Los civiles abandonan la Junta de Gobiemo de la Rep¨²blica de El Salvador
Mario Andino, ¨²ltimo representante civil que quedaba en la Junta civico-militar salvadore?a, dimiti¨® ayer en San Salvador a consecuencia de la crisis pol¨ªtica que afecta al pa¨ªs desde el ultim¨¢tum planteado a las fuerzas armadas por el alto funcionariado. La dimisi¨®n de Andino, representante de los medios financieros, fue precedida la jornada anterior por la de los otros dos civiles, el democristiano Rom¨¢n Mayorga y el socialdem¨®crata Guillermo Ungo. La Junta de Gobierno queda reducida pues a sus dos miembros militares, los coroneles Amoldo Majano y Jaime Abdul Guti¨¦rrez.
A la crisis pol¨ªtica hay que a?adir el agravamiento, durante las ¨²ltimas horas, de la situaci¨®n del orden p¨²blico en las calles de las principales ciudades del pa¨ªs, donde el pasado viernes cuatro personas resultaron muertas y un centenar heridas. Tambi¨¦n el viernes, durante un asalto a un cuartel de la Guardia Nacional salvadore?a, dos soldados resultaron muertos. La polic¨ªa y el Ej¨¦rcito patrullan las principales localidades del pa¨ªs. Entre tanto grupos de campesinos mantiene bajo ocupaci¨®n algunas haciendas del interior del pa¨ªs. En varias capitales contin¨²an los encierros en iglesias, por parte de grupos de trabajadores y estudiantes que reivindican mejoras salariales y profundas reformas en la Administraci¨®n y gobierno del pa¨ªs.Para el coronel Arnoldo Majano, la crisis pol¨ªtica resulta ?propia de un pa¨ªs que inicia un proceso de democratizaci¨®n tras el derroca miento del general Romero?, el pasado mes de octubre. Por su par te, Mario Andino, el ¨²ltimo civil en abandonar la Junta c¨ªvico-militar, manifest¨® ayer que su dimisi¨®n ?debe permitir a las fuerzas armadas salvadore?as reestructurar el Gabinete?.
Mientras la extrema izquierda y las organizaciones guerrilleras lanzan llamamientos a la insurrecci¨®n general contra el nuevo r¨¦gimen al que califica de contrarrevolucionario, los dos militares que permanecen en la Junta de Gobierno realizan gestiones pol¨ªticas para conseguir formar un nuevo Gabinete en las pr¨®ximas horas.
Las negociaciones se han encauzado inicialmente hac¨ªa la Democracia Cristiana, eje hasta ahora de la representaci¨®n civil en la Junta de Gobierno. Sin embargo, los coroneles del m¨¢ximo ¨®rgano de poder salvadore?o no descartaron otros contactos con representantes de varios partidos pol¨ªticos. En los contactos con la Democracia Cristiana hajugado un papel destacado el arzobispo de San Salvador, Angel Romero, que, durante el mandato del derrocado general Oscar Humberto Romero, se destac¨® por la exigencia de libertades democr¨¢ticas en el pa¨ªs y profundas reformas. Ante la extrema debilidad pol¨ªtica que se observa dentro del poder en El Salvador, tras el abandono de la Junta Militar por parte de sus componentes civiles, elreformismo moderado, preconizado por el sector joven del Ej¨¦rcito que encarnan los coroneles Majano y Guti¨¦rrez, afronta la m¨¢s dura prueba desde que se alz¨® con el poder el pasado 15 de octubre. Su programa pol¨ªtico, consistente en la nacionalizaci¨®n del comercio exterior del caf¨¦ y del az¨²car, en el comienzo ?e una reforma agraria profunda que redistribuya la gran riqueza agr¨ªcola del pa¨ªs -concentrada en extremo sobre doscientas familias-, la creaci¨®n de una comisi¨®n de encuesta para averiguar el paradero de numerosos desaparecidos y represaliados por motivos pol¨ªticos y, sobre todo, una amplia democratizaci¨®n de las instituciones y de la vida pol¨ªtica salvadorenas, no ha podido ser aplicado.
El Ej¨¦rcito, sin cambios
A este programa liberalizador se ha opuesto fundamentalmente el Ej¨¦rcito, dondc los mandos m¨¢s afines al r¨¦gimen del derrocado Carlos Humberto Romero conservan los mismos resortes de poder que durante su anterior -mandato. Este podjer. que ¨²nicamente se ha visto alterado por escasos traslados de algunos jefes de guarniciones y de destacamentos de la Guardia Nacional, ha seguido aiplicando una fuerte represi¨®n sobre los movimientos pol¨ªticos y de campesinos radicales qu¨¦ efectuaron ocupaciones de sedes ministeriales, iglesias y haciendas para forzar la aplicaci¨®n de dr¨¢sticas reformas pol¨ªticas y salariales en El Salvador. A finales del pasado mes de diciembre, la represi¨®n de una ocupaci¨®n campesina se sald¨® con un balance de treinta muertos.Simult¨¢neamente, los movimientos pol¨ªticos radicales, entre ellos el Bloque Popular Revolucionario, el FAPU y las Ligas Populares 19 de Febrero, que inmediatamente despu¨¦s del golpe mantuvieron una situaci¨®n de expectativa respecto a los planes democratizadores de la Junta de Gobierno, pasaron a extremar su oposici¨®n al nuevo r¨¦gimen al que calificaron de perpetuador del r¨¦gimen dictatorial del general Romero. Por su parte, adem¨¢s, las poderosas organizaciones guerrilleras, las Fuerzas Populares de Liberaci¨®n Farabundo Mart¨ª y las Fuerzas Armadas de Resistencia Nacional, incrementaron su hostigamiento armado hacia el Ej¨¦rcito y la polic¨ªa en las ciudades y en los medios rurales.
Ayer se conoci¨® que los miembros de la reci¨¦n estrenada comisi¨®n de encuesta sobre los desaparecidos y represaliados pol¨ªticos compuesta por tres abogados de la capital, San Salvador, renunciaron a pertenecer a este organismo en virtud de las dificultades halladas para el cumplimiento eficaz de su tarea. Las denuncias de cementerios clandestinoly centros de torturas, formuladas vivamente por todo el abanico pol¨ªtico, sindical y guerrillero del pa¨ªs, no han encontrado por parte de los responsables de la seguridad facilidades para su prueba, lo cual ha crispado m¨¢s a¨²n las reivindicaciones que desde casi todos los sectores se exig¨ªan a las nuevas autoridades. Actualmente, la ¨²nica salida pol¨ªtica a la crisis se encuentra en relaci¨®n directa con la actitud que asuma la Democracia Cristiana en las negociaciones que sigue, hasta ahora sin resultados, con las auto ridades militares. El deterioro que la presencia de este partido en una Junta que no ha podido aplicar sus reformas le ha acarreado explica la declaraci¨®n el viernes de su l¨ªder, Jos¨¦ Napole¨®n Duarte, opuesto abiertamente a autorizar a sus militantes a participar en un Gabinete debilitado y duramente atacado por la derecha militar, la extrema izquierda y las organizaciones guerrilleras.
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