Los archivos espa?oles deben ser m¨¢s accesibles a los investigadores
Coloquio sobre las fuentes documentales de la historia del siglo XX
La necesidad en Espa?a de unos archivos modernos, descentralizados, dotados de instrumentos automatizados y m¨¢s accesibles al p¨²blico fue reiteradamente se?alada por los profesores Manuel Tu?¨®n de Lara, Miguel Artola y Antonio Marquina Barrios en la segunda jornada del Coloquio cient¨ªfico sobre ?Los archivos para la historia del siglo XX?, que se celebra esta semana en el Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas de Madrid, organizado por la Direcci¨®n General del Patrimonio, Archivos y Museos y la Subdirecci¨®n de Archivos.
El profesor Tu?¨®n de Lara, catedr¨¢tico de la Universidad de Pau (Francia), expuso, en el transcurso de su intervenci¨®n sobre Los archivos para la historia social de nuestro siglo las dificultades y, en algunos casos, las facilidades que existen en Espa?a para el acceso de un historiador o investigador a los archivos y centros de documentaci¨®n, tanto p¨²blicos como privados. En una exhaustiva enumeraci¨®n de archivos dependientes del Patrimonio, de las administraciones provinciales y locales, o de registros econ¨®micos o grupos pol¨ªticos, Manuel Tu?¨®n no olvid¨® citar ?el peligro que corren los catorce millones de pel¨ªcula, m¨¢s todo el material filmado incautado -a la Rep¨²blica, que pertenec¨ªan a No-Do, y que correr¨¢n un grave peligro si efectivamente pasan a depender de Televisi¨®n Espa?ola ?. ?Me parece err¨®neo, sintentiz¨® el profesor Tu?¨®n, ?centralizar los sistemas de archivos existentes. La renovaci¨®n y el progreso de la archiv¨ªstica espa?ola y de otras ciencias, en buena medida relacionadas con ella, van a tener como motor la autonom¨ªa y la descentralizaci¨®n de los archivos. Naturalmente, habr¨¢ que mantener una acci¨®n coordinada sobre todos es tos centros, pero sin da?ar su libertad de organizaci¨®n y de movimientos.? Como medidas concretas para aplicar el art¨ªculo 18 de la Constituci¨®n (libertad de informaci¨®n y acceso a las fuentes), el se?or Tu?¨®n se?al¨® que es necesario facilitar el acceso a los centros mediante la reducci¨®n de los plazos de consulta (que no se distancie demasiado el registro documental de un hecho de la posibilidad de consultar ese registro). Adem¨¢s, para el se?or Tu?¨®n es fundamental que no se destruyan documentos valiosos, que se profesionalice al m¨¢ximo la archiv¨ªstica y que se apliquen las ¨²ltimas t¨¦cnicas de inform¨¢tica a todo el proceso de archivos.El profesor Miguel Artola, en su intervenci¨®n sobre el tema Historiografia y archivos, defendi¨® tambi¨¦n la necesidad de que el archivo administrativo pase cuanto antes a ser considerado como hist¨®rico. Este distanciamiento temporal de las fuentes es uno de los graves problemas para la historiograf¨ªa del siglo XX. ?Para poder hacer una historia contempor¨¢nea como t¨¦cnicamente se exige en estos d¨ªas, el archivo ha de recuperar por lo menos tres l¨ªneas de acci¨®n fundamentales: una acci¨®n de control del archivo hist¨®rico sobre el administrativo; una acci¨®n de reclamo, a los archivos de instituciones privadas, de la exigencia de informaci¨®n sobre el volumen y naturaleza de sus fondos, y una inspecci¨®n que asegure su almacenamiento y conservaci¨®n.? ?Como la crisis energ¨¦tica que amenaza con endurecerse?, a?adi¨® ir¨®nicamente el se?or Artola, ?produzca un nuevo descenso en los grados de calefacci¨®n, es terrible pensar lo que puede ocurrir con muchos archivos p¨²blicos y privados.?
?El viejo archivo medieval y estatal ha terminado?, dijo Miguel Artola. ?El nuevo archivo es mucho m¨¢s amplio y va a plantear muchos m¨¢s problemas, sobre todo de catalogaci¨®n (es inevitable el trasvase de los ficheros a los ordenadores), ya que la autonom¨ªa y descentralizaci¨®n no debe establecer diferencias irreconciliables, y sobre todo de utilizaci¨®n, porque la accesibilidad del p¨²blico debe comenzar ya por un acortamiento de plazos en la apertura de los archivos.?
La guerra y el franquismo
El profesor Antonio Marquina analiz¨®, en el transcurso de su intervenci¨®n sobre el tema La segunda guerra mundial y la guerra fr¨ªa en archivos americanos y europeos, la documentaci¨®n existente en los principales archivos norteamericanos (Archivos Nacionales de Washington, Biblioteca del Congreso y Museo Roosevelt), ingleses e italianos sobre Espa?a, durante esta ¨¦poca estudiada.El historiador Antonio Marquina confirm¨®, concretamente, seg¨²n hab¨ªa podido comprobar ¨¦l mismo despu¨¦s del an¨¢lisis personal de algunos de los documentos existentes en los Archivos Nacionales de Washington, que operaciones como la de espionaje de la red To, que salt¨® hace escasamente un a?o a las p¨¢ginas de los peri¨®dicos, y otras, demuestran que la neutralidad de Franco durante la guerra mundial no fue tal, y que prestaba valiosa ayuda a las potencias del Eje.
As¨ª como en los archivos norteamericanos se encuentran las fuentes m¨¢s importantes para el estudio de las relaciones exteriores de la Pen¨ªnsula Ib¨¦rica de los a?os 1939 a 1945, en Inglaterra, seg¨²n se?al¨® el profesor Marquina en su exposici¨®n, encontramos una documentaci¨®n densa, completa y muy elaborada sobre los contactos con la oposici¨®n espa?ola durante la guerra y durante el franquismo, aunque algunos de estos documentos han sido declarados sensitive material (material reservado), calificaci¨®n que no permite su acceso, dado que en ellos existen datos comprometidos sobre las relaciones del franquismo con la oposici¨®n y de Inglaterra con el franquismo y con la oposici¨®n.
En Espa?a existen en estos momentos 126 archiveros facultativos y 84 ayudantes para las tareas de direcci¨®n, ejecuci¨®n t¨¦cnica, custodia, conservaci¨®n y difusi¨®n de los 146 archivos estatales, en los que est¨¢n contenidos, aproximadamente, 1.600.000 legajos, y 800.000 libros.
Babelia
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