®n arterial. Una investigaci¨®n recientemente llevada a cabo y presentada a la opini¨®n p¨²blica espa?ola por el gabinete de estudios sociol¨®gicos Bernard Krief Consultans for Europe revela que unos cinco millones de espa?oles -un 20% de la poblaci¨®n total- padecen hipertensi¨®n arterial. Por otra parte, algunos especialistas consideran la hipotensi¨®n y la hipertensi¨®n como fen¨®menos altamente ligados a la vida ps¨ªquica y emocional, y, en consecuencia, su alteraci¨®n, en estrecha relaci¨®n con la problem¨¢tica cotidiana. Sin embargo, pese a todo ello, contin¨²a sin abordarse con rigor y extensi¨®n el estudio a fondo del tema. Los ejecutivos y las personas sometidas a estr¨¦s, por ejemplo, constituyen grupos sociales altamente afectados, lo que vendr¨ªa a demostrar la estrecha relaci¨®n entre hipertensi¨®n y forma de vida y de conducta.
El estudio sobre la citada enfermedad, recientemente realizado por Bernard Krief Consultants for Europe, incluye entrevistas a 10.000 personas, 648 m¨¦dicos, 458 enfermos y doscientas empresas. Sin embargo, seg¨²n se desprende del citado estudio, tan s¨®lo un 4,2% de los afectados es consciente de su problema, lo que implica que ¨²nicamente un mill¨®n y medio se encuentra suficientemente diagnosticado y en tratamiento. Este hecho se debe a que la masificaci¨®n de las consultas no permite que el m¨¦dico disponga de m¨¢s de 3,7 minutos para atender a cada paciente, por lo que la detecci¨®n de los casos de hipertensi¨®n, la posibilidad de prevenirlos y la informaci¨®n conveniente del especialista al enfermo sobre su dolencia es, pr¨¢cticamente, imposible.Bernardo Rabassa, vicepresidente del mencionado gabinete y director del estudio Hipertensi¨®n 80, declar¨® a EL PAIS que, aunque ?ofrezca s¨®lo una visi¨®n parcial, puede extrapolarse a la situaci¨®n actual de otras enfermedades, con lo que se demuestra que la asistencia sanitaria y hospitalaria en nuestro pa¨ªs es deficitaria e insuficiente, y que la labor preventiva en Espa?a es totalmente inexistente?.
La hipertensi¨®n arterial esencial, a la cual se refiere el estudio, no presenta etiolog¨ªa ni s¨ªntoma alguno. Sus causas se desconocen y se encuentran ligadas a factores gen¨¦ticos, a la forma de vida y a la personalidad del enfermo. La poblaci¨®n, incluso los mismos profesionales de la Medicina, desconocen el verdadero significado de esta afecci¨®n, que, seg¨²n el se?or Rabassa, ?adem¨¢s de ser una enfermedad y un factor de riesgo, raya en el s¨ªndrome?.
La incidencia de la hipertensi¨®n sobre la poblaci¨®n es directamente proporcional a la cantidad de sal que se ingiere, potenci¨¢ndose, adem¨¢s, esta enfermedad con la acci¨®n de otros componentes sobre el organismo, como el alcohol, el tabaco y el exceso de peso. Murcia, Madrid, Valencia y Granada se encuentran a la cabeza de las capitales espa?olas con mayor ¨ªndice de hipertensi¨®n.
Por otra parte, algunas formas de hipertensi¨®n son incurables durante toda la vida, aunque se pueden controlar con medicamentos. Reducen las expectativas de vida del paciente en veinte a?os y lo exponen a accidentes v¨¢sculo-cerebrales, cardiopat¨ªas, renouropat¨ªas y encefalopat¨ªas. Cabe destacar como dato significativo que las compa?¨ªas de seguros cobran m¨¢s del doble en las p¨®lizas de los hipertensos.
Comer menos
La hipertensi¨®n arterial se presenta, pues, como un mal padecido por un alto porcentaje de espa?oles. Sin embargo, por parte de las autoridades sanitarias del pa¨ªs no existe ninguna intenci¨®n, al menos que se conozca, de llevar a cabo programas espec¨ªficos de detecci¨®n, prevenci¨®n y control de la mencionada enfermedad.Las recomendaciones m¨¢s importantes que se desprenden del estudio realizado por el gabinete Bernard Krief apuntan hacia la necesidad de la creaci¨®n de sistemas de seguimiento y control de los hipertensos y el montaje de campa?as de prevenci¨®n, educaci¨®n y lucha contra la citada afecci¨®n. Asi, las conclusiones del estudio propugnan el planteamiento de un sistema preventivo que conlleve los aspectos de la educaci¨®n m¨¦dica, educaci¨®n sanitaria de la poblaci¨®n y la prevenci¨®n m¨¦dico-social.
Igualmente, conviene educar a la poblaci¨®n en materia de alimentaci¨®n para que reduzca la ingesti¨®n de sal y los grandes vol¨²menes de comida, as¨ª como una educaci¨®n sanitaria encaminada hacia un cambio de actitudes, por parte de los m¨¦dicos, enfermos y poblaci¨®n en general, frente al problema de la hipertensi¨®n arterial.
Seg¨²n afirma Bernardo Rabassa, ?esta enfermedad se debe prevenir mediante la creaci¨®n de puestos m¨¦dicos en los centros escolares que realicen screening (pruebas) de hipertensi¨®n a los ni?os, de manera que se observen las presiones sangu¨ªneas seg¨²n las edades. Los ni?os no padecen esta afecci¨®n. No obstante, se puede prever cu¨¢les de ellos, en edad madura, la van a sufrir. Sin embargo, s¨®lo existe un m¨¦dico por cada 30.000 ni?os, por lo que resulta imposible la prevenci¨®n en la infancia de hipertensi¨®n, glaucoma, o cualquier otra enfermedad?.
Personas con "stress"
A los cuarenta o cincuenta a?os de edad aumenta el n¨²mero de hipertensos. Aparte del proceso de envejecimiento existen otros factores que influyen decisivamente en la mayor o menor incidencia de la hipertensi¨®n arterial sobre la poblaci¨®n. Seg¨²n el estudio dirigido por el se?or Rabassa, el porcentaje de hipertensos llega al 8,7%, frente al 4,2% de la media nacional, en el grupo de personas que ocupan cargos directivos o ejercen profesionales liberales, ya que ¨¦stos se ven afectados por estados de mayor ansiedad, estr¨¦s e inseguridad econ¨®mica.Unicamente el 9,3% de la poblaci¨®n hipertensa es consciente de que la enfermedad es incurable y que se puede controlar mediante la administraci¨®n de hipotensores. Los f¨¢rmacos que m¨¢s se utilizan son la reserpina, en el 61% de los casos; la metildopa, en el 15%, y la clonidina, en el 4% de las ocasiones.
Sin embargo, el 24% de los enfermos, que no sabe que el tratamiento antihipertensivo debe ser mantenido durante toda su existencia, lo abandona, con lo que aumenta el riesgo de complicaciones de forma considerable.
Las causas del abandono del tratamiento son de diferente ¨ªndole. Entre ellas destacan la falta de preocupaci¨®n del enfermo, la larga duraci¨®n del control de la enfermedad, la sensaci¨®n de bienestar del paciente o los efectos secundarios de la medicaci¨®n.
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