Pnom Penh vuelve poco a poco a la normalidad
Por primera vez, soldados vietnamitas penetraron el pasado lunes un kil¨®metro dentro del territorio tailand¨¦s, informaron fuentes militares de Bangkok. La Marina tailandesa abri¨® el fuego, provocando la inmediata retirada de las fuerzas de Hanoi. Por otra parte, y a la vez que los jmers rojos agradecieron ayer a la ONU su voto, pidiendo la retirada de Camboya del Ej¨¦rcito de Hanoi, el Gobierno provietnamita de Pnom Penh rechaz¨® la votaci¨®n de las Naciones Unidas.
Por ¨²ltimo, 380.000 refugiados camboyanos, estacionados a lo largo de la frontera camboyano-tailandesa, van a ser desplazados hacia el interior de Tailandia, inform¨® ayer un portavoz de la Unicef.Sesenta mil personas, viven ahora en Pnom Penh y 250.000 en un radio de quince kil¨®metros alrededor de la capital. Estas cifras han sido facilitadas a principios de semana, diez meses despu¨¦s del derrocamiento del r¨¦gimen de Pol Pot, por las nuevas autoridades camboyanas.
En esta ciudad, que lleg¨® a contar hasta dos millones y medio de habitantes y que los jmers rojos vaciaron por completo seis parlamentar¨ªas norteamericanas, dos australianas y varios periodistas observaron, a principios de semana, los primeros s¨ªntomas de vuelta a la normalidad.
Los edificios de los grandes bulevares de estilo arquitect¨®nico franc¨¦s albergan de nuevo a algunas familias en sus apartamentos desiertos desde hace a?os. En las peque?as calles perpendiculares a las avenidas, algunas tiendas ofrecen incluso ca?as de az¨²car, pan y pescado seco. Como el dinero papel o met¨¢lico fue abolido por los jmers rojos, el arroz sirve ahora de moneda de cambio. El antiguo mercado central sigue, sin embargo, cerrado, aunque las autoridades esperan poder reabrirlo el a?o pr¨®ximo.
Algunas empresas han reanudado sus actividades bajo el control del Estado y producen mantas, mosquiteros y vino de arroz, llamado bayon. Pero la vida en la ciudad depende ampliamente de la ayuda extranjera, cuyo ejemplo m¨¢s evidente son los autom¨®viles sovi¨¦ticos puestos a disposici¨®n de algunos funcionarios gubernamentales. La capital se ha convertido en una ciudad de funcionarios y de ?consejeros? vietnamitas. El Gobierno pidi¨® a los ?trabajadores intelectuales? expulsados de los puestos de trabajo que volviesen a la capital, pero aparentemente sin ¨¦xito.
Los ¨²ltimos visitantes occidentales en Pnom Penh se en trevistaron con algunos de estos ?trabajadores intelectuales?, Uno de ellos, el doctor Nouth, ped¨ªatra en el hospital del 7 de enero, se?al¨® que sus enfermos no recib¨ªan m¨¢s que cuatro cientos gramos de arroz diarios. Pero, a?adi¨®, la situaci¨®n es ?mucho peor? en el campo, ya que los habitantes de la capital tienen la suerte de poder bene ficiarse los primeros de la llega da de ayuda internacional. En cambio, el env¨ªo de esta ayuda al campo resulta bastante dif¨ªcil.
Los tres hospitales en funcionamiento en todo el pa¨ªs tienen una capacidad m¨¢xima de mil camas,muy insuficiente en una naci¨®n en la que los tres millones y medio de habitantes a¨²n con vida padecen subalimentaci¨®n, malaria y disenteria. Tres escuelas han reabierto en la capital, pero, como en la universidad, faltan profesores.
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