El tr¨¢fico de armas prospera en la frontera afgano-paquistan¨ª
Huang Hua, ministro de Asuntos Exteriores de la Rep¨²blica Popular China, ?pa¨ªs aliado, seguro y fiel?, seg¨²n acaba de definir el presidente paquistan¨ª, Zia Ul Haq, llega hoy a Islamabad en visita oficial. Durante su estancia en Pakist¨¢n, Huang Hua se desplazar¨¢ hasta la frontera afgana, a menos de quince kil¨®metros de las tropas sovi¨¦ticas, donde el recrudecimiento de las actividades guerrilleras en Afganist¨¢n ha reactivado la venta y el tr¨¢fico de armas.
La zona urbana de Darra re¨²ne la mayor concentraci¨®n de tiendas de armas de todo el mundo. La aldea es m¨¢s bien tan s¨®lo una calle en la que se alinean unas trescientas viviendas, la mayor¨ªa, de una sola planta, que sirven a la vez de casa, taller y comercio. Todo en unos diez metros cuadrados.Poco antes de llegar a Darra, que s¨®lo se encuentra a unos cuarenta kil¨®metros de Peshawar, un control del Ej¨¦rcito paquistan¨ª y una verja construida sobre la carretera marcan el inicio de la zona tribal. A partir de aqu¨ª, el Estado paquistan¨ª parece abdicar de su capacidad de control. En la zona tribal se practica b¨¢sicamente todo tipo de comercio il¨ªcito en cualquier otra parte del mundo. Aqu¨ª abunda la droga a unos precios insignificantes.
Pero, m¨¢s que la droga. es la industria y el mercado de armas el que hace vivir a Darra.
En peque?os talleres artesanos, de cinco o seis personas, se afanan en reproducir toda clase de armas, pieza por pieza, hasta en sus m¨¢s peque?as caracter¨ªsticas. La herramienta m¨¢s sofisticada que se puede encontrar en los talleres de Darra es un torno el¨¦ctrico. Los cuatro materiales de trabajo m¨¢s frecuentes son tan s¨®lo una lima. fiabilidad. paciencia y tiempo.
Con estas t¨¦cnicas se construyen desde ca?ones v morteros hasta bol¨ªgrafos que disparan balas de peque?o calibre; estos ¨²ltimos no son copias de otros modelos for¨¢neos, sino invenci¨®n de los artesanos de la zona, y es por ello por lo que lucen un orgulloso Made in Darra.
El aumento de la actividad guerrillera en el vecino Afganist¨¢n no ha hecho aumentar los precios Curiosamente ha sucedido lo contrario: ahora se puede comprar un falsificado Kalachnicov por setecientas rupias menos que hace varios meses.
Pero hay tambi¨¦n otras opciones m¨¢s econ¨®micas: una coqueta pistola de cachas nacaradas. por doscientas rupias (1.300 pesetas), una peque?a metralleta Stein. por seiscientas rupias (3.900 pesetas), o un rev¨®lver Smith and Wesson, por el mismo precio.
Entre las armas falsificadas en Darra hay tambi¨¦n pistolas espa?olas, un Astra-22 se obtiene por 250 rupias (1.625 pesetas), por 1.200 rupias (7.800 pesetas) se puede comprar una pistola Star, en cuyo ca?¨®n se ha grabado toscamente el lugar de origen de la marca: ?Echevarr¨ªa. Made in Eibar (Espa?a.)?
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