Los peruanos se inscriben en el censo para participar en los comicios de mayo

El lunes quedar¨¢ cerrado en Per¨² el plazo de inscripci¨®n de votantes para las elecciones generales que han de celebrarse el 18 de mayo de 1980. Estos comicios pondr¨¢n fin a la presencia militar en el poder peruano, iniciada en 1968 con el derrocamiento de Fernando Bela¨²nde y la experiencia revolucionaria del general Juan Velasco Alvarado.

De acuerdo con las cifras actuales, y con la estimaci¨®n de que en el fin de semana se producir¨¢ una afluencia notable de personas a los centros de inscripci¨®n, las autoridades electorales calculan que siete millones de personas, aproximadamente, estar¨¢n en disposici¨®n de votar en mayo del a?o que viene. De ellos, cinco millones y medio ser¨¢n sufragantes alfabetos, 750.000, analfabetos, y medio mill¨®n ser¨¢n votantes residentes en el extranjero.El voto de los analfabetos, al que se opuso con calor el sector derechista de la Asamblea constituyente, es una de las conquistas m¨¢s relevantes de la nueva legislaci¨®n peruana.

La ley dispone que, para ser proclamado presidente de la Rep¨²blica, el candidato triunfador debe reunir, por lo menos, el 36% de los votos. En caso contrario, es el Congreso Nacional quien debe decidir el nombre del jefe del Estado.

Treinta y un partidos pol¨ªticos disponen de fuerza legal para participar en los comicios, de los que saldr¨¢n los integrantes de la Asamblea Nacional. De ellos solamente dos parecen tener posibilidades reales de alzarse con el triunfo final: Acci¨®n Popular y Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA).

Las encuestas se?alan que el candidato de AP, el ex presidente Fernando Bela¨²nde Terry, ser¨ªa el vencedor si las elecciones se celebrasen ahora mismo. Esta situaci¨®n parece disgustar seriamente a los militares peruanos, que se ver¨ªan en la embarazosa situaci¨®n de devolver el poder a la persona que, once a?os atr¨¢s, obligaron a abandonar no s¨®lo la jefatura del Estado, sino el pa¨ªs mismo.

Los analistas se?alan que Bela¨²nde actu¨® con suma habilidad pol¨ªtica al decidir que su partido no participase en las elecciones para la composici¨®n de la Asamblea constituyente que se celebraron en junio de 1978. Ni ¨¦l ni su grupo se desgastaron en las luchas, a veces feroces, que provoc¨® la discusi¨®n del texto constitucional. Acci¨®n Popular aparece as¨ª como un partido fresco, no contaminado, con un candidato excesivamente viejo (Bela¨²nde tiene 67 a?os) y un proyecto nacional v¨¢lido para amplios sectores del pa¨ªs.

El APRA, sin duda la fuerza pol¨ªtica m¨¢s importante de Per¨², tiene muy similares posibilidades de triunfo que Acci¨®n Popular. Los expertos opinan que juega a su favor la visceral oposici¨®n de las fuerzas armadas hacia un triunfo de Bela¨²nde.

Existe, sin embargo, un facto que perjudica a la Alianza Popular Revolucionaria Americana. La divisi¨®n que se produjo en el partido a ra¨ªz de la lucha por la designaci¨®n del candidato presidencial. Mientras vivi¨® V¨ªctor Ra¨²l Haya de la Torre, fundador del APRA, nadie dud¨® de que ¨¦l ser¨ªa, una vez m¨¢s el aspirante a la m¨¢xima magistratura de la naci¨®n. Muerto Haya, se produjo una dura lucha entre los sectores derechistas e izquierdistas del APRA para colocar en ventajosa posici¨®n a sus respectivos candidatos.