Varias procesadas por aborto, condenadas a penas inferiores a las solicitadas
Penas sustancialmente inferiores a las solicitadas por el ministerio fiscal han sido impuestas por la Secci¨®n Quinta de la Audiencia Provincial de Madrid a las nueve personas, ocho mujeres y un hombre, que fueron juzgadas a puerta cerrada el pasado d¨ªa 28 de noviembre como presuntas autoras de varios delitos de aborto.
La principal acusada, R. A. S., de 57 a?os de edad, auxiliar de cl¨ªnica, ha sido condenada por dos delitos de aborto causado, por un delito imposible de aborto causado y por un delito de lesiones menos graves a un total de doce a?os de privaci¨®n de libertad y a veintid¨®s de inhabilitaci¨®n especial. El ministerio fiscal hab¨ªa solicitado un total de veintiocho a?os de privaci¨®n de libertad y varias decenas de a?os de inhabilitaci¨®n especial. La reducci¨®n de las penas impuestas se debe a haber rebajado el tribunal en un grado las penas solicitadas por el fiscal y no haber estimado probado el embarazo de dos de las mujeres sobre las que se ejerci¨® el intento de aborto.A las dos mujeres, F. G. Z. y B. J. L., que consintieron en abortar, el tribunal ha impuesto sendas penas de seis meses y un d¨ªa de prisi¨®n y de seis a?os y un d¨ªa de inhabilitaci¨®n, mientras que el ministerio fiscal hab¨ªa solicitado para cada una de ellas un a?o. de prisi¨®n menor. J. L. S. J. y M. V. P., por su parte, han sido condenados, el primero por un delito imposible de aborto causado, y la segunda ,por un delito imposible de aborto consentido, a sendas multas de 20.000 pesetas o a veinte d¨ªas de arresto sustitutorio en caso de impago. El fiscal hab¨ªa solicitado penas de un a?o de prisi¨®n y seis a?os de inhabilitaci¨®n para cada uno de los dos procesados. Finalmente, T. S. B. ha sido condenada, como c¨®mplice, a dos penas de 20.000 pesetas.
Seg¨²n el relato de hechos, la procesada R. A. S. recibi¨® en el mes de noviembre de 1975 la visita de la tambi¨¦n procesada B. J. L., quien la puso en contacto con F. G. Z., casada y con cuatro hijos, quien le dijo hab¨ªa tenido una falta en su menstruaci¨®n y estaba asustada por lo mal que lo hab¨ªa pasado en los anteriores embarazos. Pidi¨® a R. A. S. que le ayudase a abortar, lo que ¨¦sta efectivamente hizo, mediante la introducci¨®n de una sonda en la vagina. El esposo de F. G. Z. ignoraba los hechos y el estado econ¨®mico de la familia ofrec¨ªa dificultades.
En febrero de 1977, la procesada F. R. C., que ha sido absuelta, ante el temor de encontrarse embarazada, se puso en contacto con R. A. S., y ¨¦sta le puso una inyecci¨®n de duogin¨®n, volvi¨¦ndole el per¨ªodo a los pocos d¨ªas. El marido de F. R. C., que es ayudante de alba?il, ignoraba la situaci¨®n de su esposa. La situaci¨®n econ¨®mica de la familia, debido a los tres hijos que tienen, es precaria.
En mayo de 1977, la procesada M. V. P., casada y con cuatro hijos, comunic¨® a su esposo su temor de estar embarazada. Este se puso en contacto con R. A.S., quien practic¨® a F. R. C. distintas manipulaciones en la vagina, con la introducci¨®n de una sonda, sin que conste el resultado ni la realidad de? embarazo temido. Debido al n¨²mero de hijos, la familia ten¨ªa problemas econ¨®micos.
En el mes de julio de 1977, la procesada y tambi¨¦n absuelta C. E. R., de nacionalidad hondure?a, soltera, se crey¨® embarazada por haber tenido dos faltas menstruales, por lo que se puso en contacto con R. A. S. para producir la muerte del feto. Se realizaron a tal fin algunas exploraciones, pero ¨¦stas quedaron interrumpidas por acuerdo de ambas.
Finalmente, a mediados de junio de 1977, la procesada B. J. L., casada y con tres hijos, cuando se encontraba embarazada de dos meses, y debido a lo mal que lo hab¨ªa pasado en los anteriores embarazos, decidi¨® interrumpir su embarazo, decidi¨® Se puso en contacto con R. A. S., y ¨¦sta le introdujo una sonda en la vagina, lo que produjo la muerte del feto y tambi¨¦n una gran infecci¨®n intrauterina en B. J. L., quien necesit¨® diecisiete d¨ªas de curaci¨®n.
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