Simone Veil: "El Parlamento Europeo ha demostrado que es una asamblea pol¨ªtica"
Simone Veil, presidenta del Parlamento Europeo desde junio de 1979, abri¨® ayer los trabajos del comit¨¦ mixto de las Cortes espa?ola y el de la Asamblea comunitaria. Al iniciarse esta visita de la delegaci¨®n parlamentaria espa?ola, resalt¨® la ?contribuci¨®n de Espa?a al refuerzo de la democracia, de la defensa de los derechos humanos,y de las libertades en Europa?. Simone Veil, nacida en Niza, 51 a?os, ojos verdes, encanto reconocido, como su car¨¢cter, casada, tres hijos, cuatro nietos, deportada durante la segunda guerra mundial, ha sido magistrada de renombre y ministra francesa desde 1974 hasta que fue elegida primera presidenta del Parlamento Europeo salido del sufragio popular. Es autora de la llamada ?ley Veil?, que en Francia despenaliz¨® el aborto.
Pregunta. El Parlamento Europeo, elegido por sufragio universal, tiene seis meses de vida. Tras esta primera etapa, ?c¨®mo valora la realidad de la nueva instituci¨®n europea y, en todo caso, para qu¨¦ sirve el Parlamento?
Respuesta. Lo que m¨¢s me ha llamado la atenci¨®n es que el Parlamento demostr¨® r¨¢pidamente que es una asamblea pol¨ªtica. En vez de extraviarse en debates t¨¦cnicos sobre reglamentos comunitarios, inmediatamente se interes¨® por los dossiers pol¨ªticos m¨¢s importantes en la Europa de hoy. El Parlamento ha sabido asumir decisiones sobre el presupuesto comunitario, sobre la convergencia econ¨®mica en Europa, sobre la ayuda a Camboya. Estimo que el balance de los primeros meses es completamente positivo, incluso si ha habido dificultades de procedimiento alguna vez. Por lo dem¨¢s, el Parlamento intentar¨¢ organizar un debate de fondo sobre un tema importante en cada una de sus sesiones mensuales. Ahora si es cierto que la voluntad europea es verdaderamente el sentimiento de la casi totalidad de los parlamentarios. Y como la autoridad pol¨ªtica del Parlamento es mayor, porque procede del sufragio universal, estoy persuadida de que contribuir¨¢ concretamente a la buena marcha de la Comunidad.
Proposiciones concretas y realistas
P. ?ltimamente, el Parlamento debati¨® cuestiones importantes, como la energ¨ªa, el espacio Jur¨ªdico europeo y el armamento. ?Piensa usted que este tipo de discusiones podr¨¢n ser ¨²tiles, a largo plazo, en el reducido marco de las competencias actuales del Parlamento?
R. Como usted dice, en el marco de sus actuales competencias, el Parlamento ha podido debatir sobre cuestiones importantes y formular opiniones motivadas. Yo pienso que su peso puede ser real a partir de sus competencias actuales, si se explotan al m¨¢ximo los poderes que le confieren los tratados, a condici¨®n de que se hagan proposiciones concretas y realistas, fundadas en trabajos y debates profundos.
P. Tras las primeras sesiones, ?qu¨¦ le ha ense?ado el Parlamento que pueda servirle a la construcci¨®n europea o, simplemente, qu¨¦ le ha ense?ado a usted personalmente?
R. Le voy a responder primero personalmente: la presidencia de esta Asamblea era para mi una responsabilidad nueva y, sin duda, ha sido una fuente de enriquecimiento personal tanto en el plano intelectual como en el psicol¨®gico. Pero su pregunta es m¨¢s importante a nivel europeo: pienso que nosotros, los parlamentarios, en primer lugar hemos aprendido a conocemos, teniendo en cuenta que procedemos de nueve pa¨ªses diferentes, con todas las particularidades inherentes. Y lo que me parece, sin duda alguna, m¨¢s importante es la determinaci¨®n manifestada por una gran mayor¨ªa de los parlamentarios de participar activamente en la realizaci¨®n de una pol¨ªtica comunitaria. Tambi¨¦n he podido comprobar que, para la mayor¨ªa de los parlamentarios, la construcci¨®n europea es no s¨®lo favorable, sino necesaria para el porvenir de su pa¨ªs.
La pol¨ªtica no puede hacerse contra la historia
P. Paralelamente a la construcci¨®n europea, se observa el resurgir de los nacionalismos y regionalismos. ?Es posible la Europa de los Estados-naci¨®n sin contar con estas reivindicaciones?
R. La pol¨ªtica no puede hacerse contra la corriente de la historia; es decir, no es posible caminar contra las tendencias profundas, sentimientos populares o instintos sociopol¨ªticos. ?No es posible negar que, desde hace una veintena de a?os, se han reforzado los sentimientos regionalistas en relaci¨®n con una ¨¦poca en la que nac¨ªa una pol¨ªtica de inspiraci¨®n mundialista; los movimientos en favor del esperanto y de un pasaporte de ciudadano del mundo ya no se llevan.
Esta evoluci¨®n constituye, sin duda, una reacci¨®n contra un mundo cada d¨ªa m¨¢s an¨®nimo y tecnocr¨¢tico. Por ello, el hombre de hoy siente la necesidad de buscar sus ra¨ªces y de afirmar una pertenencia, una individualizaci¨®n, una atadura a un pueblo, a una ciudad, a su regi¨®n y a una colectividad cultural. Es un hecho de civilizaci¨®n que no puede subestimarse y, en consecuencia, Europa tiene que convertirse en una manera de identificarse, sin que por ello desaparezcan las otras formas de identificaci¨®n. Esta es la apuesta que hay que ganar.
