lnc¨®gnitas sobre la futura pol¨ªtica exterior de la India

Todos los observadores destacan las repercusiones de las elecciones en la India, que han llevado nuevamente al poder a Indira Gandhi, sobre la pol¨ªtica mundial, crispada hoy por los acontecimientos de Afganist¨¢n e Ir¨¢n. Los analistas coinciden en se?alar que la se?ora Gandhi imprimir¨¢ a la pol¨ªtica exterior de su pa¨ªs un rumbo en¨¦rgico, contrapuesto al ritmo pasivo de sus predecesores Morarji Desai y Charang Singh.

La Uni¨®n India, que tiene fronteras con China y Pakist¨¢n, es tambi¨¦n vecino inmediato de Afganist¨¢n y de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, y su papel como sujeto de primer orden en el ¨¢rea da al rumbo de su pol¨ªtica exterior un car¨¢cter prioritario en todo el Asia central.La clave principal a desentra?ar consiste en averiguar si el futuro Gobierno de Indira Gandhi va a mantener y a aplicar los enunciados de la pol¨ªtica de no alineamiento -la Uni¨®n India fue pionera de este movimiento- o bien. pese a sus enunciados y en virtud de sus contenciosos hist¨®ricos con China y Pakist¨¢n, se encaminar¨¢ por una senda proclive a la pol¨ªtica exterior sovi¨¦tica en el ¨¢rea.

El 9 de agosto de 1971, la Uni¨®n India y la Uni¨®n Sovi¨¦tica firmaron en Mosc¨² un acuerdo de amistad y cooperaci¨®n que orient¨® la pol¨ªtica exterior de Nueva Delhi hacia posiciones bien vistas por la URSS y vinculaba a ambos pa¨ªses por veinte a?os. La principal mentora de estos acuerdos fue la se?ora Gandhi, inquieta por las rivalidades entre su pa¨ªs y China. Sin embargo, con su salida del poder en 1977, y a pesar de los viajes de Le¨®nidas Brejnev a Nueva Delhi en 1974 y del primer ministro in dio, Morarji Desal, a Mosc¨² en 1977 y en junio de 1979, la insistencia del jefe del Gobierno de la India en un verdadero no alinea miento encontr¨® recelos por parte de las autoridades del Kremlin, preocupadas a su vez con Pek¨ªn.

En cuanto a Pakist¨¢n, los analistas destacan que el acceso de Indira Gandhi al poder, de antemano, no permite presagiar un apaciguamiento entre el r¨¦gimen de Zia Ul Haq y el de Nueva Delhi. Indira Gandhi, que pidi¨® clemencia para Zulfikar Al¨ª Bhuto y, sin embargo, fue ajusticiado por el Gobierno de Islamabad. mantuvo con el anterior lider paquistan¨ª unas negociaciones fruct¨ªferas, selladas en el acuerdo de Simla, en 1972, para amortiguar los efectos desastrosos de la guerra indopaquistan¨ª de octubre de 1971. Las promesas de rearme a Pakist¨¢n, recientemente formuladas por Washington, preocupan a Indira Gandhi, como ella misma ha manifestado durante su gira electoral. Adem¨¢s del r¨¦gimen militar de Pakist¨¢n le separan tambi¨¦n los recelos de Islamabad, que desde las pruebas nucleares indias de 1974 -la primera explosi¨®n at¨®mica en la India fue experimentada a cien kil¨®metros de su frontera con su vecino- observa con preocupaci¨®n este proceso nuclear de la India.

Si bien el futuro Gobierno de Nueva Delhi mantendr¨¢ sus v¨ªnculos con Washington, establecidos en torno a la ayuda econ¨®mica, y con otros pa¨ªses occidentales, los observadores se preguntan si esta ayuda va a ser suficiente para sacar al pa¨ªs de su situaci¨®n econ¨®mica postrada y, sobre todo, si la actitud de avanzadilla de China para crear un frente antisovi¨¦tico contra la presencia de la URSS en Asia no va a inclinar a la India hacia una actitud diferencial respecto a Pek¨ªn, para contrarrestar su influencia.