La Rep¨²blica Federal de Alemania, campo de batalla ante un eventual ataque de la Uni¨®n Sovi¨¦tica

Los primeros ?inspectores generales?, m¨¢ximo cargo posible en las fuerzas armadas (Bundeswehr), proced¨ªan del antiguo r¨¦gimen. Adolf Heusingers y Spedel hablan estado siempre muy cerca del F¨¹hrer Hitier y su paso a la nueva situaci¨®n les exigi¨® una declaraci¨®n expresa de respeto a la primac¨ªa del poder civil sobre el militar. Tanto ellos como el resto de inspectores generales, que optar¨ªan en lo sucesivo por la dimisi¨®n, dejaron bien claro que no acababan de entender el cometido de su cargo.En los comienzos, estos ?generales de despacho?, a los que incluso se hab¨ªa privado del brillo de los antiguos uniformes (uno de ellos describirla el uniforme de general compar¨¢ndolo con el de un conserje de hotel de segunda), tuvieron a su mando unos efectivos m¨¢s simb¨®licos que reales: en total, el Ej¨¦rcito alem¨¢n resucitado once a?os y medio tras el atentado contra Hitler, en Rastenburg, estaba compuesto por 101 hombres, 95 oficiales y seis suboficiales. En julio de 1956 se introducirla el servicio militar obligatorio.

El militar, como t¨¦cnico en defensa y brazo armado del poder civil, obediente del orden constitucional y humanista, es una realidad conseguida ya en buena medida en la RFA. Hace un a?o, el primer soldado de la RFA, Harald Wust, presentaba la dimisi¨®n de su cargo al frente de 217 generales y almirantes por desavenencias con su ministro, el socialdem¨®crata Hans Apel, el ¨²nico ministro de Defensa de la historia alemana que ni siquiera hizo el servicio militar. La raz¨®n ¨²ltima de tal decisi¨®n fue, seg¨²n Wust, que Apel no quer¨ªa ya escucharle. En el fondo de la inquietud estructural de un sector de las fuerzas armadas sigue teniendo peso la contradicci¨®n interna com¨²n a todos los alemanes, aunque aqu¨ª en grado mayor. El Ej¨¦rcito federal, se ha dicho, debe ser una corporaci¨®n que debe olvidar su pasado y pensar s¨®lo en el porvenir. Pero el porvenir lo deciden los pol¨ªticos del Gobierno. La tentaci¨®n de un inspector general de la Bundeswehr es grande: del Ministerio de Defensa dependen 490.000 soldados y 175.000 civiles. Enf¨¢ticamente, el mando militar germano dice que tiene a sus ¨®rdenes el mayor ceotingente de tropas convencionales con que cuenta la OTAN en Europa. En total, 541.400 soldados de tierra, 110.550 de aire y 38.050 de mar, adem¨¢s de 5.000 de unidades especiales. Junto a estos efectivos, la Bundeswehr dispone de elementos y armas de gran precisi¨®n, sobre todo carros de combate (Luchs, Leopard, marder). Sin incluir los nuevos modelos de la serie Leopard, reci¨¦n entregados, el Ej¨¦rcito dispone ya de 2.150 Leopard I y 2.060 Marder, entre una amplia gama de armas de gran calibre, especialmente adecuadas para la ?guerra defensiva de avanzada?, que es el criterio b¨¢sico para la t¨¢ctica de la RFA.

Alemania Federal, ?objetivo f¨¢cil?

La propia Inspecci¨®n General de la Bundeswehr no pierde de vista la especial situaci¨®n estrat¨¦gica de la RFA. Un pa¨ªs altamente industrializado, con un elevado ¨ªndice de densidad de poblaci¨®n (250 habitantes por kil¨®metro cuadrado) y un territorio f¨¢cilmente accesible para los hipot¨¦ticos atacantes que, para la Bundeswehr, no pueden estar m¨¢s que en el Este europeo. Un factor estrat¨¦gico primordial es que, en la estrecha franja de cien kil¨®metros a lo largo de la frontera con la RDA y Checoslovaquia vive el 30% de los alemanes federales y se encuentra situado el 25% de la industria de este pa¨ªs. Es precisamente a lo largo de esta tranja donde se mantienen alerta las antiguas tropas invasoras occidentales y hoy aliadas: Estados Unidos cuenta con dos divisiones acorazadas, tres de granaderos tambi¨¦n acorazadas y otras unidades log¨ªsticas. Gran Breta?a dispone de cuatro divisiones; B¨¦lgica, de dos; los Paises Bajos, de una; Canad¨¢, de un grupo mixto, y Francia, de dos divisiones, m¨¢s tropas log¨ªsticas.

La accesibilidad de la RFA para un atacante que podr¨ªa llegar del Este y, al tiempo, la decisi¨®n originaria de este pa¨ªs de renunciar a toda arma nuclear hizo que los alemanes insistiesen m¨¢s en los efectivos convencionales con gran facilidad y alcance de fuego, al tiempo que este criterio pasaba a la industria armamentista federal. Los nuevos misiles, para con los que el mando militar no tiene m¨¢s simpat¨ªa que la que reflejan las declaraciones oficiales, podr¨ªan significar dos problemas a corto plazo: mayor dependencia exterior -con un inevitable reajuste en las instalaciones y en el armamento- y una posible reconversi¨®n de la RFA en pa¨ªs dotado de armamento nuclear.

Hasta ahora, el Ej¨¦rcito federal se encuentra apostado, como un sandwich, entre las tropas aliadas occidentales. En los extremos norte y sur de la frontera oriental, bajo el mando de tres comandos territoriales: Schleswig-Hoistein, norte y sur. En el futuro, la frontera ser¨¢ defendida preferentemente por nuevas armas bal¨ªsticas y por unidades con gran capacidad de movimiento.