El ambiente pol¨ªtico franc¨¦s, enrarecido por el asunto de los diamantes de Bokassa
La Asamblea Nacional francesa se pronunciar¨¢ hoy, viernes, sobre dos mociones de censura contra el Gobierno, depositadas por los comunistas y socialistas, pero el Gabinete Barre no peligra porque los gaullistas, que las han provocado, no las votar¨¢n. Las divisiones y contradicciones de la mayor¨ªa gubernamental encuentran el mismo paralelo en la oposici¨®n. El affaire de los diamantes de Bokassa, por otra parte, acrecienta estas incompatibilidades en el seno de una clase pol¨ªtica que ya s¨®lo se determina en funci¨®n de las elecciones presidenciales de 1981.
Las dos nuevas mociones de censura contra el Gabinete Barre fueron introducidas, una, por los comunistas, y otra, por los socialistas, y ambas contra la ley que propuso el Gobierno para financiar la Seguridad Social. Pero, como ocurri¨® hace quince d¨ªas con el presupuesto de la naci¨®n, los dos partidos de la oposici¨®n ¨²nicamente han censurado al Gobierno por pura f¨®rmula, y esto como consecuencia de la oposici¨®n del grupo gaullista a la referida ley gubernamental.En efecto, los gaullistas no aceptan esa ley y el primer ministro, Raymond Barre, para que sea adoptada por la Asamblea, se ha servido una vez m¨¢s de un art¨ªculo constitucional consistente en solicitar la confianza de la Asamblea: a partir de este momento, si en el plazo de dos d¨ªas no es depositada una moci¨®n de censura, la ley se considera aceptada por los diputados. La oposici¨®n ha censurado al Gobierno, pero, al llegar al voto de estas censuras, los gaullistas se vuelven atr¨¢s para no crear una crisis.
El empleo repetido de este artilugio constitucional evidencia, una vez m¨¢s, que el Gabinete Barre debe gobernar sin mayor¨ªa. Esta situaci¨®n, en los medios gaullistas como en los giscardianos, se resum¨ªa ayer en t¨¦rminos claros: el gaullismo y el giscardismo no tienen nada que ver y, a medida que se aproximen las elecciones presidenciales de 1981, ?estas divergencias acabar¨¢n en crisis abierta?.
Desconcierto en la oposici¨®n
El desconcierto no es menos palpable en el campo de la oposici¨®n. Los comunistas no tienen m¨¢s enemigo que los socialistas, y viceversa. Ayer, Edmond Maire, l¨ªder de la segunda central sindical francesa, la socialista autogestionaria CFDT, resumi¨® la situaci¨®n en t¨¦rminos severamente pesimistas: ?Sea cual fuere el candidato de la izquierda en las presidenciales del 81, perder¨¢. Y, en caso de que gane, el fracaso, a la hora de gobernar, ser¨¢ id¨¦ntico.?El gaullista hist¨®rico Alexandre Sanquinetti, separado del movimiento gaullista, enjuiciaba tambi¨¦n ayer el paisaje pol¨ªtico galo a la vista de los juegos parlamentarios, y opinaba: ?En todos los dominios asistimos a una crisis de identidad y tambi¨¦n existe esta crisis de identidad en los partidos pol¨ªticos representados en el Parlamento.?
La segunda edici¨®n del affaire de los diamantes de Bokassa ha acentuado. por su parte, las divisiones y la lucha por el Poder entre los clanes o partidos de la mayor¨ªa y de la oposici¨®n. Cada cual reacciona. o se calla, no en funci¨®n del affaire, sino de los intereses inmediatos. que no son m¨¢s que uno: las presidenciales del 81. Sobre esta cuesti¨®n de los diamantes, ayer se acentu¨® la reacci¨®n del primer d¨ªa: el Poder y la parte sustancial de la prensa que lo arropa insistieron en el silencio, mientras algunos diarios de la capital a¨²n se preguntaban, corno lo hac¨ªa un periodista extranjero: ??No podr¨ªamos saber en d¨®nde est¨¢n los diamantes??
Con motivo de la explosi¨®n del primer affaire, en octubre ¨²ltimo, el presidente, Valery Giscard d'Estaing, irritado a causa de la importancia que le hab¨ªa concedido su peri¨®dico al asunto, telefone¨® al director del independiente Le Monde, Jacques Fauvet, y, seg¨²n confirm¨® ayer una fuente segura, ?la llamada no fue amistosa, ni mucho menos?. El discurso presidencial no influy¨® al se?or Fauvet, que anteayer, en un comentario, interrogaba de nuevo al Poder.
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