Tres polic¨ªas municipales de Alcobendas apalearon al secretario de las Juventudes Socialistas
Fernando Camino, secretario de las Juventudes Socialistas de Alcobendas, tuvo que ser conducido al hospital Ram¨®n y Cajal, para someterse a una cura de urgencia, tras la paliza que le propinaron tres polic¨ªas municipales de dicha localidad. Los tres polic¨ªas condujeron al joven a la planta baja del Ayuntamiento, y all¨ª le golpearon a conciencia, precisamente cuando el grueso de los concejales socialistas estaba reunido en el primer piso. Se desconocen los motivos del incidente, aunque se sabe que Fernando Camino fue detenido cuando pegaba carteles de su agrupaci¨®n en la fachada del Ayuntamiento.
Los tres polic¨ªas, cuyo nombre se desconoce, fueron inmediatamente separados del servicio, suspendidos de empleo y sueldo, y se les abri¨® un expediente informativo. El concejal responsable de la Polic¨ªa Municipal ha sido nombrado instructor del expediente.Seg¨²n un relato oficioso de los hechos, ¨¦stos sucedieron as¨ª: en la noche del mi¨¦rcoles, un grupo de j¨®venes adscritos a la agrupaci¨®n se encontraban pegando por el pueblo carteles referidos a sus actividades. Al comenzar a ponerlos en la fachada del Ayuntamiento, tres polic¨ªas municipales que se encontraban all¨ª les prohibieron hacerlo, a lo que los j¨®venes se resistieron. Alegaron que es pr¨¢ctica habitual en la localidad, y, efectivamente, no es la primera vez que la fachada municipal, como cualquiera otra de los edificios del pueblo, sirven de soporte a pasquines de cualquier ideolog¨ªa pol¨ªtica o de otro tipo.
Los polic¨ªas condujeron a Fernando Camino al interior del Ayuntamiento. Aqu¨ª las versiones var¨ªan. Fuentes oficiosas socialistas explican que los polic¨ªas le pidieron la documentaci¨®n y le recriminaron su actitud a gritos, a lo que el detenido repuso que exig¨ªa ser tratado con consideraci¨®n. En este momento se le propin¨® el primer golpe. El joven no se arredr¨® y contraatac¨® con otro pu?etazo, que a uno de los polic¨ªas le supuso una ceja rota, con el consiguiente hematoma en el Ojo. Ah¨ª comenz¨® la lluvia de golpes, utilizando tanto los pu?os como las porras reglamentarias.
La versi¨®n que hayan dado los polic¨ªas no se conoce, por ser secreto del expediente, aunque parece que achacan la culpa a las provocaciones del detenido. Por su parte, el alcalde de Alcobendas, Carlos Mu?oz, ha preferido no avalar ninguna de las dos y esperar a que el expediente se d¨¦ por concluido.
En cualquier caso, la paliza alcanz¨® tal calibre que los ruidos y los gritos llegaron a o¨ªdos de los concejales socialistas reunidos en el piso superior. Tal reuni¨®n se celebra habitualmente ese d¨ªa de la semana, por lo que los polic¨ªas sab¨ªan que los concejales se encontraban all¨ª. Cuando ¨¦stos bajaron a averiguar qu¨¦ pasaba, se encontraron con la visi¨®n de Fernando Camino, sangrando por la nariz y con contusiones en todo el cuerpo, y a los tres polic¨ªas todav¨ªa
Inmediatamente llamaron al jefe de Polic¨ªa y se les apart¨® del servicio. El concejal encargado del Cuerpo y el de Educaci¨®n trasladaron a Fernando al hospital Ram¨®n y Cajal, donde se le cur¨® y se le hicieron radiograf¨ªas para comprobar si ten¨ªa lesiones internas. En el hospital tuvieron que repetir las radiograf¨ªas, parece que por un error t¨¦cnico de las primeras, y pasada la una de la madrugada, alarmiados por la tardanza, el resto de los concejales se traslad¨® al hospital.
Poco m¨¢s tarde se le permiti¨® regresar a su domicilio. Las heridas fueron m¨¢s aparatosas que graves, aunque la contundencia de los golpes es innegable.
El concejal instructor tendr¨¢ ahora que dictaminar los motivos de la reacci¨®n de los olic¨ªas municipales. No se sabe si ¨¦stos se adscriben a ideolog¨ªas opuestas a las del agredido o si simplemente tuvieron una reacci¨®n desproporcionada y autoritaria ante el hecho de que el joven no se dejara gritar.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.