El PTEy el secuestro de Rup¨¦rez
La presencia de Francisca Sauquillo en el comit¨¦ pro liberaci¨®n de Rup¨¦rez y la reciente publicaci¨®n de un art¨ªculo suyo en EL PA?S en torno al tema nos obliga a quienes militando en el mismo partido no compartirmos, aunque respetemos, su actuaci¨®n y opiniones a expresar las siguientes precisiones:1. Quienes abajo firmamos, miembros respectivamente del comit¨¦ central y del comit¨¦ de Madrid del PTE, exigimos la inmediata liberaci¨®n de Javier Rup¨¦rez, nos solidarizamos con su familia y amigos y condenamos sin paliativos el secuestro realizado por ETA (p-m).
2. Sin embargo, entendemos que, condenar el secuestro y pedir la liberaci¨®n de Rup¨¦rez, es una cosa, y la hip¨®crita campa?a montada por UCD, otra muy distinta. La manipulaci¨®n del secuestro pot parte del mismo partido en el que milita Rup¨¦rez constituye un bochornoso espect¨¢culo para quienes, por el simple hecho de tener ojos en la cara, asistimos a la descarada y sistem¨¢tica violaci¨®n de los derechos humanos en nuestro pa¨ªs por parte del Gobierno de UCD. Tortura, muertes en controles policiales, detenciones masivas, apaleamientos, penas medievales por abortar..., todo ello en el contexto de una situaci¨®n social de paro, marginaci¨®n social, restricciones democr¨¢ticas, empeoramiento de las condiciones de vida, alentadas por la pol¨ªtica concreta del Gobierno de UCD. Para condenar el secuestro de Rup¨¦rez hace falta la autoridad moral de quien est¨¢ del lado de la libertad, y el respeto a los derechos humanos y el Gobierno de UCD se sit¨²a, cada d¨ªa que pasa, justamente en la orilla opuesta. El desafuero cometido con el procesamiento de los diputados Monz¨®n y Letamendia, y la petici¨®n de suplicatorio para Bandr¨¦s, por expresar sus opiniones, a la vez que certifica el inicio de la muerte de un Parlamento que, con este precedente, se coloca al arbitrio de la mayor¨ªa ucedea, es la guinda que corona el pastel autoritario y policiaco que nos cocinan los delfines del franquismo.
3. Es en este contexto en el que entendemos que el comit¨¦ pro liberaci¨®n de Rup¨¦rez -y la presencia en ¨¦l de Francisca Sauquillo podr¨ªa inducir la confusi¨®n de que esta es la voluntad de todos los militantes de nuestro partido- ha jugado un buen triste papel siendo incluido -al margen de las intenciones personales de sus miembros- en el coro farisaico de quienes nunca levantaron su voz para denunciar esta tortura, aquella detenci¨®n o este otro procesamiento. Deber¨ªan meditar sus miembros sobre el hecho m¨¢s que anecd¨®tico de que, mientras las pantallas de televisi¨®n se abr¨ªan a su presentaci¨®n p¨²blica, en la pamplonica plaza del Castillo la polic¨ªa apaleaba salvajemente a quienes, con los mismos derechos, pretend¨ªan informar e informarse sobre la muerte en un control policial del concejal de Lacunza. Un deber de honestidad democr¨¢tica exigir¨ªa de quienes lo forman disolver el comit¨¦, no para olvidarse de que es necesario liberar a Rup¨¦rez, sino para sumar su voz a los que tambi¨¦n denuncian las aberraciones y monstruosidades de este sistema pol¨ªtico que pretenden incubar.
(miembros del comit¨¦ ejecutivo, del comit¨¦ central y del comit¨¦ de Madrid del PTE)
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