La droga mata
En su n¨²mero del domingo d¨ªa 13 de los corrientes, el diario de su digna direcci¨®n, y en su secci¨®n Cartas al director, se publica un escrito titulado ?Legalizar la droga?, firmado por Jes¨²s M¨¦ndez.El citado escrito deja al descu bierto un total desconocimiento del acuciante y grave problema.
El argumentado ciclo, que comienza en la prohibici¨®n y finaliza en la represi¨®n -con las etapas intermedias de est¨ªmulo- pecado-arrepentimiento- negocio-, con la droga no es v¨¢lido. En el caso del erotismo, quiz¨¢; no me he parado a pensarlo detenidamente. Que el sexo ya no es pecado, de acuerdo. No tengo nada de puritano, y menos de moralista. Que hubo que inventar otro: la droga, ah¨ª s¨ª que no. La droga es mucho m¨¢s grave y va m¨¢s all¨¢ de algo pecaminoso. El da?o que hace -tanto ps¨ªquico como biol¨®gico- es, en la mayor¨ªa de los casos, irreparable.
Rechazo de plano la conservaci¨®n de los resortes del poder autoritario. Soy un enamorado de la libertad y amante de la justicia (ya lo dije en estas mismas p¨¢ginas en otra ocasi¨®n). No obstante, no veo que el legalizar la droga sea la soluci¨®n, ni mucho menos, sino m¨¢s bien todo lo contrario. Con ello no se conseguir¨ªa nada positivo, ni s¨ªquiera desaparec¨ªa el tr¨¢fico, que pasar¨ªa de ser ilegal a ser legal, pero nada m¨¢s. El traficante ya no ser¨ªa un delincuente peligroso, sino un respetable vendedor de droga.
Exigir el fin de la prohibici¨®n de la droga -a lo que se invita en el escrito al que estoy aludiendo- es algo as¨ª como exigir el fin de la prohibici¨®n del crimen. ?Cabe esto en cabeza humana? Porque la droga es criminal y, sin af¨¢n de dramatizar, la droga enga?a, atrapa, envenena y mata.
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