Convocatorias fantasmas

A mi vuelta a Madrid, tras una estancia profesional de una semana en Dinamarca, y cuando a¨²n no me hab¨ªa dado tiempo a deshacer las maletas, un amigo me telefone¨® para preguntarme qu¨¦ tal hab¨ªa resultado una conferencia m¨ªa dada en cierta universidad madrile?a y profusamente anunciada. Le repuse que, seg¨²n mis c¨¢lculos, a la hora de dicha conferencia vol¨¢bamos, con SAS, sobre B¨¦lgica. No s¨¦ en cu¨¢ntos otros actos similares habr¨¦ intervenido durante mi ausencia; espero haber estado a la altura de las circunstancias y lamento que mi compromiso con la Universidad de Arhus me impidiera escucharme, como siempre tengo por costumbre hacer. Hoy, d¨ªa 11, leo en el diario de su direcci¨®n una convocatoria de mesa redonda en cierto colegio mayor madrile?o en la que tambi¨¦n intervengo, junto a un par de amigos, cierto poeta surrealista celtib¨¦rico, un alev¨ªn de parlamentario baturro que aspira a ejercer en Catalu?a y no s¨¦ qui¨¦n m¨¢s. La cosa promete, ca va sans dire, pero me temo que alguna cita posterior va a impedirme asistir?Ser¨ªa mucho pedir a nuestros animadores culturales un m¨ªnimo de respeto en la manipulaci¨®n de los nombres ajenos al programar convocatorias fantasmas, por lo menos en el caso de quienes, triste sino, tenemos a gala calvinista el cumplir puntualmente los compromisos contra¨ªdos y nos disgusta profundamente tener que pasar por descorteses ante el p¨²blico o, a¨²n peor, servir de se?uelo para incautos?