Una sugerencia alemana para empresarios espa?oles
Presidente del C¨ªrculo de Empresarios
Un grupo de miembros del C¨ªrculo de Empresarios acabamos de visitar Alemania, atendiendo a una invitaci¨®n de la Wirtschaftsrat. La Wirtschaftsrat, que agrupa a 5.000 empresarios alemanes, es un consejo de econom¨ªa relacionado con el Partido, Cristiano Dem¨®crata alem¨¢n, que actualmente est¨¢ en la oposici¨®n en la Rep¨²blica Federal, pero que, como es sabido, con la pol¨ªtica que se llam¨® econom¨ªa social de mercado, sent¨® los cimientos de la moderna Alemania y ayud¨® decisivamente a lo que el mundo ha conocido, en estos a?os recientes, como el ?milagro alem¨¢n?.
Durante dos d¨ªas de apretados trabajos hemos tenido oportunidad de intercambiar, con nuestros colegas alemanes, puntos de vista sobre cuestiones fundamentales que a ellos les siguen preocupando y que aqu¨ª son un permanente tema de discusi¨®n: las autonom¨ªas, el consejo econ¨®mico y social, la cogesti¨®n y la participaci¨®n de los trabajadores en la empresa, la pol¨ªtica de empleo y el paro, la productividad, los nuevos esquemas econ¨®micos planteados por la entrada de Espa?a en el Mercado Com¨²n...
De esta importante visita, los directivos del C¨ªrculo de Empresarios hemos sacado muchos datos, nuevas experiencias e interesantes recomendaciones. Yo me atrever¨ªa a decir que el resumen de lo que los miembros de la Wirtschaftsrat, fervorosos defensores de la econom¨ªa social de mercado, nos han querido decir, b¨¢sicamente, a los empresarios espa?oles es que: los empresarios europeos tienen que asumir plenamente sus responsabilidades. No se trata de entrar en lo que se conoce como la pol¨ªtica convencional. Ellos definen su vinculaci¨®n a la Uni¨®n Cristiano Dem¨®crata como de ?lealtad cr¨ªtica?: consideran que no pueden, desde la defensa de la libre empresa y de la econom¨ªa de mercado, apoyar opciones pol¨ªticas, que vayan contra estos postulados. Tienen diputados en el Parlamento Federal y en el Parlamento Europeo; en las filas de la Wirtschafsrat hay ex ministros de la CDU, pero predominan empresarios te¨®ricamente apol¨ªticos que lo que quieren es que la forma de vida adoptada constitucionalmente por la Rep¨²blica Federal, tras la derrota alemana en la segunda guerra mundial y la divisi¨®n de la naci¨®n en dos Estados, garantice la libertad de su pueblo y la paz de Europa. ?La paz es una bendici¨®n de Dios?, nos dijo Philipp von Bismarck, presidente de la Wirtschaftsrat, en uno de sus cordiales saludos a los empresarios espa?oles.
Esta tesis alemana la comparten hoy tambi¨¦n los norteamericanos, que, parodiando lo que Clemenceau dec¨ªa de la guerra y los militares, hacen lo propio respecto a la pol¨ªtica y los pol¨ªticos. Es tan serio lo que nos est¨¢ pasando, son tan graves y crecientes nuestros problemas, que la pol¨ªtica no puede dejarse exclusivamente en manos de los pol¨ªticos.
Von Bismarck nos dec¨ªa: ?Tenemos que reconocer que, como empresarios, durante muchos a?os, no hemos hecho nuestros deberes de casa. Y hay que hacer nuestros deberes de casa si queremos resolver entre todos los problemas que nos agobian y conjurar las amenazas que acechan a la libertad en todas partes.?
?Qu¨¦ significa esta cordial met¨¢fora de los deberes caseros? ?Es que los empresarios -objetar¨¢n algunos- no trabajan ya suficientemente al frente de su? empresas como para tener que reba?ar horas extras con destino a la pol¨ªtica? Lo que los alemanes nos quer¨ªan decir es que la actividad empresarial no termina en la f¨¢brica ni en el despacho. Que un empresario moderno debe vivir informado todas las horas del d¨ªa, interesarse por todo lo que ocurre a su alrededor, conocer lo que piensan sus empleados y sus colegas, los pol¨ªticos y el hombre de la calle. En una palabra: no basta con seguir las noticias que salen en los peri¨®dicos, ver alg¨²n que otro telediario y hablar con los jefes de departamento de la propia empresa para calibrar los problemas que uno tiene. Hay que integrarse plenamente en la vida democr¨¢tica, no desentenderse en modo alguno de los conflictos que caracterizan el quehacer cotidiano y pensar que siempre se puede hacer algo, en alguna direcci¨®n, para mejorar nuestro entorno. Henry Kissinger lo acaba de recordar a prop¨®sito de la grave crisis de Ir¨¢n: ?No hay que elevar la impotencia a categor¨ªa de principio pol¨ªtico.?
En suma, se trata de ser sensibles a los problemas que determinan el radical cambio que estamos teniendo, intentando comprenderlos y ayudando a solucionarlos. Oponi¨¦ndonos, no los impediremos. E ignor¨¢ndolos, no los evitaremos.
A lo largo de estas conversaciones, los empresarios espa?oles compartimos con nuestros colegas alemanes una serie de principios que constituyen la filosof¨ªa b¨¢sica en la que se tiene que apoyar la democracia occidental. Estas ideas, en las que todos est¨¢bamos de acuerdo y que yo creo que vale la pena recordar, eran, fundamentalmente, las siguientes:
1. En la democracia se necesita tener mayor¨ªas.
2. Cada a?o adquieren derecho a votos nuevas generaciones con mentalidades nuevas y sin experiencia.
3. El marxismo resulta atractivo para estas nuevas generaciones por lo que promete, no por lo que realiza.
4. Frente al atractivo del marxismo, Europa no ofrece alternativas igualmente sugestivas. As¨ª, por ejemplo, el concepto de ?beneficio?, objeto de tan dura cr¨ªtica por parte de los marxistas, no ha sido explicado de forma h¨¢bil, como palanca de futuro: el beneficio no va al bolsillo de los empresarios, sino que crea riqueza, y con esa riqueza, futuro y bienestar para todos.
5. El empresario debe ser socialmente responsable. Hay que ser persuasivo, y para ello, tener una mentalidad social. Frente a la irrealidad de muchos conceptos marxistas, hay que presentar la realidad de las iniciativas procedentes del campo de la libertad.
6. Es preciso mejorar el clima laboral de cada empresa: estimular, incentivar y motivar.
7. El empresario debe ser pol¨ªticamente activo.
El doctor Von Bismarck resum¨ªa sus sugerencias con esta frase: ?Despu¨¦s de diecisiete a?os de experiencia, podemos aceptar que ustedes, si lo desean, cometan nuevas faltas. Pero no que repitan las que ya hemos cometido nosotros. ?
Los trabajos de dos d¨ªas de reuniones, en torno a temas como productividad, consejo econ¨®mico y social, cogesti¨®n y empleo, pusieron de manifiesto que este grupo de empresarios alemanes, donde hay desde grandes empresas, con m¨¢s de 100.000 empleados, hasta peque?os industriales, est¨¢ de vuelta de cierta palabrer¨ªa vac¨ªa, y sabe muy bien c¨®mo defender el modelo de sociedad en que viven, que ha hecho posible la estabilidad y el progreso de la Rep¨²blica Federal.
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