Hemeroteca
Como la Navidad siempre nos trae unos d¨ªas sin peri¨®dicos, y como el peri¨®dico es ya la droga dura de este escritor blando, he pasado el tiempo perdido en la hemeroteca de los a?os cuarenta (que, al fin y al cabo, no se va a notar tanto la diferencia con los peri¨®dicos de hoy: restricciones, retropatriotismo, papismo, etc¨¦tera). Lucio tiene la culpa.Lucio, el buhonero del Rastro, me dice que ahora est¨¢ muy bien el mercado de tarjetas postales y que ¨¦l compra todas las que le traigan o le lleven. Lucio ha incrementado mi hemeroteca retro (de los felices veinte a los escasos cuarenta) con un paquete navide?o de Abec¨¦s y Arribas de cuando el R¨¦gimen, m¨¢s el primer n¨²mero de Semana y algunos otros palimpsestos franquistas.
El Abc de 17 de julio del 47 sali¨® en verde medicinal, ?El Caudillo y la beneficencia?, con foto de Franco y do?a Carmen en los toros, muy joven el matrimonio. Por dentro, en el hueco, Gir¨®n condecorando a San Orrio. Otro n¨²mero de Abc, en el sepia tradicional, que a ellos y a m¨ª nos gusta, y que evita o disimula el sepia envejecedor del tiempo: un art¨ªculo de Fen¨¢ndez-Fl¨®rez sobre los fastuosos desfiles de la dictadura portuguesa. M¨¢ximo me lo dice siempre:
-Deseng¨¢?ate, Umbral, que el humor es de derechas.
El 18 de julio del 47, a los once a?os de iniciada la Cruzada, el peri¨®dico de la calle de Serrano (el mejor hecho de entonces, como de antes y despu¨¦s, hasta casi hoy), sale con portada belicosa de Teodoro Delgado (con quien estuve a punto de hacer un libro a medias poco antes de su muerte). Durante la Cruzada, el Durero de aquel infierno civil hab¨ªa sido Sa¨¦nz de Tejada, prodigioso dibujante como no lo tuvo la Rep¨²blica para su prensa y propaganda. La Rep¨²blica -ay-, apenas tuvo prensa y propaganda, porque no entend¨ªa las ideas como un producto comercial a vender. En este n¨²mero que gloso, Torcuato Luca de Tena ocupa toda la tercera p¨¢gina (entonces en tipograf¨ªa), con un articulo titulado ?La justificaci¨®n del Movimiento Nacional?. En otro Abc, en fin, a veinticinco c¨¦ntimos, encuentro el estreno de Huella de luz, de Antonio Casal, ?recomendable menores?, y, en tercera, un art¨ªculo de Azor¨ªn, obvio como todos los suyos.
No hay recochineo f¨¢cil ni vacile retro en esta cr¨®nica, lo prometo. He sido navide?amente feliz repasando estos peri¨®dicos, ya que de aquel tiempo vivo, malo o bueno. El 8 de mayo del 45, cuando ha sido firmada la rendici¨®n de todas las fuerzas alemanas, nuestra prensa, que hab¨ªa resaltado volitivamente el apoyo moral de Franco al III Reich, presenta un Caudillo cauto e inocente que ha tenido la prudencia de mantener Espa?a escru pulosamente al margen del cirio mundial. El 10/7/47 (poco m¨¢s tarde entraba yo de botones en un banco amigo), Eva Per¨®n llena la plaza de Oriente mejor que hoy lo har¨ªa Blas Pi?ar. Patino, en su pel¨ªcula irrepetible, le pone a aquella apoteosis caudillo/por te?a el bolero Mar¨ªa Dolores. Te mueves mejor que las olas. La visi ta de la amazona del populismo latinoch¨¦ llen¨® toda la prensa madrile?a en aquellos d¨ªas. No s¨¦ qu¨¦ habr¨ªan hecho los periodistas si hubiese descendido la Virgen Mar¨ªa o vuelto Isabel la Cat¨®lica.
Semana, desde su primer n¨²mero, febrero del cuarenta, a cincuenta c¨¦ntimos, se ense?a una revista casi liberal, con el inevitable germanismo de la ¨¦poca. Manuel Halc¨®n era y ha sido siempre un hombre bueno y ecu¨¢nime. En uno de los n¨²meros encuentro una glosa de D'Ors sobre Churriguera, que situ¨® como perteneciente a su libro sobre el barroco. Especialmente reveladora, porque supone una confesi¨®n dorsina de todos sus demonios inconfesables: barroqu¨ªsmo, irracionalismo. satanismo. romanticismo, volterianismo. Y en 1940, lector. Va ilustrada con la portada churrigueresca de nuestro Hospicio /Hemeroteca (hospicio de peri¨®dicos), y es como un educado grito de libertad frente a las simetr¨ªas ap¨®crifas del naciente. Imperio.
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