La tradicional regata Sydney-Hobart hizo olvidar la Admiral's Cup

El barco australiano Bumblebee IV -abejorro- gan¨® la 35.1 edici¨®n de la tradicional regata Sydney-Hobart, disputada sin problemas sobre un recorrido de 630 millas -unos 1.150 kil¨®metros- en aguas del sureste de la mayor isla del mundo. Los ?f¨®rmula 1 ? de la vela, y sobre todo otros barcos m¨¢s peque?os, tuvieron as¨ª ocasi¨®n, en los comienzos del verano austral, de tomarse una peque?a revancha sobre la mar, que en agosto pasado, en aguas inglesas, provoc¨® la tragedia de la Admiral's Cup. Diecinueve muertos fue entonces el saldo de una inesperada tormenta.

Hace pocas semanas se dio a la luz p¨²blica un documento por el que se atribu¨ªan las causas de tantas muertes en la regata Fastnet, la m¨¢s larga, dura y decisiva de la Admiral's Cup, a la inexperiencia de las tripulaciones y al mal equipamiento de las mismas. Sin embargo, lo sucedido en la noche del 13 al 14 de agosto fue una jugada relativamente imprevisible de la meteorolog¨ªa. Cuando estaba previsto un empeoramiento del tiempo, pero s¨®lo con vientos de fuerza seis o siete, por una depresi¨®n que deb¨ªa cruzar el Atl¨¢ntico, un cambio brusco hacia el suroeste de Irlanda inici¨® el desastre. La falta de observatorios en ?a zona no permiti¨® avisar a tiempo del mismo. Los vientos alcanzaron fuerza diez, e incluso once en algunas zonas, lo que normalmente supone formar olas de ocho metros de altura. El giro inesperado cre¨® otras perpendiculares, que al chocar doblaron su fuerza hasta llegar a los diecis¨¦is metros. Los barcos m¨¢s peque?os, de las clases IV, V y VI sufrieron en su mayor¨ªa las consecuencias. Entre los menos preparados hubo que lamentar quince muertos, a los que se sumaron cuatro de un trimar¨¢n acompa?ante. De 303 barcos llegaron s¨®lo 85 a la meta.Ahora, en Sydney, con menos participantes, 147, la bonanza fue nota casi general, y aunque la prueba se inici¨® con vientos de veinticinco nudos, su fuerza baj¨® pronto a cinco y menos. El r¨¦cord establecido por el velero americano Kioloa en 1975, de dos d¨ªas, catorce horas, 36 minutos y 56 segundos para recorrer las 630 millas entre la bell¨ªsima bah¨ªa de Sydney y el r¨ªo Derwent, ya en la isla de Tasmania, que ba?a la capital, Hobart, no pudo ser superado por el ganador australiano de esta edici¨®n, el sloop de veintid¨®s metros de eslora, Bumblebee IV. L¨®gicamente, barcos como ¨¦ste, pertenecientes a la clase cero, los m¨¢s grandes, son siempre los menos perjudicados con el mal tiempo. El C¨®ndor, segundo clasificado, otro sloop, que navega ahora con la bandera de las islas Bermudas, pero que lo hizo con la brit¨¢nica en la regata alrededor del mundo 1977-1978, tuvo entonces bastantes m¨¢s problemas, aunque gan¨® dos etapas.

De cualquier forma, en previsi¨®n de problemas de cualquier tipo por la proliferaci¨®n de regatas transoce¨¢nicas o de largo recorrido, acaba ya de constituirse en Ginebra una asociaci¨®n de control -AFIPO-. La desaparici¨®n, sin dejarrastro alguno hasta ahora, del franc¨¦s Alain Colas en la Ruta del Ron, tambi¨¦n celebrada este verano entre Saint Malo y Pont-de-Pitre, en las Antillas, con 6.500 kil¨®metros de recorrido, ha influido igualmente. En 1981, una nueva regata alrededor del mundo, con participaci¨®n espa?ola, est¨¢ preparada.