1979 no ha sido un buen a?o para la libertad de expresi¨®n en el mundo
A pesar de todos los intentos que se han llevado a cabo por parte de organismos internacionales, como la UNESCO o la comisi¨®n Mac Bride, por garantizar la libertad de prensa en el mundo, 1979 no se puede considerar, seg¨²n el informe anual que publica sobre esta materia el Instituto Internacional de Prensa (IPI) como un a?o en el que se haya progresado en la aplicaci¨®n del esp¨ªritu de las declaraciones internacionales sobre la libertad de informaci¨®n y el derecho a la comunicaci¨®n.
Mientras que en pa¨ªses con una larga tradici¨®n de censura y represi¨®n sobre la prensa, como son Espa?a y Portugal, por ejemplo, han disminuido clara y progresivamente las trabas a la libertad de expresi¨®n a medida que se consolidaban las instituciones y el sistema democr¨¢tico, en pa¨ªses de nuevo cu?o autoritario, como pueden ser Ir¨¢n o Turqu¨ªa, han aumentado de una manera espectacular las medidas de represi¨®n sobre la prensa y en general sobre la libertad de expresi¨®n.En s¨®lo trece l¨ªneas el informe del Instituto Internacional de Prensa da cuenta de la situaci¨®n informativa en Espa?a durante el a?o a punto de terminar: desaparici¨®n de seis peri¨®dicos y una agencia propiedad del Estado; el caso de la ?Operaci¨®n Galaxia?, en lo que afectaba a la prensa; la pol¨¦mica sobre la titulaci¨®n de los periodistas y el acceso a la profesi¨®n, y la expulsi¨®n del periodista holand¨¦s Jan Keulen, corresponsal de Volkskrant. Sin embargo, pa¨ªses como Ir¨¢n, Sur¨¢frica, Argentina, pa¨ªses europeos del Este y Turqu¨ªa ocupan. un amplio espacio en el cap¨ªtulo de acciones dirigidas contra la libertad de expresi¨®n.
Desde que en noviembre pasado la UNESCO aprobara la ?Declaraci¨®n fundamental de principios concercientes a la contribuci¨®n de los mass media a reforzar la paz y el entendimiento internacional, a la promoci¨®n de los derechos humanos y a cortar todo racismo, apartheid e incitaci¨®n a la guerra?, en 1979 la discusi¨®n se centr¨® b¨¢sicamente en el debate sobre los derechos, pero tambi¨¦n sobre la responsabilidad de los medios de comunicaci¨®n llamados de masas.
A pesar de estos buenos prop¨®sitos, no se ha logrado proteger, por ejemplo, la libre circulaci¨®n de informaciones ni la seguridad de quienes las hacen posibles. Un considerable n¨²mero de periodistas han muerto durante este a?o. Otros muchos han desaparecido, han sido heridos, encarcelados o simplemente censurados y reprimidos en su trabajo. Dos de los ejemplos m¨¢s claros son los del turco Abdi Ipekci y del paquistan¨ª Salamat Al¨ª. El primero muri¨® el pasado febrero v¨ªctima del terrorismo pol¨ªtico cuando intentaba hacer efectivo el acercamiento entre Grecia y Turqu¨ªa. El segundo fue juzgado y encarcelado en noviembre por la dictadura militar.
En el cap¨ªtulo concreto de hechos contra la libertad de expresi¨®n, el informe del IPI se detiene especialmente, dentro del bloque del suroeste asi¨¢tico y del norte de Africa, en Ir¨¢n. En este pa¨ªs se frustr¨® el florecimiento de la libertad de prensa que se vislumbraba tras la ca¨ªda del sha. Con la inicial consolidaci¨®n de Jomeini m¨¢s de cien periodistas de los peri¨®dicos m¨¢s importantes y de radio y televisi¨®n perdieron su trabajo debido a presiones religiosas.
En el mundo latinoamericano, Argentina contin¨²a ocupando el, primer lugar en cuanto a la represi¨®n de la libertad de prensa, aunque disminuy¨® ostensiblemente el n¨²mero de periodistas asesinados o desaparecidos, que en los tres a?os anteriores se hab¨ªa elevado a 57.
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