La disoluci¨®n del matrimonio suscita pol¨¦micas en el seno del episcopado
?En el tema del divorcio no hay enfrentamientos entre los obispos, tan s¨®lo riqueza de opiniones.? Con estas palabras, monse?or Montero, presidente de la comisi¨®n de medios de comunicaci¨®n social de la Asamblea Episcopal, intentaba quitar importancia a las pol¨¦micas sesiones que se est¨¢n desarrollando en el seno de la reuni¨®n plenaria de los obispos espa?oles con respecto al tema del divorcio.
La ?riqueza de opiniones? a que aludi¨® monse?or Montero ha ocupado hasta ahora m¨¢s tiempo que ninguna otra cuesti¨®n de las tratadas por los obispos -de hecho, entre la tarde del martes y la ma?ana del mi¨¦rcoles intervinieron 32 prelados para exponer sus opiniones- y se ha llegado a barajar la posibilidad de que surjan dos documentos paralelos, uno integrista y otro m¨¢s progresista, aunque, al parecer, monse?or Taranc¨®n est¨¢ multiplicando sus esfuerzos para que no cuaje tal posibilidad.La existencia de un segundo borrador de documento fue, no obstante, desmentida por monse?or Montero: ?Lamento que se haya dicho eso, que es algo de lo que no tengo la menor noticia?, dijo. ?S¨¦ que lo dio una agencia de prensa y que se estuvo retransmitiendo por una de las m¨¢s importantes cadenas de radio; pero puedo decir que, cuando se public¨®, el tema del divorcio no hab¨ªa entrado a¨²n en el aula de la Conferencia Episcopal y yo creo en la parapsicolog¨ªa, pero no s¨¦ si hasta ese punto. ?
Dos perspectivas distintas
La cuesti¨®n de fondo del debate parece estar, seg¨²n palabras del prelado de San Sebasti¨¢n, monse?or Seti¨¦n, en el mantenimiento por parte de los obispos de dos perspectivas distintas: una sobre la moral del matrimonio y otra sobre el orden pol¨ªtico o la moral pol¨ªtica, es decir, la de quienes piensan que el matrimonio es un v¨ªnculo indisoluble por encima de cualquier consideraci¨®n hist¨®rica y la de los que consideran la situaci¨®n social y pol¨ªtica de cada sociedad en concreto, en este caso de la espa?ola. ?Yo lo veo desde el punto de vista pol¨ªtico?, afirm¨® monse?or Seti¨¦n, ?y no creo que haya oposici¨®n a que las separaciones que hasta ahora dictaba la Iglesia las hagan los tribunales civiles. El problema radica en ver si puede pasarse a las disoluciones por lo civil. ?
El obispo de San Sebasti¨¢n dijo tambi¨¦n que su postura, que converge con la del ala que cabr¨ªa llamar progresista, era la de quienes ten¨ªan en cuenta la posibilidad de regular mediante ley civil una situaci¨®n de hecho. Monse?or Seti¨¦n la resumi¨® as¨ª: ?Nosotros no podemos permitir a un legislador cat¨®lico que autorice un mal menor, pero el problema est¨¢ en saber si la ley de divorcio -no el divorcio en s¨ª- puede no ser mala. Si el legislador cat¨®lico pensara que es un bien dar una ley de divorcio habr¨ªa que analizar cu¨¢les son las causas que le llevan a pensar as¨ª. Hay que hablar no de un mal menor, sino de un bien posible y ver si en un momento hist¨®rico dado una ley as¨ª puede ser buena.? Tambi¨¦n se?al¨® que el divorcio no es art¨ªculo de fe ni va contra ella. ?Esto no puede deducirse del mensaje de salvaci¨®n de Jes¨²s y, desde luego, el tema divorcio o no divorcio no entra dentro de mi adhesi¨®n a la fe de Jesucristo.?
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