P. ?Es usted feminista? La ausencia en el Parlamento de grupos feministas, ecologistas y de otros movimientos sociales, ?responde a la realidad europea de finales del siglo XX?
R. S¨ª, soy profundamente feminista. Pero, para los responsables pol¨ªticos, el feminismo, en mi opini¨®n, debe expresarse con proposiciones concretas que hagan avanzar las mentalidades y que permitan a las mujeres ejercer efectivamente sus derechos. Europa puede jugar un papel en este dominio, suprimiendo todas las discriminaciones y debatiendo sobre los problemas de la mujer en la sociedad moderna.
Dice usted que no hay feministas en el Parlamento. En todo caso hay 65 mujeres elegidas, lo que representa una proporci¨®n mayor que las de los diferentes Parlamentos de la Comunidad. Muchas de estas mujeres son feministas en sus pa¨ªses, pero han elegido ser m¨¢s eficaces siendo realistas, y por ello trabajan en este Parlamento o en partidos pol¨ªticos. De una manera m¨¢s general, no se puede decir que no est¨¦n representa dos grupos sociales importantes en el Parlamento Europeo.
El sufragio universal es precisamente el mejor sistema para que todas las categor¨ªas de ciudadanos y todas las grandes corrientes de pensamiento est¨¦n representadas. Cuando se asiste a una sesi¨®n del Parlamento se comprueba la diversidad de corrientes presentes y, por lo que se refiere a los ecologistas, la mayor¨ªa de los partidos pol¨ªticos han asumido muchas de sus preocupaciones.
P. ?La pr¨¢ctica parlamentaria ha revelado una nueva clasificaci¨®n entre los partidarios y los enemigos de Europa?
R. La mayor¨ªa de los parlamentarios son partidarios de Europa, salvo los daneses. Otros, como los laboristas ingleses y los comunistas franceses, discuten el inter¨¦s de las instituciones europeas, pero aceptan el principio de participar en su acci¨®n porque ¨¦sta puede ser ben¨¦fica. Existen los favorables a la evoluci¨®n hacia instituciones supranacionales y los que se oponen radicalmente. Estas clasificaciones existen y, a veces, se manifiestan con precisi¨®n, pero se observa un equilibrio muy sutil entre las posiciones nacionalistas y las comunitarias.
P. Se habla de usted como futura primera ministra francesa y, por otra parte, usted es mujer. ?Qu¨¦ piensa de su porvenir pol¨ªtico y qu¨¦ significaci¨®n le concede usted a su trayectoria en esta sociedad, a¨²n muy machista?
R. No me planteo cuestiones relativas a mi futuro pol¨ªtico. He sido elegida presidenta del Parlamento Europeo por cinco a?os y, en la vida, ese tiempo es largo. Tampoco le doy ninguna significaci¨®n particular a mi trayectoria y no saco conclusiones sobre las posibilidades de la carrera de las mujeres en una sociedad machista. Y esto ¨²ltimo porque, contrariamente a lo que les ocurre a otras mujeres, yo he sido ministra porque era mujer. De todas maneras, el acceso de las mujeres a puestos de alta responsabilidad pol¨ªtica es muy dif¨ªcil a¨²n y, salvo una fuerte solidaridad entre ellas, la ascensi¨®n de las mujeres ser¨¢ a¨²n m¨¢s lenta de lo que se cree.
P. Desde su puesto actual, ?c¨®mo ve la ampliaci¨®n del Mercado Com¨²n, particularmente hacia Espa?a? ?Ser¨ªa posible prever una colaboraci¨®n entre el Parlamento y los pa¨ªses candidatos?
R. En primer lugar, a la vista de los problemas evocados y de las preocupaciones expresadas, es normal que Espa?a ocupe un puesto en la CEE; pero es necesario que se tomen disposiciones oportunas para evitar dificultades y tensiones cuando divergen los intereses o cuando situaciones muy diferentes no han sido vistas y concertadas de antemano. No se puede prever en el Parlamento un puesto para un pa¨ªs candidato, pero me parece ¨²til y deseable una cooperaci¨®n interparlamentaria. Esta cooperaci¨®n ya existe, particularmente con Espa?a. Hoy precisamente me he complacido en acoger .en Estrasburgo a la delegaci¨®n mixta de las Cortes espa?olas. Y, naturalmente, la adhesi¨®n de Espa?a a la CEE ha sido uno de los temas de nuestras discusiones.
P. ?Cu¨¢l es su Europa? R. En primer lugar, la Europa de la reconciliaci¨®n de nuestros pueblos, que durante tanto tiempo se han destrozado. Esta Europa de la amistad debe ser la Europa de la solidaridad con los m¨¢s desfavorecidos. Esta Europa, por otra parte, debe ser la Europa de lo concreto, trabajando todos juntos en grandes proyectos, como Airbus y Arianne. Y, por otro lado, mi Europa es la Europa cultural, porque lo que puede tejer los lazos entre los pueblos de Europa y conducirlos hacia la uni¨®n es que todos ellos pertenezcan a una cultura com¨²n y muy antigua. En una frase, yo dir¨ªa que mi Europa ser¨ªa la de la raz¨®n, que, por ello, ser¨ªa tambi¨¦n la del coraz¨®n.
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