M¨¢s personas murieron en Chappaquiddick que en Harrisburg
La raz¨®n del t¨ªtulo de mi art¨ªculo es porque alude al texto de unas pegatinas que han hecho su aparici¨®n en los parachoques de los autom¨®viles, en Estados Unidos. Pero yo quiero citarlo en relaci¨®n con el informe Kemeny. Para las personas que no est¨¦n muy al tanto de la problem¨¢tica nuclear empezar¨¢ por explicar en qu¨¦ consiste el informe Kemeny.El accidente de Three Mile Island, acaecido el 28 de marzo de 1979, dio lugar a que dos semanas m¨¢s tarde el presidente de Estados Unidos estableciese una Comisi¨®n Presidencial de doce miembros, que llevase a cabo un detallado estudio del accidente. Dicho estudio deber¨ªa incluir:
a) Una evaluaci¨®n t¨¦cnica de los sucesos y sus causas, con estimaci¨®n de su impacto en la seguridad y salud del p¨²blico y de los trabajadores de la central.
b) Un an¨¢lisis del papel desempe?ado por la empresa el¨¦ctrica propietaria de la central.
c) Una evaluaci¨®n de la capacidad de preparaci¨®n y respuesta, ante un tal suceso, de la Comisi¨®n Nuclear Reguladora y otras autoridades federales, estatales y locales.
d) Una evaluaci¨®n de los procedimientos de concesi¨®n de licencias, inspecci¨®n, funcionamiento y sanci¨®n de la Comisi¨®n Nuclear Reguladora aplicados a la central de Three Mile Island.
e) Una evaluaci¨®n de c¨®mo fue atendido el derecho del p¨²blico a la informaci¨®n, en el suceso de Three Mile Island, y de las medidas a tomar en emergencias similares, para que el p¨²blico disponga de informaci¨®n exacta comprensible y oportuna.
f) Las recomendaciones adecuadas basadas en las investigaciones de la Comisi¨®n.
El informe de la Comisi¨®n fue remitido al presidente de Estados Unidos el 30 de octubre de este a?o y hecho p¨²blico poco despu¨¦s. En cuanto a claridad y cumplimiento de las misiones encomendadas, mi opini¨®n particular es que puede ponerse como ejemplo de bien hacer. Pero en cuanto a la dureza en los juicios que emite de los operadores de la central que hubieron de sufrir el desarrollo del accidente, participando en ¨¦l con mejor o peor acierto, tambi¨¦n se puede decir que rara vez -si alguna- se han utilizado criterios m¨¢s estrictos. Cualquier equivocaci¨®n se ha se?alado con el repetido comentario de que los operadores no ten¨ªan las cualidades necesarias para su misi¨®n, y se proponen medidas dr¨¢sticas en cuanto a la selecci¨®n y formaci¨®n del personal y el examen de sus condiciones mentales, as¨ª como se habla de la posible incapacidad de ciertas sociedades el¨¦ctricas para cumplir su cometido. Todo ello tras muchos a?os de funcionamiento de centrales nucleares, sin que ninguna persona del p¨²blico, en general, haya sido da?ada. Ni tampoco lo haya sido en esta ocasi¨®n.
Con lo dicho creo que a nadie le ser¨¢ dif¨ªcil establecer el nexo de uni¨®n con el t¨ªtulo de este art¨ªculo. Resulta que una persona como Edward Kemedy, que enfrentado a una situaci¨®n dificil reaccion¨® de tal modo que un informe Kemeny sobre el accidente de Chappaquiddick le hubiese considerado in¨²til para ocupar un puesto de responsabilidad en una central nuclear, es v¨¢lido, sin embargo, para optar a la presidencia de Estados Unidos, donde habr¨¢ de tomar decisiones mucho m¨¢s dif¨ªciles y de mayor responsabilidad, como es la de iniciar un conflicto armado que pueda derivar en conflagraci¨®n mundial, pongo por caso.
Ante tal disparidad de criterios y normas para el desempe?o de las diversas actividades humanas, uno no puede por menos que preguntarse: ?Hasta d¨®nde se ha llegado en las exigencias en el campo nuclear? ?Es que realmente alguien piensa que haya de exigirse m¨¢s para explotar una central nuclear que para presidir Estados Unidos?
Seamos consecuentes. Si verdaderamente queremos seguridad a ultranza, apliquemos este criterio a todos los campos del quehacer humano, no tan s¨®lo al nuclear. A fin de cuentas, el error de implicar a Estados Unidos en la guerra del Vietnam le produjo a este pa¨ªs -y al mundo en general- m¨¢s da?o que un accidente como el de Harrisburg generalizado a todas las centrales nucleares del mundo.
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