El precio de la gasolina, de nuevo

?De nuevo se ha aumentado el precio de la gasolina o, mejor dicho, el de los carburantes. La Administraci¨®n, de una forma simplista, repercute los aumentos del crudo y aun los supera, permiti¨¦ndose el lujo de otorgar porcentajes a los municipios para financiar sus haciendas. La Administraci¨®n, sin duda, imagina que la gasolina, el gas¨®leo, el butano, son una especie de gallina de los huevos de oro. Cree, sin duda, que tal forma de hacer, semejante forma de administrar, puede prolongarse indefinidamente. ( ... )La trascendencia de la elevaci¨®n de precio de los carburantes en la medida que se ha hecho va a tener, sin duda de clase alguna, una repercusi¨®n en el transporte, en la pesca, en la industria, en la energ¨ªa el¨¦ctrica, en los suministros de gas y, en fin, en tantas y tantas otras facetas, que merec¨ªa sopesarse con m¨¢s finas contabilidades, con m¨¢s detenidos estudios, con mayores cautelas.

No estriba todo el arte de buen gobierno en mantener inc¨®lume la recaudaci¨®n fiscal -exacerbada desde todos los puntos e ignorando deliberadamente la inflaci¨®n-, s¨ªno en procurar la supervivencia medianamente digna del ciudadano. ( ... )

Si los carburantes se han aumentado, en t¨¦rminos generales, un 17%, significa, ni m¨¢s ni menos, que el coste de la vida, de un d¨ªa para otro, ha experimentado un alza cuando menos igual. Y decimos cuando menos porque bien sabido es que no faltan jam¨¢s los pescadores en aguas revueltas que, so capa de estos aumentos, incrementar¨¢n los precios un ciento por uno. Y lo har¨¢n en la m¨¢s completa impunidad, porque para este asunto no existe el mismo rigor, pongamos por caso, que para la recaudaci¨®n fiscal.?

, 10 de enero