"Israel no debe temer el nacimiento de un Estado palestino"
? El a?o decisivo para Oriente Pr¨®ximo ser¨¢ 1981, no 1980. Durante el presente a?o el estancamiento de las negociaciones se mantendr¨¢ si es que no se refuerza?, declar¨® a EL PAIS Abba Eban. antiguo ministro de Asuntos Exteriores de Israel, hoy diputado y miembro influyente de la direcci¨®n del Partido Laborista. El ex ministro no manifest¨® temor alguno a la creaci¨®n de un Estado palestino junto a Israel.
Cuando se le pregunta por las razones de este pesimismo. responde: ?No soy pesimista, sino realista. Las tres principales partes interesadas no quieren remover las aguas en los pr¨®ximos meses y prefieren el mantenimiento del actual statu quo. Es decir, prefieren el estancamiento a lo desconocido. Egipto est¨¢ interesado, antes que nada, en la recuperaci¨®n total de la pen¨ªnsula del Sina¨ª y no quiere, por nada del mundo, arriesgarse a un a interrupci¨®n de la evacuaci¨®n israel¨ª. Estados Unidos, por su parte, tiene las manos atadas hasta despu¨¦s de las elecciones pres¨ªdenciales. Israel, el decir, el Gobierno de Menahem Begin, est¨¢ interesado por el inmovilismo en s¨ª mismo.?Entre tanto, ?para evitar una degradaci¨®n de la situaci¨®n y preparar el futuro? -los sondeos predicen una victoria de la oposici¨®n laborista en las elecciones de 1981-, Abba Eban desea que su partido se ?desprenda de la obsesi¨®n jordana?, es decir: de la creencia de que una soluci¨®n del problema palestino pasa ¨²nicamente por el rey Hussein. El ex ministro israel¨ª considera que Israel debe manifestarse dispuesto a negociar su frontera oriental definitiva con los palestinos.
Abba Eban cree que una asociaci¨®n econ¨®mica y social entre Israel, Jordania y el futuro Estado palestino, siguiendo el modelo del Benelux (el acuerdo entre B¨¦lgica, Holanda y Luxemburgo), podr¨ªa contribuir al desarrollo de los tres Estados, sin comprometer su independencia y su soberan¨ªa.
Dejar de ignorar a los palestinos
Pregunta. ?Entonces la opci¨®n jordana est¨¢ enterrada?Respuesta. No he dicho nada de esto. En la diplomacia no hay que eliminar nunca las opciones, sino, al contrario, disponer siempre de un m¨¢ximo de alternativas. Considero, simplemente, que la orientaci¨®n exclusivamente jordana, orientaci¨®n que se encuentra hasta ahora en todos los programas laboristas, est¨¢ superada y no responde ya a las realidades pol¨ªticas, de hoy. Ya no es un secreto para nadie: durante largo tiempo hemos negociado con el monarca jordano en vano, sin resultado alguno. Tras la conferencia de Rabat, el rey Hussein renunci¨®, en beneficio de la OLP, a hablar en nombre de los ¨¢rabes palestinos de Cisjordania y Gaza. Los acuerdos firmados en Camp David han reforzado la opci¨®n palestina. Yo no propongo excluir a Jordania, sino cesar de ignorar a los palestinos. Es necesario tenderles la mano, proponer el di¨¢logo, la negociaci¨®n.
P. ?Los palestinos? es un concepto vago. Usted sabe, tanto como yo, que los palestinos, tanto en el exterior como en el interior de los territorios ocupados consideran a la OLP como su representante exclusivo. Hablando claro, ?propone usted negociar con la OLP?
R. ?Por qu¨¦ hablar de negociaciones cuando debemos primero definir principios, criterios, para hacer posible la negociaci¨®n? No somos nosotros quienes debemos elegir a nuestros interlocutores o excomulgarlos. En este sentido el presidente del Partido Laborista, Shimon Peres, declar¨®, el 12 de marzo d e 1979. en presencia del presidente de Estados Unidos: ?El movimiento laborista apoyar¨¢ la apertura del di¨¢logo con los dirigentes palestinos que reconozcan el Estado de Israel, est¨¦n dispuestos a negociar una paz duradera y comprendan la necesidad de alcanzar compromisos que lleven a una paz justa.? Propongo que esta f¨®rmula sea incluida en el programa oficial de nuestro partido porque es justa, realista, abre nuevas perspectivas de paz sin excluir ning¨²n interlocutor de la otra parte.
Pol¨¦mica est¨¦ril
P. ?Ni siquiera a la OLP?R. Creo que hay que acabar con esta discusi¨®n est¨¦ril sobre cuestiones de procedimiento, en la que nos preguntamos sin cesar con qui¨¦n podemos negociar y con qui¨¦n no. Hemos concedido, hasta ahora, demasiada importancia a cuestiones de procedimiento, con detrimento del contenido de la negociaci¨®n. La f¨®rmula de Shimon Peres es una excelente apertura para iniciar el di¨¢logo con los palestinos. Pero para que los palestinos vean que somos serios debemos agregar que, en el marco de una paz global. y tras la fijaci¨®n de una frontera en el transcurso de la negociaci¨®n, estamos dispuestos a desembarazarnos de territorios en Cisjordania y Gaza que est¨¢n habitados por m¨¢s de un mill¨®n de palestinos, con el fin de que esta poblaci¨®n pueda decidir libremente su destino pol¨ªtico y nacional.
P. Muchos israel¨ªes temen que si dejan a los palestinos decir libremente su suerte crear¨¢n un Estado ?arafatiano?, cuya ¨²nica vocaci¨®n ser¨ªa la destrucci¨®n del Estado hebreo.
R. No comparto la obsesi¨®n de quienes hinchan desproporcionadamente la amenaza que representar¨ªa para Israel el nacimiento de ese Frankenstein, un min¨²sculo Estado palestino. A m¨ª me dicen que si estoy a favor del Estado palestino; soy, entonces, favorable a un Estado ?arafatiano?. He aqu¨ª el s¨ªmbolo, de pensamiento confuso, irracional. Dado que este Estado no podr¨¢ nacer m¨¢s que en una situaci¨®n de paz, de una paz concluida con Israel, la Ideolog¨ªa de Arafat, que es un producto de la guerra y para la guerra dejar¨ªa de existir. Si no la paz no podr¨ªa ser concluida y el Estado palestino no podr¨ªa nacer. Uno de los problemas que m¨¢s molestan, a mi entender, el proceso de paz es la tendencia a proyectar la psicolog¨ªa de una situaci¨®n de guerra a otra de paz. Lo que paraliza, a menudo, el camino hacia la paz es la falta de imaginaci¨®n y coraje pol¨ªticos, la preferencia casi instintiva por soluciones superadas por f¨®rmulas obsoletas, a las cuales se agarran impulsados por un temor irracional que ciega nuevas perspectivas.
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