La degradaci¨®n del SEA

El Servicio de Extensi¨®n Agraria (SEA) es un organismo aut¨®nomo del Ministerio de Agricultura que, por testimonio de numerosos agricultores, ha contribuido, a lo largo de m¨¢s de veinte a?os, a mejorar las condiciones del medio rural, aportando la divulgaci¨®n de t¨¦cnicas productivas y de cambio social, en cerca de ochocientas comarcas del Estado espa?ol, afrontando, hombro con hombro, con los hombres del campo todas las dificultades que el sistema ?desarrollista? ha deparado a nuestra agricultura.A lo largo de estos cuatro lustros, Extensi¨®n Agraria se ha destacado como uno de los pocos organismos ?eficaces? de la compleja Administraci¨®n; mas como ello parec¨ªa resultar ins¨®lito, de forma soterrada, se viene produciendo, desde hace alg¨²n tiempo, una regresi¨®n continuada en sus planteamientos y m¨¦todos de actuaci¨®n hasta el punto que cuando se vuelve a contemplar el SEA, se observa que dicho organismo- no evoluciona acorde con la sociedad espa?ola, sino que se degrada, pues de evidentemente divulgador y promotor de positivos cambios con los agricultores se torna burocr¨¢tico e inoperante; vaya como mera referencia que la funci¨®n esencial del ?grupo de mando? del SEA, durante estos ¨²ltimos meses, es preparar dos proyectos de ley: ?estatuto de la explotaci¨®n familiar? y ?acceso a la propiedad ?, al margen de los agricultores, de espaldas a ellos, simplemente haciendo un refrito paternalista de la prolija y en m¨²ltiples casos anacr¨®nica legislaci¨®n agraria europea, ya superada en dichos pa¨ªses por las respectivas asociaciones profesionales de agricultores.

Simult¨¢neamente, una ?desacertada? pol¨ªtica de personal tiende a descomponer el organismo, enfrentando e incordiando a sus cerca de 5.000 funcionarios, ya que los m¨¦todos empleados para ir hacia un abanico de retribuciones no es el de la equitativa ?plantilla org¨¢nica?, inexistente en el organismo, sino el de ?concursos?, pr¨¢cticamente con nombre y apellidos que apuntan claramente a los repudiados m¨¦todos digitales.

Es una pena para nuestra agricultura y para la sociedad que el Servicio de Extensi¨®n Agraria se degrade y que sus funcionarios, defraudados, tambi¨¦n abandonen el campo.