El tardofranquismo
V¨ªctor M¨¢rquez (al¨ªviate del Reviriego, amor, que una firma literaria debe ser corta), va siendo ya el Fern¨¢ndez-Fl¨®rez del parlamentarismo actual, y me despierta hoy con una llamada de elogio:-Que una palabra tuya que me gusta mucho, Umbral, es ?tardofranquismo?.
Porque resulta que la Espa?a de la envidia est¨¢ llena de espa?oles generosos que le desma?anan a uno (como dicen mis queridos caraque?os) para elogiarle una palabra entre los millones de ellas que uno ha escrito (y yo s¨¦ que V¨ªctor las ha le¨ªdo y disfrutado o padecido casi todas, que as¨ª es de compa?ero y de listo, y ah¨ª est¨¢ El pecado consensual, su ¨²ltimo libro).
Ver¨¢s, V¨ªctor, yo me invent¨¦ lo de tardofranquismo para resumir los ¨²ltimos tiempos de Franco, ya como m¨¢s lasos, decadentes, alegres y corruptos, pero ahora reparo con horror en que el tardofranquismo sigue, y viene a ser no otra cosa que lo que t¨² llamas ?el pecado consensual?, en lo pol¨ªtico concreto, aunque tambi¨¦n sea un inconcreto clima que se respira entre el smog ?sin taxis. (Ha habido m¨¢s. smog en estos d¨ªas de huelga de taxistas, o sea que los taxis descontaminan, como yo siempre hab¨ªa intuido).
El tardofranquismo es la inercia de lo que pudo haber sido y no fue. El tardofranquismo es el discurso teletonto de seiscientas veintitantas l¨ªneas, que no permite leer nada entre l¨ªneas, como no sea la flor de la canela, Betty Missiego, entrevistadores que est¨¢n a¨²n en la escuela radiof¨®nica de Bobby Deglan¨¦ y publicidades que siguen contando con el famili¨®n a la hora de la sopa unida, para indignaci¨®n de Mar¨ªa Luisa de Lorenzana, feminista peatonal y por libre que me escribe muy tarasca y llena de raz¨®n.
O Miguel Feria, de Huelva, que le ha hecho un soneto quevedesco y mal medido al Pacto l Consenso l Estatuto, y me lo manda. Tardofranquismo es que el Gobierno siga llamando ?reajuste energ¨¦tico? a la subida de la gasolina, cuando las democracias, entre otras cosas, se caracterizan por llamar al pan, hambre, y al vino, paro. Tardofranquismo es que la prensa ¨¦pica de las tardes b¨¦licas siga ganando almenas de papel en Madrid, que ahora se habla de que compran otra prestigiosa cabecera. Tardofranquismo es que alguno de los 1.500 millones cine/TVE distribuidos navidefiamente a las productoras (alguno, digo, siquiera uno), haya ido a la productora del demediado se?or Carcasona. Tardofranquismo es que el error, inmenso error sangriento de Rusia en Afganist¨¢n, vuelva ya a hacer de la URSS coartada para todos los atlantismos (y no me refiero a los b¨¦licos, que no son cosa m¨ªa, sino a los de la se?ora Thatcher, reina regente de los mares Atl¨¢nticos de la derecha europea). El tardofranquismo es un franquismo de rebajas.
Olivio Jim¨¦nez estudia ahora el Simbolismo (Taurus), como estilo y ¨¦poca. Uno quisiera ser un d¨ªa del Olivio Jim¨¦nez del tardofranquismo, que ha sido y es un fin de ¨¦poca en que todav¨ªa los estilistas de la Falange cobran a fin de mes de las ¨²ltimas ventanillas franquistas. El tardofranquismo es el padre de Hamlet, que vuelve en las noches de los cuchillos largos para arrebatarle a Otero Besteiro un reloj de oro a punta de navaj¨®metro, en la calle de Alcal¨¢. Hamiet propiamente dicho, est¨¢ en la Moncloa/Elsinor meditando entre la calavera en plastiqu¨¦ de Ferrer-Salat y el estilete de Carrillo, damasquinado en Praga (donde Carrillo tuvo su camino de Damasco). Hamlet / Su¨¢rez est¨¢ ya demasi¨¦ de que se le aparezca por las noches el se?or de niebla, a la hora en que la prensa tardofranquista ha alcanzado toda su difusi¨®n y eficacia, y entonces ha llamado a Fraga para que rete a espada a la fantasma.
Fraga / Laertes ya ha descolgado el machete del SEU de su panoplia de opositor- n¨²mero- uno. El tardofranquismo es el smog interior de la democracia. El ¨²ltimo veneno que Yo, Claudio (versi¨®n Robert Graves / de la Cierva) debe apurar en copa de Artespa?a o del Patrimonio Art¨ªstico Francisco Franco, sin envenenarse, caudillizarse ni volverse atr¨¢s. El tardofranquismo, se?or presidente, o se apura de un trago o nos traga a todos. Animo, que lo que no me mata, me hace m¨¢s fuerte. De nada: es de Nietzsche.
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