Una familia pasa la noche al raso despu¨¦s de que la piqueta destruyera la casa que hab¨ªan ocupado
Ayer, a media ma?ana, una casa vieja y ruinosa, situada en la esquina de las calles Jos¨¦ Mar¨ªa Pereda y Collados, fue destruida por la piqueta. La familia que hace diez d¨ªas se hab¨ªa cobijado en ella fue desalojada a la fuerza. Las cinco personas -un joven matrimonio y tres ni?os peque?os- salieron de la casa, pero volvieron a colocar sus cosas en el solar, resguardados al calor de una hoguera que no consegu¨ªa anular el fr¨ªo. A las diez de la noche, la familia segu¨ªa al raso, sin saber d¨®nde meterse. S¨®lo ten¨ªan unas mantas tra¨ªdas por algunos vecinos que se esforzaban en recordar d¨®nde hab¨ªa pisos vac¨ªos.
La pareja, Angeles Mart¨ªnez y Marcial Flores, de veintid¨®s y veinticinco a?os, est¨¢ en paro desde hace m¨¢s de un a?o. Antes viv¨ªan en una chabola de las que hay en la carretera de Vic¨¢lvaro, pero el techo se cay¨® y despu¨¦s de pasar una noche al raso con los ni?os -Marcial, Jos¨¦ Manuel y Angelito, de cinco, tres y dos a?os- alguien les dijo que hab¨ªa una casa vac¨ªa por el barrio de Quintana. Esa casa, una vivienda ruinosa de unos cuarenta metros cuadros, podr¨ªa servir, porque, adem¨¢s, los vecinos de la zona aseguran que hace m¨¢s de veinte a?os que nadie ha entrado en ella.El d¨ªa 6 de diciembre la familia llev¨® sus cosas -un sill¨®n de pl¨¢stico rojo, una silla de miembre, cuatro piezas de loza y poco m¨¢s- a la casa, puso unas bombillas y estren¨® techo. Sin embargo, pocos d¨ªas despu¨¦s, el 5 de enero, les comunican que la propiedad de la casa ha denunciado a los ocupantes. ?Despu¨¦s de veinte a?os nos hemos enterado de que la casa tiene due?a y de que vive en Diego de Le¨®n?, explica el propietario de uno de los comercios de la calle. Llamadas del juzgado y visitas a la Junta Municipal del distrito. Dos, tres d¨ªas de plazo para desalojar es todo lo que han conseguido hasta ayer. La llegada de dos coches de la Polic¨ªa Nacional y de obreros con ¨®rdenes de hacer desaparecer totalmente la casa sirvi¨® para evidenciar la m¨¢s cruda realidad. A la calle otra vez. ?A m¨ª me han tenido que empujar, porque si no, no me salgo?, dice Angeles Mart¨ªnez. ?Se han puesto a picar las paredes y ni siquiera han respetado las bombillas y cables que yo hab¨ªa colocado?.
?La polic¨ªa nos ha dicho que pod¨ªamos ir a una casa que est¨¢ en la plaza El¨ªptica?, a?ade el marido. ?He ido hasta all¨ª pero las paredes se est¨¢n cayendo y en una parte de la casa no hay techo. All¨ª no nos podemos meter. Para eso estamos mejor en la calle.?
Y en plena calle estaban anoche los cinco. Dos de los ni?os lloraban en el sill¨®n y ped¨ªan a la madre irse a otra parte. La indignaci¨®n de los vecinos crecia por momentos. Dos de ellos, que est¨¢n en la asociaci¨®n de vecinos de Quintana, suger¨ªan ocupar alguna de las viviendas que el INV tiene cerradas en el barrio. Ellos se lo pensaban, pero dec¨ªan que era la ¨²nica oportunidad que les quedaba. El creciente llanto de los ni?o era el mayor argumento para el traslado.
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