La sala Olimpia abrir¨¢ sus puertas el martes

El pr¨®ximo martes, 18 de diciembre, Madrid contar¨¢ con un nuevo centro cultural que ofrecer¨¢ una amplia gama de actividades. El viejo cine Olimpia, situado en la plaza de Lavapi¨¦s, teatro en su juventud, vuelve a sus or¨ªgenes por los esfuerzos de parte de los componentes de la sala Cadarso y del GIT (Grupo Internacional de Teatro).

El Olimpia no se limitar¨¢ a ofrecer actividades puramente teatrales. La idea de sus promotores es organizar cursos de iniciaci¨®n a la m¨²sica, fotograf¨ªa, teatro infantil, de formaci¨®n de actores, conciertos de m¨²sica cl¨¢sica, jazz o cualquier otro estilo, aparte de tener el local a disposici¨®n de asociaciones de vecinos, centros escolares u otras entidades ciudadanas, que en Lavapi¨¦s y, por extensi¨®n, en todo Madrid no cuentan con espacio f¨ªsico adecuado para programar sus actividades.El viejo Olimpia ha sufrido una transformaci¨®n completa. Hace ocho meses, el edificio, externa e internamente, as¨ª como en su mobiliario, presentaba un aspecto lamentable. En este tiempo se ha remozado el patio de butacas, cambiado la instalaci¨®n de luz el¨¦ctrica, transformado el escenario, para darle mayor amplitud y profundidad, y los antiguos palcos se han convertido en peque?as salas donde se desarrollar¨¢n parte de las actividades mencionadas anteriormente. El patio se utilizar¨¢ en el buen tiempo para festivales al aire libre, o cine, recogiendo as¨ª uno de los aspectos m¨¢s tradicionales del mundo del espect¨¢culo en Madrid -los famosos palacios de las pipas- De entrada, los domingos por la ma?ana, desde el d¨ªa 23, habr¨¢ teatro infantil, atracciones populares y payasos.

Ayer, el acceso al patio de butacas estaba a¨²n cubierto de yeso y de restos de materiales de construcci¨®n. Los alba?iles daban los ¨²ltimos retoques, mientras que los j¨®venes que van a dirigir el nuevo centro trataban de editar los carteles de la obra Galileo Galilei, de Bertolt Brecht, met¨ªan en sobres cientos de folletos de propaganda e invitaciones, y esperaban el cumplimiento del ¨²ltimo requisito imprescindible para la apertura del centro: la visita de inspecci¨®n de los funcionarios de polic¨ªa.

A este respecto se espera que no haya problemas, puesto que el Olimpia, remozadas totalmente sus instalaciones, cumple las normas legales mejor que muchos teatros tradicionales y con solera de Madrid.

El centro cultural puede suponer un importante impulso en el ¨¢mbito cultural de los madrile?os, y m¨¢s directamente sobre los habitantes del centro. Si en un principio la gente de Lavapi¨¦s les miraba con cierta prevenci¨®n y un punto de hostilidad -al fin y al cabo les hab¨ªan quitado el cine del barrio-, el cursillo de iniciaci¨®n a la m¨²sica, realizado hace unos meses, supuso un giro positivo. Un centenar de padres pudieron ver c¨®mo sus hijos peque?os aprend¨ªan a construirse su propia flauta y a manejarla de forma m¨¢s o menos audible en un tiempo de un mes.

Sin embargo, el acercamiento de la gente de Lavapi¨¦s al teatro es a¨²n muy incipiente, y todav¨ªa hace unos d¨ªas un grupo de se?oras maduras preguntaban a los alba?iles si sab¨ªan cu¨¢ndo iban a venir las coristas.

Un miembro del GIT declar¨® a EL PAIS que no se hab¨ªa hecho a¨²n publicidad del centro porque prefer¨ªan presentar al barrio algo ya acabado, en funcionamiento. ?Ahora es el momento de comenzar a ganarnos la confianza, promover el acercamiento: el centro est¨¢ pensado para que sea un n¨²cleo de participaci¨®n, donde los propios vecinos puedan dar rienda suelta a sus inquietudes culturales. En absoluto nos planteamos ser un ghetto ni un instrumento privado para el GIT. El Olimpia tendr¨¢ proyecci¨®n a todo Madrid, y la gama de espect¨¢culos y actividades ser¨¢ suficientemente amplia como para no originar una sectorizaci¨®n del p¨²blico. Como generador de producci¨®n teatral que queremos que sea, aqu¨ª podr¨¢n montar sus obras otros grupos, nacionales o extranjeros. Una de las esperanzas m¨¢s fundadas, en cuanto a que el centro ser¨¢ un catalizador cultural, proviene del inter¨¦s mostrado por profesores de los colegios de la zona, ninguno de los cuales tiene sal¨®n de actos. ?

El ¨²nico problema que existe es el econ¨®mico. La Direcci¨®n General de Teatro, dependiente del Ministerio de Cultura, concedi¨® hace unos meses la cantidad de seis millones, con las que se pagar¨¢n las deudas acumuladas. No es una subvenci¨®n a fondo perdido, sino un convenio con la Direcci¨®n General, por la que ¨¦sta se reserva dos meses anuales, durante cinco a?os, para programar sus propias obras. Dentro de la campa?a de est¨ªmulos al teatro, el Ministerio subvencio nar¨¢ al centro de forma que las localidades puedan cobrarse a un precio medio de 150 pesetas. Cualquier grupo, asociaci¨®n o persona que quiera beneficiarse de esta reducci¨®n debe ponerse en contacto con el centro.